Espero les guste!!!
-----
POV LALI
-¿Cambio de planes? –Franco se chocaba las manos festejando con la cabeza anaranjada. -¿Te quedas Mariano?
-Cerca, Rosario siempre estuvo cerca... -canturreó Leti abrazándolos como un coro improvisado que más que cantar aullaba.
-Milo está mucho mejor y creo que es mejor que me quede a descansar un poco. Hace días no pego un ojo, literalmente.
Sonreí orgullosa de escucharlo hablar así, nuevamente contento y con el alma en su cuerpo pero era verdad, necesitaba reponer fuerzas el amor de mi vida.
-Hablando de planes, ¿qué pinta esta noche?
-Y no sé ustedes... -la voz sugerente de Ange quiso que me enoje pero nada me sacaba la felicidad de que Milo estaba bien –pero con Franco nos vamos a bailar. ¿Quién se prende?
-Yo me uno a un tour nocturno por la ciudad rosarina –apoyó Natalie junto a Vane.
-Listo entonces, estamos todos. ¡A festejar Esperanza Mía!
-Yo me quedo... -solté mordiéndome el labio mirando a Marian que se caía del sueño. –Fue un día largo... sale fiesta entre Lali y unas pelis –dije entre risas.
-¿Y vos?
-Me pego un baño y a la cama, estamos viejos para estas cosas nosotros – Aprendí de Marian eso de seguir las corazonadas. Me leyó la mente. –disfruten ustedes que son jóvenes.
-¡Uy! Se te pegó posta el papel del viejo loco a vos.
POV MARIANO
Hablé con el de recepción y pedí un cuarto en el piso ocho del gran Hotel Amerian. Me daba gracia que se hayan tomado la molestia de negar que no íbamos a hospedarnos acá para que las fans terminen haciendo campaña afuera. Son peor que la mafia, una mafia linda.
Porque ellas son felices con nuestro amor y nada más. No piden nada más. Salvo fotos... nada más. Diferente a los periodistas.
Me guardé la que sería mi llave y con la otra metí despacio en la cerradura para dejar una copia en el cuarto de Lali antes de que llegue.
Escuché su voz viniendo desde el pasillo y me metí al ascensor con rapidez.
Llegué a mi piso, uno más abajo que el de todo el elenco, y me frené con una sonrisa en mi cara al ver la pantalla de mi celular.
"¿Dónde estás?"
No tuve oportunidad de contestar que me encontré una mujer realmente divina en miniatura saliendo del ascensor con unos ojos que me pedían que la devore entera.
La atraje hacia mí chocando mi boca con la suya que me respondía de forma voraz. La tomé por la cintura obligándola a que sus brazos rodeen mi cuello para una mayor cercanía, y así, nos llevé hacia la puerta de mi habitación. Nos separamos para respirar sólo en el momento en que me detuve a abrir la puerta hasta cerrarla con llave y un pequeño cartel que rezaba "no molestar" a lo que Lala sonrió con timidez.
Vi cómo se detenía a desprender uno a uno los botones de mi camisa quitándome el rosario que todavía llevaba puesto de la función de hoy. Sus manos me recorrieron el torso con lentitud haciendo que pierda todo sentido de razón. Bajé con suavidad la camisa de jean que llevaba puesta, primero por sus brazos hasta que la vi caer por completo al suelo. Seguimos nuestro camino hasta llegar al baño de la suite casi tropezándonos con las cosas a nuestro paso, sin importarnos demasiado el desorden.
Nos deshicimos de nuestras ropas por completo y me dediqué a admirar la belleza del amor de mi vida, haciéndole saber cuánto la amaba con cada caricia a la que ella respondía con intensidad estrechándose aún más contra mí. Nuestros cuerpos se reconocían de una manera extraña y casi mágica. Siempre existía una fuerza invisible que hacía cada uno de nuestros encuentros como si fuese el primero. Me embobé acariciando cada parte de su piel y respirando su perfume mientras lavaba su cabello. Teniéndola así, de espaldas regalándome la vista de ese cuello tan apetecible y su hombro tan cerca de mí, tan sólo me invitaba a que probara su sabor una vez más.
-¿Qué tenés con mi hombro, mi amor? –su risa nerviosa me confirmaba aquello que eso provocaba en su interior. Luego de darle una suave mordida la llené de besos oyéndola suspirar.
Entre caricias y besos, se nos pasó el tiempo volando. La envolví con ternura entre toallas mientras tomaba asiento en la gran cama de la habitación.
Marqué en el teléfono pidiendo que nos trajeran la comida. Corté y Lali llegó a mi lado ya vestida y completamente feliz al igual que yo.
-Estás muy linda...
-Parezco una nena de dos años así –se señaló la cola alta que se había hecho en su cabeza, que le quedaba perfecto. Bueno, para mí, todo le quedaba bien.
-Sos mi nena, entonces...
Tuvimos nuestra cena en tranquilidad, sin levantarnos un momento de la cama que usamos como mesa. Admiraba que Lali no enchastrara las sábanas blancas con todo el chocolate que se estaba comiendo.
-¿Queres? –preguntó culpable después de haberse comido casi todo el helado ella sola.
Asentí antes de que me convidara con una cuchara trayéndome hacia mi boca.
-¿Y?
-Rico...
-Entonces, te va a gustar esto...
La vi avanzar hacia mí de forma peligrosa tirando a un lado el pote de helado mientras que sentía su sabor en mis labios. Mezcla de chocolate y todo el amor que siento por ella.
-¿Te gustó?
-vos me gustas –volví a besarla, intensificando el beso entrelazando mi lengua con la suya con fuerza hasta dejarla sin aire –vos y solo vos...
-Si tengo tu amor... -tarareó soltando una risita... - si tengo tu amooooor...
-¿El mío? –repetí lo mismo que había dicho en el musical horas antes.
-Tengo esperanza...
ESTÁS LEYENDO
Tu tierra y tu cielo
FanficDesde que Mariano Martínez y Lali Esposito comenzaron lo que sería "Esperanza Mía" todo cambió. El amor entre Esperanza y el Padre Tomás, sus personajes respectivamente, llegó a cobrar vida en ellos, también en la realidad. En un comienzo ambos est...