Día 54.

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— ¡Oye! — grita una chica — ¡Idiota! — Continúo caminando — ¡Él que escribió la palabra eterno en un muro! — Me detengo — No sé porque no te diste la vuelta cuando te grité idiota — dice habla detrás de mi. Me giro sobre mis zapatos para mirarle.

Después de lo que paso entre nosotros aquella noche no le había vuelto a ver, hasta ahora.

— No me mires así.

— ¿Cómo te estoy mirando? — sonrío.

— Como si me hubieses visto desnuda — bromea.

Mi pulso se acelera.

— Sé que aún no lo superas — me coquetea.

— ¡En la vida podré superar una noche con Lilian! — exclamo divertido.

— Shhh — pone un dedo sobre mis labios —. Prometiste no decirle a nadie — mira para todos lados — además fue algo que solo haríamos borrachos.

Me quedo paralizado mirándole, me gustaría decirle que me daría el privilegio de estar con ella sin estar borracho.

— Hola Lily — nos interrumpe Agata.

Mi amiga aparta su mano de mi boca.

— ¿Mati te contó la buena noticia? — pregunta con emoción.

— No — Lily me mira confundida esperando una respuesta de mi parte — ¿Cuál buena noticia?

— Ayer me pidió que fuera su novia — sonríe alegre — ¿No es increíble?

A Lily se le cae la cara a tres metros bajo tierra. 

Cien días con Agata © | PA#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora