Tu tierra y tu cielo

Un sol esperanzado P1

Capítulo dos del día! :D

Espero les guste!!!!

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POV MARIANO

Después de varios días donde nos atosigaron con rumores, preguntas y fotografías teníamos que dar la cara.

Me daba un asco ajeno ver esa cantidad de periodistas esperando fuera de Pol-Ka acechantes en plena cacería. Me enfermaba tanto no poder cuidar a mi Lala como debería. Todo tenía que quedar puertas adentro. Todavía recuerdo ese amargo momento en el que tuve que desmentir todo. La rabia volvía a inundarme al pensar en eso.

Las fans no tenían la culpa. Ellas aseguraban ese amor que ven en nosotros. Qué podíamos decirles si no lo podemos evitar y en el teatro es la única vez que tenemos la posibilidad de desahogarnos de forma pública. Cortar con la tensión que nos carcome día a día.

Este es el precio que nos toca a cambio del trabajo que elegimos como vida. Precio caro, reconozco.

Odiaba detenerme a pensar en todo esto. Ni Lali ni yo elegimos amarnos. Lo que sí elegimos fue luchar por esto sabiendo lo que se venía. Y a su lado, no me importa nada más. Es nuestra vida.

¿POR QUÉ?

Sentí unas pequeñas manos rodeándome desde atrás, aferrándose a mi espalda. Lancé un suspiro. No quería que ella me viera en este estado de crisis.

-¿Me vas a decir qué te pasa, mi amor?

Esta mujer era increíble. Ni siquiera me estaba mirando a los ojos. No necesitaba hacerlo para reconocer cada detalle de mí. Volví a suspirar dejando salir toda la bronca acumulada sintiendo cómo su abrazo se intensificaba. Le respondí alzando mis brazos hasta llegar a su altura y con cuidado, la obligué a caer sobre mí. Era tan liviana de peso que no me costó trabajo hacerlo. La cargué sobre mi regazo como una niña pequeña, permitiéndome perderme en esos ojos oscuros que me trasladaban a un lugar lejano donde existíamos solamente nosotros.

Comenzó a reír, esa risa tan pura que siempre me salvaba.

-Sigo esperando una respuesta... -soltó sin apartarme su mirada.

-Ya la conocés. No quiero hablar de eso.

Apoyó una de sus manos sobre un costado de mi rostro, conteniéndome. La necesidad fue más fuerte y me venció inclinándome hasta cortar toda distancia de sus labios. La besé con fuerza, casi tanta como cuando ocurría lo mismo en el teatro, sólo que no éramos ni Tomás ni Esperanza. Me respondió con la misma intensidad, casi bruta que nos dejó sin aire. No quería separarme de ella. No me importaba la hinchazón que causaría en sus labios ni que en unos minutos estaríamos yendo al gran Luna Park para estar colaborando en "Un sol para los chicos".

Sentí un quejido débil que nació desde el interior de Lali. Repentinamente, me separé muy a mi pesar.

La miré con ternura y culpa. La mordida que dejé en su labio superior había dejado una pequeña marca. Ahora lo entendía.

-Perdoname. Soy un bruto, Lala. Pasa que... pasa que me podes tanto.

Depositó un nuevo beso que decidí cortar esta vez para no pasar a mayores. Se nos hacía tarde.

-Mi amor, me parece que tenemos que avisar que estamos en camino porque nos van a matar. Franco me avisó que ellos ya llegaron, y no nos conviene que empiecen a hablar otra vez... Ya conocés la historia. Además, no quiero volver a verte con esa cara por esta razón.