Tiempo de cambios

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POV LALI

Lo que menos me esperaba era escuchar lo que acababa de decir Angelita. Estaba convencida que Benjamín, mi novio había cambiado y vengo a enterarme que, otra vez, quien siempre estaba ahí era Marian.

En algún momento mi cabeza iba a explotar porque me lo vengo guardando para mi sola. Hasta ahora no quería que nadie más supiese acerca de mis dudas. Pero, como dicen, aparece alguien en el momento justo. Eso quiero creer.

-¿Puedo pasar?

-Anita, pasa. Dale. –dije aliviada al ver a quien hacía de Madre Superiora y protectora de Esperanza. -¿Querés uno? –le ofrecí chocolates, infaltables en mi vida.

-Lo que quiero saber es cómo te sentís. No quiero meterme en tu vida, pero hace días que vengo viendo la misma tristeza en tu carita. Tengo experiencia, y aunque seas una excelente actriz que crece día a día... una mujer reconoce en la mirada cuando pasa algo en otra persona que quiere mucho. Somos intuitivas, Lali. Yo te quiero mucho, y quiero verte bien...

-Pero... si estoy bien, Anita.

Mi voz sonó un poco débil y a ella no podía mentirle. No quería. Necesitaba dejar soltar.

-¿Tanto se me nota?

-Ay, mi chiquitita. –Anita me abrazó rodeándome con sus brazos de manera maternal. –Es que sos muy transparente. Tus ojos dicen tanto, que cuando no te das cuenta, te están revelando todo sin pedirte permiso.

-¿Qué? ¿Entonces tengo un cartel gigante en la frente que dice algo? –intenté sonar divertida.

-No. Tanto así tampoco. Ya te dije que durante todo este tiempo te fui conociendo y se me hace sencillo. No digo que todos lo hayan notado. Fácilmente unos pueden confundirlo con cansancio, que te viene bien porque en unos días vas a seguir con tu gira, y te van a sobrar las ganas de dormir. Pero estoy segura que eso no es lo que te tiene intranquila.

La abracé más fuerte. Como si tuviese cinco años.

-No es necesario que me lo cuentes. Pero necesitaba hacerte saber que contás conmigo. Quizás, somos más parecidas de lo que pensas. Puedo ayudarte. No creas que sos la primera a la que le surge un ataque de dudas en el corazón.

-Anita me estás diciendo que no tengo un cartel pero me estás sacando la ficha peor que un psicoanalista. Basta. –reí, sin mirarla a los ojos.

-Sólo te puedo decir una cosa... Sos tan jovencita y te estás haciendo tanto drama por algo que no debe ser tan grave. Te repito, sos joven... Estás con ese chico divino de ojitos claros hace tanto tiempo. Eso es verdad. Pero... eso no quiere decir que sea así siempre. A ver, no sé si me explico –se interrumpió buscando las palabras. – a lo que voy es que, a veces, uno se acostumbra a sentir algo... y lo toma por correcto... pero llega alguien...

-Que te cambia todas las estructuras... -solté.

-Bueno, también. Puede ser. –me miró atando cabos. – puede llegar alguien y hacerte ver algo que no conocías o creías conocer. No tiene sentido que estés tan triste, corazón. Tenés que dejar de pensar un poco y dejarte llevar. Que todo fluya. Vos misma me contaste una vez que hay que vivir el día a día. Seguí tu propio consejo. Hacele caso a esta vieja que tiene unos años más que vos.

Volví a abrazarla agradeciéndole la calma que me brindó. Su sinceridad me hacía sentir segura de que esta charla quedaría entre nosotras únicamente. Como si hubiese hablado con mi mamá. Ella tenía razón. Tenía que seguir a mi corazón como lo hacía antes.

-Te prometo que voy a no pensar, Anita. Te quiero.

POV MARIANO

-¿Seguís enojado? –conocía esa voz. Tenía que entenderla porque es una nena. Es normal que ellos se arriesguen sin pensar. Pero no la entendía.

-No.

-Ay pero que chiquilín, Mariano. –rió Ange. – Me lo vas a agradecer cuando te des cuenta. ¿No vas a preguntarme por qué lo hice?

-No estoy enojado, Ange. En serio. Se fue de las manos nada más, algo que empezó siendo un simple desayuno. Lo que me enoja es que escuché a varios hablando de eso y nadie me dijo nada.

-Volvamos. ¿No vas a preguntarme por qué lo hice? –repitió. –Te lo voy a contar igual. Nadie te lo dijo porque no estaban hablando de vos. Lali creyó que fue su novio quien le hizo esa sorpresa. No vos, Mariano. Por eso se lo conté. Porque no me cae Benjamín. Es un genio con la música y eso. Pero Lali no es la misma últimamente. Está bien que seguro ahora pensas que soy una nena caprichosa porque hice eso, pero tuve mis motivos. No iba a dejar que Benja se lleve todas las flores cuando no hizo nada.

No pude evitar sonreír ante su gesto. Aunque automáticamente me arrepentí. Lali en ningún momento pensó que vino de mi parte ese regalo. Y era entendible. Ange me dejó en claro que Benjamín es su novio pero a su vez que Lala está distinta.

Me prometí a mismo que iba a dejar de mentirme. Me daba dos semanas como plazo. Si Lali seguía así conmigo, hablaría con Juliana. Más allá de que Angelita piense como piensa toda persona de su edad y se deja llevar por los impulsos, esto me confirmaba que había algo más. Por más que seamos el Padre Tomás y Esperanza, fuera de cámaras esa chispa nunca se apagaba. Si todo quedaba en mi imaginación, seguiríamos siendo los amigos cómplices que somos hasta ahora.




El último por hoy! Espero les guste! :D GRACIAS!

Tu tierra y tu cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora