Día 74.

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— Ya extrañaba encontrarme contigo aquí — le digo a mi amiga.

Me siento a su lado.

— Yo sigo viniendo aquí — responde sin despegar la mirada de su batido —. No como tú que desde que llegó Agata a tu vida no sabes más que estar con ella.

— Eso no es cierto, Lily — frunzo el ceño — sabes bien que he intentado mantener todo como antes.

— Lamento informarte que no te ha resultado.

— ¿Qué te pasa? — le pregunto.

— Nada que tú no sepas, Matías — me mira por primera vez — pero como eres un poco idiota tengo que explicártelo.

Trago saliva.

Lily enfadada no era buen augurio.

— Desde que somos amigos, ningún día me dejaste plantada, pero cuando ella entró a tu vida, he dejado de verte por días — reclama.

— ¿Quieres tiempo para ti?

Afirma con la cabeza.

— Quiero al amigo que tenia antes de que se enamorará, quiero salir con él y disfrutar de una noche de borrachera, quiero revivir esos momentos que teníamos cuando nada nos importaba, cuando el amor no nos separaba.

— Podemos seguir haciendo todo eso, Lily.

— No si ella llega a cada lugar en el que nos encontramos — apunta con la cabeza hacia la puerta de entrada.

Miro hacia la puerta, Agata hace acto de presencia con esa hermosa figura y perfecta sonrisa.

— Si me quieres, también tendrás que soportar que Agata sea parte de mi vida.

Cien días con Agata © | PA#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora