¡Se viene "Esperanza Mía"!

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POV MARIANO

Ya era 26 de marzo. Se presentaba oficialmente la novela en la ciudad de La Plata a cargo del conductor Guido Kazka. Sentía nervios. Hacía tiempo que no veía semejante despliegue por una tira del Trece. Lali estaba acostumbrada a comerse el escenario desde chiquita. Esta no sería la excepción. Así esté vestida de novicia, dejaría satisfechos a más de uno. Era su hábitat.

Me alegraba saber que tanto mi mujer como mis hijos acompañarían este momento tan importante de mi vida. Oli estaba feliz de que por fin iba a conocer a Esperanza.

-¿Vamos? –pregunté tomando en brazos a Milo.

-Pero qué lindo que está mi curita. ¡Todo un bombón!

Juliana me besó con intensidad tomándome por sorpresa. Nos separamos buscando aire cuando mi hija comenzó a reírse sin parar. No entendía nada hasta que Juli se unió a sus risas.

-¿Qué pasa?

Entre risas, Juliana tomó un pañuelo de papel para limpiarme los restos de maquillaje color rojo que había dejado ese beso. Ahora lo entendía todo.

-Mmmm –dije mirando a mi princesa. – Me parece que alguien más quiere besos de su papá –la ataqué haciéndole cosquillas a su vez que Oli no paraba de tirar carcajadas. Amaba escucharla feliz.

Llegamos unas dos horas antes. No podía creer que había tanta gente esperando detrás de las vallas. Carteles que dejaban ver el nombre de Lali por todos lados. Vinchas. ¡Hasta cofias!

Era increíble cómo ya teníamos fans. Ya conocían un poco a los personajes. Suar se encargó de la parte publicitaria con una campaña de fotos donde estábamos lookeados como Tomás y el resto de las monjitas del Convento. La gente se estaba enganchando sin aún comenzar la historia. Se me hacía extraño decirlo así.

Observé el escenario. Ahora vacío con la imponente imagen de la Catedral de fondo. Corrí a prepararme y sin darnos cuenta había llegado la hora de una entrevista con Telenoche.

Catalina, la entrevistadora es una genia. Tantos años trabajando de esto con un respeto hacia los actores. Siempre se enfoca en lo laboral y no en rumores inventados. Reí porque hoy no era Mariano Martínez, sino el Padre Tomás. Personaje que día a día iba queriendo más.

Lali hacía de una monjita simpática y terrible, tal como lo explicó frente a las cámaras. Era única. ¿Quién se imaginaría a una novicia con sandalias con plataformas? Sólo Esperanza podía hacerlo.

No podía dejar de mirar la energía que irradiaba mi compañera de elenco. La pasión con la que encaraba cada proyecto. La humildad que encarna al decir que tiene los pies sobre la tierra sin que se le suba a la cabeza saber que toda esa gente que está ahí afuera esperándola vino específicamente por ella. "Desde que la seguían siendo una Teen Angels", había dicho Catalina.

Llegó la hora de salir y me sorprendí a mí mismo cuando estuve parado en ese escenario viendo ahora a las miles de personas que gritaban con tanta entrega. Disfruté del show brindado por las monjitas. Fue una fiesta.

Guido había compartido trabajo con Lali cuando ella era sólo una nena en "Rincón de Luz" y hoy la observaba a la luz de ser la cara de su primer protagónico. Me encantaba escucharlo hablar tan bien de semejante actriz, tras bambalinas. También estaba agradecido porque me hizo sentir cómodo. Hasta que ocurrió algo que me descolocó.

Llegó un momento especial. Debía hacer acto de presencia junto a Lali mientras cantaba un tema que me había dicho que era sorpresa. Lo escribió en conjunto con otros músicos para la historia de Tomás y Esperanza.

Antes de eso, mi querida manía de tomarnos una foto no pasó desapercibida para Guido. Nos delató.

-¿Hay amor acá? ¿Qué está pasando? –comentó por el micrófono a lo que el tumulto de gente comenzó a gritar. -¿Qué pasa entre el Padre Tomás y la novicia? –siguió.

Claro. Se refería a los personajes. No entendía por qué un calor inexplicable se me había subido hasta el cuello.

-Pasa que... -dijo Lali –Esperanza es muy apasionada. Ya irán viendo cómo es la historia. Es de amor obviamente. Un amor prohibido... porque como ven, él es un Padre. –me lanzó una mirada pidiendo ayuda.

-Somos buenos amigos. Muy buenos amigos, ¿verdad Esperanza?

Guido hizo un gesto de duda que sólo alentaba a que todos estén expectantes hasta que una melodía comenzó a sonar. Me posicioné en el lugar indicado. Y la escuché.

Te miré a los ojos sin querer...

Mi vida cambió... llenaste mis mañanas... voy a gritarle al viento mi verdad...

Ya no importará... más que tu mirada...

Yo sé que este amor brillará... y todo el dolor sanará...

¡Júrame que no es pecado...! Sentir este amor...

Que rompe con las reglas... que vale más que mil plegarias...

No es en vano esto que siente mi corazón... si amar es un milagro... esto es amor...

La canción era perfecta para la historia. No podía dejar de oír a Lali. Esa voz tan dulce que se desprendía de su ser. Mis ojos se concentraron en ella, tal como lo haría el Padre Tomás. Enamorado eterno de su querida novicia. Sentía que Lali me la cantaba sólo a mí. Nuestra canción. Y en verdad era así. Sólo que la que sentía todas esas cosas era Esperanza. Y ella no existía en la vida real.

Lala estaba llevando tan bien su papel como novicia rebelde que me lo creí. Quise creérmelo. El abrazo que me regaló al final de la canción me lo confirmó. Apoyó tiernamente su cabeza sobre mi brazo. Y yo sólo pude tomar su mano, mitad deseo, mitad miedo. Y la culpa del Padre Tomás se hizo mía.



Hola otra vez! Espero les guste! Gracias por leerme! :) Escucho sus opiniones!

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