Capítulo 75. "Vuelo 365"

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- ¿Se va? - Preguntó mi amiga al otro lado del teléfono.

- Estoy en la mierda, Noa, en la más profunda y absoluta mierda - Me limpié las lágrimas de las mejillas con el puño de la camiseta.

- Tranquila, bebé, respira... - Murmuró cuando empecé a hipar.

- N-no puedo... - Sorbí por la nariz y cerré los ojos un segundo notando como cada vez más lágrimas se desprendían de mis ojos -. ¿Por qué se va ahora? No... No lo entiendo... - Hice una mueca -. Estábamos bien... ¿No? - Murmuré en voz alta, preguntándomelo a mí misma.

- ¡Eh! No pienses que es culpa tuya, porque no lo es, ¿vale? - Dijo mi amiga, porque me conocía bien y sabía lo que pensaba.- Es una oportunidad muy importante, Birdy... Tú hubieras hecho lo mismo.

- Sí, ¡pero no me esperaría hasta tres días antes de irme para decírselo! - Grité cabreada entre sollozos.

Estaba muy enfadada con Aidan y no sólo porque se fuera, que también, sino porque sabía que se iba desde hacía meses y había esperado hasta el último momento para que yo me enterase.

- Cariño... - Susurró mi madre asomándose por el quicio de la puerta.

- Noa, tengo que dejarte... Luego te llamo - Murmuré antes de colgar y dejar el móvil en la cama, a mi lado.

Me limpié la cara con las mangas de nuevo y mi madre se sentó a mi lado, besando mi frente.

- ¿Vas a ir a despedirte de Aidan? - Preguntó con ternura, quitándome las lágrimas de debajo de los ojos con los pulgares.

- No - Tenía la voz súper nasal por culpa de pasarme casi dos días llorando; me sentía ridícula.

- ¿Por qué?

- Porque estoy enfadada con él - Gruñí bajando la mirada.

En ese momento, casi como si lo hubiera, invocado, mi móvil vibró en la cama.

«Sé que estás enfadada conmigo, pero no quiero irme sin verte...»

«Por favor, pulguita...»

Tiré el móvil a la cama enfurruñada y me abracé a mí misma.

- Mi amor, sé que ahora mismo no quieres verle ni en pintura - Mi madre me hizo mirarle -, pero se va a ir y cuando se te pase el cabreo, te sentirás mal por no haber podido despedirte cuando estuviste a tiempo.

- Pero, mamá...

- Hazme caso, que para eso soy más sabia que tú - Bromeó mirándome -. Ese chico está igual de mal que tú, porque lo único que le une a este sitio es que te quiere...

- Pues mejor me lo pones... Se lo estoy haciendo todo más fácil - Yo seguía en mis trece.

Mi madre negó con la cabeza y me besó la frente de nuevo antes de levantarse.

- Tú sabrás lo que haces, Birdy... - Me miró desde la puerta -. Pero si no vas y no te despides de él como Dios manda, te arrepentirás.

Se marchó cerrando la puerta tras de sí y yo suspiré mordiéndome el labio y mirando al techo. Sabía que en realidad tenía razón. Esa sería la última vez que vería a Aidan... Pero le vería enfadada y precisamente por eso no quería ir.

Suspiré mirando el mensaje que me había mandado por la mañana diciendo la hora y la puerta de embarque por la que se marchaba.

Y aunque no tenía fuerza para hacerlo, finamente acabé yendo al aeropuerto a despedirme de él. Todavía no me podía creer que se fuese a ir sin mirar atrás. Ni siquiera sabía si yo debería estar allí.

Cuando lo vi, sentado en la sala de espera, con la maleta al lado, se esfumó de mí toda la poca fuerza que me quedaba y, con ella, el cabreo también disminuyó considerablemente. Y aún más cuando alzó la cabeza y me miró de lleno.

- ¿Birdy...? No pensaba que fueras a venir...

- Ya - Dije algo seca. Lo cierto era que no sabía muy bien qué decir. Odiaba mucho las despedidas y más cuando sabía que no volvería a ver a esa persona. Y estaba completamente segura de que esta vez sería la que más me dolería.

- No quiero irme enfadado contigo, pequeña...

- Entonces no te vayas - Pedí al borde de las lágrimas

- No puedes pedirme eso... - Se levantó y me puso ambas manos en la cara cuando yo bajé la cabeza -. Birdy, al menos prométeme que vamos a seguir siendo amigos.

- ¿Amigos? - Pregunté con ironía, arrugando la nariz.

No podía ser su amiga. Aidan y yo nunca habíamos sido amigos.

- Claro, ¿por qué no?

- Pues hombre... - Hice una mueca y él esbozó una sonrisa que no le llegó a los ojos.

Acortó la distancia entre nosotros y pegó sus labios a los míos, dándome un beso que me supo dolorosamente amargo: el último.

- Te quiero, ¿sí? Intentaré venir a verte alguna vez.

- Y supongo que eso debería consolarme, ¿no? - Pregunté ahogando un sollozo, mordiéndome los labios.

"Última llamada para los pasajeros del vuelo 365 con destino a Nueva York".

- ¡Joder! - Gritó lo mismo que yo estaba pensando cuando oí ese mensaje por megafonía.

Había llegado el momento; nuestra historia había llegado a su fin.

Aidan volvió a besarme, de manera más violenta y desesperada que nunca y yo quise aferrarme a él como si me fuera la vida en ello.

- Estarás bien sin mí, te lo prometo.

Pero a mí esa promesa me pareció una gran mentira y aún más cuando lo vi alejarse y desaparecer por el control policial. Caí de rodillas al suelo y empecé a llorar de manera desconsolada pensando en todos los momentos que habíamos vivido, tanto buenos como malos. Pensando que repetiría los malos mil veces antes que tener que alejarme de Aidan, porque le amaba más de lo que me amaba a mí misma. Y fue entonces, justo en ese momento cuando, por cursi que sonara, dejé de sentir mi corazón: Aidan se lo había llevado consigo a Nueva York.

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Hey there, I'm using wattpad xdddddddno

En fin, último capítulo de la semana, penúltimo capítulo de la novela. Me agrada comunicaros que esta mañana he terminado oficialmente de escribir Love y que posiblemente, lo más seguro la semana que viene terminaré de subirla. O quién sabe, quizá me haga algo de rogar.

Os dejo con la despedida de Birdy y Aidan, que os prometo que me rompió el corazón en muchos pedacitos. (Sí, a veces tengo corazón, aunque no lo parezca)

Lots of love,

Ari ❤

Love (Lies #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora