Día 58.

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— No has pensado que quizás tu amor por Agata solo sea físico y en verdad estés enamorado de Lily— dice Cristóbal, mi hermano dos años mayor.

Niego con la cabeza repetidas veces.

— ¡Vamos Matías reconocerlo! — insiste.

— No voy a reconocer nada, Cris— frunzo el ceño —. Amo a Agata como tú amaste a tu exnovia, pero también amo a Lily pero como mi mejor amiga.

Él asiente.

— Míralas — dirigimos la mirada hacia Agata y Lily que estaban acostadas sobre sus toallas tomando sol — Dime ¿qué ves en Agata que no ves en Lily?

— No me hagas comparar, idiota— bebo un sorbo de mi cerveza—. Ellas son diferentes, demasiado diferentes.

— Solo te diré una cosa, Matías— me señala con el dedo—. Agata es de las chicas que te rompen el corazón.

Otro más que dice lo mismo.

— En cambio Lily, es de esas que te llevan al cielo y no te dejan bajar por más que quieras escapar del maldito amor.

Lo miro confundido.

¿Acaso ha estado enamorado de Lily? Si fuera así ¡Lo mato! Ningún hombre seria suficientemente bueno para ella, ni siquiera mi propio hermano.

— ¿Y tú que sabes de Agata? Si apenas la conoces hace tres días— cambio de tema.

No quiero hablar de Lily, tengo mis sentimientos claros hacia ella no necesito que nadie más lo sepa.

— Hermano, conozco a las mujeres como la palma de mi mano — sonríe de medio lado— Me sorprende que tú no lo hagas sabiendo de tu historial de chicas, o quizás ella está invadiendo demasiado tu mente y tu miembro que no te deja pensar.

— Cristóbal, solo quiero disfrutar el tiempo que Agata me permita estar con ella.

— Sólo espero que no te rompa el corazón como lo hicieron conmigo— agrega cabizbajo— no se siente bien.

— Lo sé.

Cien días con Agata © | PA#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora