— Ahora entiendo todo, Lily — digo apenas ella se sienta a mi lado.
— ¿Qué cosa?
— Lo de nuestro beso.
Ella ríe.
— ¿Te dijo algo Agata?
— Me pregunto si estábamos saliendo.
— Las chicas cuando preguntamos esas cosas es porque el tipo nos importa — sonríe con orgullo.
— ¿Tu crees?
— Claro que si, Mati.
— También dijo que no le gustaría verme con otra mujer.
Lily abre sus ojos sorprendida.
— Luego dijo que no piense que le gusto.
— Es una tonta — niega con la cabeza —. Y yo que pensé que iba a sacar sus garras luego de vernos a los besos.
— Puede que hayas empeorado las cosas.
— No lo creo, conozco a las de su tipo.
— ¿Cómo son las de su tipo? — quiero saber.
— Amigo, solo te puedo decir que esa chica caerá ante tus encantos.
Me encojo de hombros.
— Si tú lo dices — digo ya sin esperanzas.
— ¡Hola chicos! — nos saluda una Agata totalmente alegre desde la puerta de entrada de la cafetería.
Le saludamos con una sonrisa.
— ¿Cómo va todo Agata? — pregunta Lily.
— La vida me va de maravilla — se sienta en la silla desocupada que estaba a mi lado — Mati — me habla.
— ¿Dime?
— Tengo una pregunta para ti — ahora mira a Lily — espero que no te moleste —mi amiga se encogió de hombros. — Quería saber — se queda en silencio unos segundos — me gustaría saber si tu...
— ¡Vamos Agata que me pones nerviosa! — le interrumpe Lily.
— Quería saber si... — toma aire — ¿Te gustaría salir conmigo?
Me quedo petrificado.
— Pero no pienses que es una cita ni nada — advierte antes de que me haga algún tipo de ilusión.
— Yo... yo... — titubeo.
— ¡Ey idiota! — llama mi atención Lily con un golpe en la cabeza.
La miro con cara de pocos amigos.
— La chica esta esperando tu respuesta — dice entre dientes.
— Bueno... — la miro a los ojos, ella me observa expectante — Si eso te hace feliz — repito lo que ella me había dicho cuando aceptó salir conmigo — Entonces si quiero salir contigo — sonrío de oreja a oreja.
— ¡Genial! — se levanta de su lugar y se va casi dando saltitos de alegría.
— Esta chica si que es rara — dice Lily sin despegar la mirada de Agata.
— Pero la quiero — murmuro.
— Que cursi eres Matías.
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Cien días con Agata © | PA#1
Short StoryMatías, aparentemente un mujeriego sin remedio y acostumbrado a tener todo lo que quiere... hasta que conoce a la chica de sus sueños. Gracias a Agata sabrá lo que es enamorarse por primera vez, pero también conocerá las desventajas que le tr...