Duros caminos del destino [Wigetta y Lutaxx]

45. 'Me importa, señor'

Samuel.

—Has estado muy bien, Willy... —Acaricié una de las sonrojadas mejillas del chico que tenía frente a mí— Gracias a ese comentario, Luzu se volverá loco de celos. Eso lo hará despertar por completo. Será el Luzu de siempre. El que conocí cuando era pequeño —Me quedé en silencio y lo miré a los ojos—. ¿No crees que lo merece? —Él asintió.

—Pero Frank...

—A ese mocoso no le pasara nada —Me di media vuelta, llevándome una mano al pelo, para peinármelo—. Creo que le gusta realmente... Si no ya habría abusado de él, hasta hacerle un daño insufrible.

—¿D-de verdad lo cree?

—Hazme caso —Me giré de nuevo para mirarlo—. Sólo en un caso muy extremo le haría daño, y para eso lo he adiestrado estos últimos días.

—¿Para que no le hiciera daño? —preguntó con cierto interés. ¿Qué le pasaba a este chico con su obsesión de que yo podría ser una buena persona?

—Cállate. Tú sólo confía en eso —Él volvió a mover la cabeza en sentido afirmativo—. Siéntate —Le ordené—. Buen chico —dije, cuando lo vi arrodillado frente a mí en el suelo—. Por tu buen comportamiento de hoy, te dejaré elegir lo que quieras hacer. Pero no me hagas esperar, o elegiré yo.

—Quiero dormir con usted, amo. Esta noche. —Lo observé desde la altura, meditando lo que había dicho.

—Está bien. Puedes dormir conmigo —Una sonrisa se dibujó en sus labios. De verdad, que yo no comprendía a ese chico—. ¿Es eso lo que más deseas? —Su mirada pareció cambiar un poco, pero no me pareció algo malo. Sin embargo no creo que pensase algo como "No, lo que más deseo es huir" Su cara no me decía eso en absoluto.

—Es lo que más deseo, amo.

—De acuerdo. Puedes levantarte —El chico se levantó, sin dejar de mirarme de arriba a abajo—.¿Qué miras, Willy? ¿Te he dicho yo que me mires así?

—No, señor... No creí que fuera neces...

—Pues deja de creer tanto —Me dirigí hacia el sofá y me senté de un salto. Le hice un gesto al chico que se había quedado como un pasmarote, donde lo había dejado, para que viniera. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se quedó quieto frente a mí, esperando que le ordenara qué hacer—. Puedes sentarte a mi lado, pero no creas que siempre será igual. —Algo había en su media sonrisa, que me fastidiaba. Era como si el supiera algo que yo no llegaba a comprender. Pero no fui capaz de preguntarle. No por falta de voluntad, sino porque no sabía si realmente quería empezar esa conversación.

—Amo... —Desvié la mirada, de reojos, al de ojos rasgados, y esperé a que continuara— ¿Puedo... decirle algo? —El chaval no estaba seguro de si mantener una charla conmigo, sería buena idea, pero aún así tuvo el valor de intentarlo.

—¿De qué se trata?

—Es que... no sé si se enfadará conmigo... —Suspiré, me moví en el asiento, para poder verlo mejor.

—No te prometo nada. Suéltalo.

—No... —Oír una respuesta negativa, no era lo que me esperaba de él. Fruncí el ceño y lo miré enfadado— No me mire así, por favor... Es que no quiero hacerle enfadar.

—Si no me lo dices, vas a enfadarme mucho más.

—Está bien... —Tragó saliva y bajó la cabeza para no mirarme— Quería saber si sería posible que alguna vez se abriera conmigo... No sé, podría intentar expresar sus sentimientos... Yo lo escucharía encantado.