— Acabas de perder a dos chicas en un día — comenta Jack, mientras me sirve vodka — Ni siquiera te quedaste con el premio de consuelo — se burla — ¿Qué jugadas haces? Para no hacer lo mismo.
— Eso es lo que pasa Jack, el Matías que jugaba desapareció.
— ¿Qué te paso Matías? Antes eras chévere — imita a Bart Simpson.
Lanzo una carcajada.
— Sabía que te encontraría aquí — habla una chica a mis espaldas. Me doy la vuelta para mirarle.
Agata.
— Quiero decir que lo siento.
— Eso no deberías decírmelo a mi.
— Lo sé, pero ya me disculpe con Lily.
— ¿Te perdonó?
— Sí — se acerca más a mí —. Lamento hacerte discutir con ella.
— No te preocupes, ya luego lo solucionaré — sonrío —. Ahora dime Agata ¿Por qué terminaron esta vez con tu exnovio?
Ella toma mi vaso de la barra y bebe un poco de el.
— A veces hay cosas que me pasan que ni siquiera entiendo — se sincera —. Lo amo con todo mi corazón pero cuando estoy con él no puedo ser realmente yo — suspira — pero cuando estoy contigo, la verdadera Agata se muestra sin problemas.
— ¿Y eso es malo?
Asiente.
— Dime porqué.
— Ya te lo dije, Matías.
— Dilo de nuevo — insisto.
— Eres demasiado bueno para mí.
Me bebo todo el líquido de mi vaso, puede sentir el sabor amargo bajar por mi garganta.
— Si quieres que cambie puedo hacerlo — la tomo de las manos — Pídeme lo que quieras.
Ella niega un par de veces.
— No se trata de que tú cambies, Mati.
— Entonces ¿qué?
— Necesito que vuelvas a ser el tipo que eras antes, ese idiota que rompía corazones sin importar lo que esas pobres chicas sintiesen.
— ¿Por qué quieres eso?
No la entiendo.
— Porque así serías bueno para mi — finge una sonrisa.
— ¿Estarías dispuesta a compartirme con las demás?
Se encoje de hombros.
— Si que estas loca, ahora entiendo porque tu novio...
— Ex novio — me interrumpe.
— Lo que sea, ahora entiendo porque hace lo que quiere contigo— frunzo el ceño — ¿Sabes lo que pasa contigo?
— ¿Qué?
— Que no te quieres ni lo más mínimo.
— ¡Tú no sabes nada de mi! — exclama alterada.
¡Por qué tiene que ser tan extraña!
— ¡Haz lo que te pido y punto!
— ¡¿Eso es lo qué quieres?! — Grito — ¡Entonces seré el hijo de puta que quieres que sea!
— ¡Bien!
— ¡Bien! — me levanto del taburete. Y la dejo sola con sus tontas ideas.
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Cien días con Agata © | PA#1
Short StoryMatías, aparentemente un mujeriego sin remedio y acostumbrado a tener todo lo que quiere... hasta que conoce a la chica de sus sueños. Gracias a Agata sabrá lo que es enamorarse por primera vez, pero también conocerá las desventajas que le tr...