— No me gustas.
— Tú tampoco me gustas, pero has alucinado con la idea desde la primera vez que te hable — miento.
— Eres un idiota.
— Lo sé.
— Te odio.
— ¿De verdad?
Ella asiente sin mirarme a los ojos.
— No te creo.
— Piensa lo que quieras — frunce el ceño.
Comienzo a caminar.
— ¿A dónde vas? — siento sus pasos siguiendo los míos.
— No puedo dejarte caminar junto a la persona que odias.
Se detiene. Avanzo un poco más y me giro sobre mis pies.
— ¿Qué querías Agata? — Pregunto — ¿Querías que siempre fuera el estúpido que se desviva por ti?
Ella se encoge de hombros.
— Solo quería que volvieras a ser tú, Matías — me mira a los ojos —. Nadie puede cambiar su forma de ser por alguien.
— ¡Yo no cambié! Solo quise ser bueno para ti.
— Lo fuiste, Mati — sonríe — ¿Qué parte no entiendes que yo no lo puedo ser para ti?
— Deberías de darte la oportunidad.
— No quiero — se cruza de brazos.
— ¡Entonces deja de buscarme!
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Cien días con Agata © | PA#1
Proză scurtăMatías, aparentemente un mujeriego sin remedio y acostumbrado a tener todo lo que quiere... hasta que conoce a la chica de sus sueños. Gracias a Agata sabrá lo que es enamorarse por primera vez, pero también conocerá las desventajas que le tr...