DEL OTRO LADO

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Hola!! Les dejo el de hoy! Me dicen si les gustó :D

Se subieron solos unos capítulos anteriores (enloqueció la página, jajajaja) por eso los borré!.

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POV LALI

No podía creer lo que estaba sucediendo. Mariano había viajado horas para presenciar el A Bailar Tour, a pesar de lo que eso significaba. No había vuelta atrás. Podría jurar que era un sueño, pero sus besos me decían que estaba pasando. Que era real.

Entrelazó mis dedos con los suyos, así como ocurren en las películas románticas, lanzando un suspiro que podía definir como resignación.

-Gracias... -musitó regalándome una de esas sonrisas tan perfectas que sólo él tiene. – Gracias por este regalo...

Dejó un beso tierno sobre mi frente después de verme lanzar un bostezo. Eran las tres de la mañana y nosotros seguíamos ahí. Casi sin hablar. Apoyé una de mis manos sobre su pecho, justo donde debajo se encuentra su corazón. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía en casa.

POV MARIANO

Me podía pasar toda la noche mirando la paz que me transmitía Lali así dormida contra mi cuerpo. Me hacía olvidar el mundo. Mejor dicho, podía creer en un nuevo comienzo.

¿Qué me hiciste, Lala?

Mi celular comenzó a sonar y no quería despertarla.

-Juli –dije en voz baja una vez me encerré en el baño.

-No te escucho casi, Mariano. ¿Estás bien?

-Sí, pasa que estoy medio dormido –mentí. –No puedo hablar mucho. Decime, ¿qué necesitas? ¿Pasó algo con los chicos?

-Están durmiendo, quédate tranquilo. Quería saber cómo estabas vos. No me gusta que estemos así, mi amor...

-Juli, no podemos hablar de esto por acá. Es muy tarde... está todo bien, en serio. Mañana vuelvo.

-¿Pudiste aclarar... tus... cosas? –insistió.

Lancé un suspiro y sin querer tiré un frasco de cremas que estaba sobre una mesita.

-Ya vamos a hablar, Juli. No quiero discutir... -dije lo más tranquilo que pude. –Nos vemos en unas horas. Mandales un beso a mis bebés.

-Pensé que volvías esta noche.

-No, Juli. No iba a manejar tan cansado. Mirá la hora que es. Anda a descansar, por favor te lo pido. Nos vemos.

Esperé a que colgara. No podía ni quería fingir nada. No me salía. Y sé que dentro de poco no iba a poder contener todo el amor guardado que fui acumulando por esa mujer que dormía a unos metros de mí.

Dejé todo en su lugar. Acomodé las cosas que había tirado culpa de los nervios y no pude evitar sonreír al ver sobre una silla ese conjunto blanco que fue el culpable de que hoy esté metido en este lío del cual no quiero salir. Más que culpable, aliado. De todas formas, hace tiempo me venía aguantando ver tan triste a Lali culpa del rubio ausente. Necesitaba hablar con Juliana para que Lali sea de una vez por todas mi Lala.

Una voz me quitó de mis pensamientos. ¿O era mi imaginación?

La busqué y una ternura me invadió al verla toda semidormida, abrazada a una almohada que medía casi como ella.

-Quedate conmigo... -dijo entre sueños. –Quedate...

Mi amor.

Caminé hasta llegar a su lado, intentando hacerme un lugar en esa cama gigante para que ella no se cayera. Estaba casi en el borde. Giraba y chocaba contra el piso.

Tu tierra y tu cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora