Capítulo 14. "Maldita Barbie"

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— ¿Especial por qué? — Preguntó Dave alzando una ceja. 

— Porque estamos los dos aquí — Dije antes de llevarme la pajita a la boca.

— ¿Y eso es especial? 

No lo sabes tú bien. Pero antes de que pudiera contestar entró alguien por la puerta. La Barbie. ¿Qué estaba haciendo ella aquí?

— ¿Mi amor, nos vamos? — Preguntó acercándose a Dave e ignorándome por completo. 

— ¿Brenda, te acuerdas de Birdy? — La rubia me miró de arriba abajo e hizo una mueca de asco.

— Claro, cómo no... — Se abrazó a Dave y le dio un beso detrás de la oreja — Cari, tenemos que irnos.

Debería haber evitado la pregunta, pero no pude hacerlo.

— ¿Habéis vuelto? — La rubia me sonrió por primera vez desde que había aparecido y victoriosa comentó:

— Nos hemos dado cuenta de que no podemos estar el uno sin el otro — miró a Dave, que parecía como si nada de lo que estaba pasando tuviera que ver con él—, ¿verdad?

— Vaya... pues me alegro — Mentí.

— Espero que hayas madurado lo necesario como para entender que tu tío necesita algo más que estar jugando con una niña — Quizá él no lo había entendido, pero yo le vi claramente el doble sentido a aquella frase. Brenda siempre ha sabido que a mí me interesaba Dave y por eso le molestó tanto que consiguiera que se fuera mientras yo me quedaba con él.

— Brenda, por favor...

— No he dicho nada malo, cari. Entiendo que de cría quisiera llamar tu atención, pero ahora ya no necesita que juegues con ella, ¿verdad, querida?

Puta.

Me limité a sonreír y contesté:

— No necesito más atención que la que Dave quiera darme. He madurado lo suficiente como para saber que no necesito ir detrás de un hombre para que me haga caso — Le guiñé un ojo. 

Pude notar cómo Dave disimulaba una sonrisa.

— Pasadlo bien — Le di un beso en la mejilla a mi "tío"  y volví con mis amigas. No necesitaba que Brenda me humillara más; por el momento ya había conseguido lo que quería. 

No recuerdo cuánto tiempo estuve hablando con Dave, pero cuando volví ya habían llegado los chicos y Noa estaba bailando con Mike. 

— Esta no pierde el tiempo...

Alex me vio y sonriendo se acercó a mí. 

— ¿Dónde estabas, Birdy? 

Simplemente negué con la cabeza - no era algo de lo que quisiera hablar en esos momentos- y le di un abrazo a mi amigo.

— ¿Quieres beber algo? — Alex asintió.

Nos conocíamos desde enanos; él, Noa y yo siempre hemos ido juntos a todos sitios. Éramos inseparables. 

— Oye, ¿estás bien? 

— Sí, no te preocupes — Choqué mi copa con la suya y sonreí — Vamos a divertirnos.

* * *

No soy de beber mucho, pero aquella noche en concreto lo necesitaba. Había fracasado una vez, pero no pensaba rendirme.

A las seis de la mañana Alex me arrastró hasta su casa, porque no me dejaba volver así a la mía; sabía que mamá me mataría.

Pero yo no quería irme, tenía la esperanza de que Dave volvería. Cosa que obviamente no ocurrió.. Así que no dejé de quejarme hasta que llegamos.

— Birdy, eres muy penosa cuando estás borracha, ¿lo sabías? — Se quejó Alex llevándome a su habitación.

— Y cuando no, también — Me reí por no llorar y me tiré a la cama — Alex, ¿qué está mal conmigo?

— ¿Qué? — Él estaba de pie y me miraba desde al lado de la cama.

— ¿Soy fea? Igual debería teñirme de rubio y meterme kilos de silicona por todos sitios.

— ¿Qué dices? ¿Tú eres tonta?

— Alexander, ¿tú crees que soy atractiva? — Me puse de rodillas sobre la cama para estar a su altura y le pasé los brazos por los hombros.

— Birdy, ¿a qué viene esto?

— Sé sincero.

— Eres preciosa. De hecho si es verdad que eres igual que tu madre a su edad, no me extraña que tu tío Dave estuviera enamorado de ella.

Aquello era algo que no recordaba y que hizo que se me quitara la borrachera.

Dave estuvo enamorado de mi madre y yo iba a aferrarme a eso.

[Vanessa]

Eran más de las dos de la tarde y Birdy aun no había vuelto. A penas había dormido la noche anterior pensando que había podido pasarle algo malo.

Suspiré. Yo no tenía edad para estar preocupándome por una hija adolescente; debería ser ahora cuando de verdad pensara en temer hijos.

Ni hablar, uno y no más.

La puerta principal se abrió y Birdy entró con intención de dirigirse a su habitación.

— ¿Tú te crees que estas son horas de volver a casa? — Pregunté desde el quicio de la puerta — ¿Dónde has estado?

— ¿Y a ti qué te importa? — Preguntó sin ni siquiera pararse a contestar.

— ¿Cómo? Birdy Nichols Brooks, ¡vuelve aquí ahora mismo!

— Que me olvides — Gritó dando un portazo.

Solté un grito de frustración.

— Está niña me va a matar — Nate soltó una risita desde la habitación — ¿De qué te ríes tú?

— De ti. Tú ya no te acuerdas, ¿no? Pero eras peor.

Alcé una ceja.

— Yo no le hablaba mal a mi madre. Porque no tenía, entre otras cosas.

— Pero a mí sí.

— Pero porque tú eres imbécil — Nate me guiñó un ojo — ¿Además tú te crees que es normal que tenga que pasar por esto con sólo treinta años?

— Treinta y cuatro, cariño.

— Sigo estando más cerca de los treinta que de los cuarenta, tarugo.

— Anda, ven aquí — Me sentó a horcajadas sobre sus piernas y me dio un beso en los labios —. ¿Te he dicho alguna vez que estás preciosa cuando te enfadas? — Sonreí.

— Con todo el tiempo que ha pasado,¿por qué sigues siendo tan moñas?

— Porque te quiero.

Love (Lies #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora