¡Feliz Cumpleaños Lily!

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— ¡Ha renacido entre las cenizas el ave Mati! — grita Nico al verme llegar al Blue Sky.

— Hola trío de imbéciles — saludo a mis amigos — ¿Y Lily? — la busco con la mirada pero no hay rastro de ella.

— Aún no llega — responde Felipe — ¿Andan las cosas mal con ella?

— Ha dicho que la has dejado por Agata — comenta Jack.

— ¿Tan hijo de puta eres para olvidarte de tu mejor amiga? — añade Nico.

— ¡Alto! — les interrumpo. Mi cabeza ha tenido un colapso por el bombardeo de preguntas.

— Las cosas no andan mal con ella — les respondo—. No la he dejado por Agata, eso ni en sueños lo haría y no me he olvidado de mi mejor amiga.

Los tres se miran y asienten.

— ¿Cómo ha ido el sexo? — pregunta de repente Jack.

— No hemos tenido sexo.

Mis amigos se echan a reír.

— ¿Lo puedes repetir? — Pide Nico — ¡Es la primera vez en mi vida que escucho a Matías decir esto! Necesito grabarlo — saca su celular del bolsillo — ¡Vamos Mati di lo tuyo! — insiste. Le doy un golpe en la cabeza.

— Serás idiota — intento ocultar mi sonrisa, pero me es imposible.

— ¡Que mier...! — Exclama Felipe — ¿Esa es Lily? — apunta hacia la puerta del bar. Todos nos damos vuelta para verla.

No sé porque las mujeres le dicen vestido a una camiseta que tiene de largo dos dedos bajo el trasero.

— Ese vestido azul se lo quitaría en un segundo — dice Jack.

— Creo que son las piernas más sexys que he visto en mi vida — agrega Nico.

— ¿Llevará ropa interior? — indaga Felipe.

Frunzo el ceño y les maldigo en mi cabeza.

— Hola — nos saluda una Lily totalmente tímida.

— Lily — se le acerca Jack para pasar sus brazos por sus hombros — ¡Exijo que te vistas así toda la vida!

Ella carcajea con tanta frescura que había olvidado lo que me gustaba verle reír.

— No podría hacerlo — su sonrisa deslumbra a todos —. Se enamorarían de mi — bromea.

— Creo que alguien se ha quedado mudo — les interrumpe Nico señalándome con la cabeza.

Cierro la boca, ni siquiera me había dado cuenta que la tenia abierta.

— ¡Al fin te puedo ver! — Dice mi amiga lanzándose a mis brazos —. Te he extrañado pedazo de idiota — me susurra al oído. La aprieto fuerte contra mi cuerpo.

— También te he extrañado.

— Me estas asfixiando, Mati.

— Disculpa — la alejo de mí y la miro de pies a cabeza —. Te ves bien — sonrío.

— Lo sé — dice orgullosa — También sé que se te ha caído el alma al suelo con solo verme.

Trago saliva.

— ¿Cómo lo sabes?

— He pasado tres años a tu lado, pegada a tu sombra como una sicópata — sonríe — te conozco más que a mi vida.

— ¡Basta de hablar! — Nos interrumpe Jack — Hoy es mi día libre y quiero disfrutarlo hasta que las velas no ardan — dice con entusiasmo — ¡Ey Eric! — llama a su compañero de trabajo — Tráenos tequila y whisky.

Cien días con Agata © | PA#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora