Un mes después.
Nueva York era una ciudad completamente contraria a Los Angeles y, sin embargo, cada rincón tenía su esencia. Mirase donde mirase había algo que me recordaba a Birdy y que me estaba volviendo loco. Ella nunca había estado allí, y mucho menos conmigo, por lo que no lograba comprender porque nos veía reflejados por todos lados.
Cuando desperté aquella mañana a penas se veía el sol. Echaba de menos el buen tiempo de Los Angeles; sólo llevaba un mes aquí y había hecho bueno cuatro días escasos. Maldito invierno.
Miré el móvil mientras desayunaba esperando que Birdy hubiera respondido a uno de los cientos de mensajes que le había mandado en este tiempo, pero no, todos se quedaban en leído. No había vuelto a saber nada de ella desde que me fui, y estaba claro que ella ya no quería saber nada más de mí.
¿Entonces a qué vino el numerito del aeropuerto? Si de verdad me quisiera, no me habría ignorado de primeras...
Me levanté de la mesa, cogí el móvil, la bolsa y las llaves del coche que me ofrecieron en el trabajo. Hubiera preferido una moto, como la que tenía allí, pero estaba helando y las posibilidades de que llegara entero a trabajar eran escasas.
Otra cosa que odiaba de Nueva York era el tráfico. Esperaba acostumbrarme pronto a todo esto, porque si no, estaba jodido.
Llegué al estudio media hora después y me cambié en diez minutos. Antes de llegar pensaba que iba a ser diferente, pero estábamos allí para un programa de televisión que se emitía cada jueves por la noche en la tele local. No podía quejarme porque el baile era lo único que lograba distraerme y había conocido a muchísima gente allí, pero digamos que no era el sueño de mi vida por mucho que me ayudara a avanzar en lo que quería.
Estaba bebiendo un poco de agua cuando Josh, el director de casting, se acercó a mí.
- Hey, Aidan - Murmuró sonriendo desde lejos -. ¿Estás bien? Tienes mala cara.
- He dormido un poco mal, pero en cuanto empiece a bailar recuperaré la energía no te preocupes - Sonreí levemente.
- Eso espero porque hoy tenemos una incorporación nueva y necesito que le eches una mano.
- Pero si yo soy el que menos tiempo llevo aquí... - Dije un poco confundido -. Además, ¿no era Kevin el que se encargaba de eso?
- Sí, pero hoy Kevin no ha podido venir - Josh me puso una mano en el hombro -. Vamos, chico, esto te dará puntos.
Me sentí un sucio enchufado, y aún más cuando me guiñó el otro, pero no me quedó más remedio que aceptar si no quería verme de patitas en la calle. Y después de todo a lo que había renunciado por este curro, eso era lo último que necesitaba.
- Está bien, lo haré - Murmuré haciéndole sonreír ampliamente.
- Genial, porque acaba de llegar - Dijo mirando por encima de mi cabeza y alzó el brazo-. ¡Aquí!
Yo me di la vuelta para conocer a la persona con la que tendría que pasar los próximos días y sentí como se me paraba el corazón. Parpadeé un par de veces para comprobar si estaba viendo un espejismo o algo así, pero no desaparecía.
- Aquí estás... - Dijo Josh alegre dándole un par de besos en las mejillas -. Te presento a Aidan, él será quien se encargue de ayudarte a desenvolverte por aquí. Aidan, ella es Birdy.
Quería decir que ya lo sabía, que era la chica a la que amaba y por la cual tenía un aspecto de mierda últimamente... Quería decir muchas cosas que no salieron de mi boca y lo único que pude hacer fue tenderle la mano y saludarla como si fuera una completa desconocida.
- Encantado - Ella sólo sonrió algo burlona. Estaba flipando.
- Normalmente no es tan seco - Murmuró Josh -. Aidan es buen chaval y sé que te dejo en buenas manos con él.
- No me cabe ninguna duda - Sonrió mirándome.
- Os dejo. ¡Suerte en un primer día, Birdy!
- ¡Gracias! - Exclamó feliz y volvió a mirarme.
- ¿Qué haces aquí, Birdy?
- Vaya, así que te acuerdas de mí... - Se burló por el numerito de antes -. Vengo persiguiendo mi sueño.
- Aquí no bailamos ballet, así que dudo que lo encuentres.
- Aidan, mi sueño eres tú.
Aquello rompió todos mis esquemas y más cuando me cogió de la mano para llevarme al cuarto de vestuario, donde me dio un beso en los labios. Yo noté cómo mi cuerpo se destensó después de mucho tiempo y puse mis manos en sus caderas pegándola más a mí.
- ¿Entonces por qué no has respondido a ninguno de mis mensajes? - Susurré contra su boca.
- Porque sabía que no podría resistir las ganas de decirte que iba a ir y también sabía que tú no ibas a dejarme.
Yo sonreí levemente porque me conocía bien y la abracé contra mi pecho.
Estuvimos allí un rato, sentados en el suelo, hablando y pidiéndonos perdón. Birdy me dijo que sus padres fueron quienes le convencieron y ayudaron para venir aquí conmigo. También me contó que Dave había despertado del coma, pero sólo parte de él, puesto que el pobre había perdido la movilidad en las piernas por culpa del accidente.
- Ahora está saliendo con la enfermera que le atendía... - Hizo una mueca -. Es raro, la verdad, pero se le ve feliz y me alegro por él.
- Vaya, uno se va un mes y se lo pierde todo - Susurré mirándola. La había echado tanto de menos... Ella sonrió levemente.
- Eso te pasa por irte.
- Pero si no me hubiera ido, no habrías venido a buscarme - Sonreí y besé sus manos.
- Entonces qué, O'Connor, ¿me enseñas tu nueva vida? Porque te prometo que he venido para quedarme.
_____________________________________
Birdy viene para quedarse, y sin embargo yo he venido a despedirme. (No para siempre, sólo por un tiempo)
Empecé esta historia hace dos años y tres meses, durante una aburridísima clase de economía, y hoy, 111 capítulos más tarde, ha llegado el momento de ponerle punto y final.
Empecé esta historia cuando todavía era menor de edad, cuando todavía mi vida no estaba tan patas arriba, cuando todavía no había encontrado a un Nate que no era Nate, cuando todavía no había nacido mi Birdy particular.
Empecé esta historia siendo de una manera, pero he madurado (relativamente) gracias a ella, he avanzado conforme ella avanzaba, he crecido como persona.
Pero sobre todo, empecé esta historia sin pensar que iba a llegar tan lejos. Sin pensar que iba a llegar al alma de unos o simplemente a la biblioteca de otros.
Tú, que me lees siempre, que has estado ahí hasta cuando yo no lo estaba, que has aguantado meses y meses sin capítulos apenas o semanas de capítulos diarios según me daban las rachas, gracias.
Ni siquiera sé si alguien va a leer esto, pero necesitaba soltarlo. Necesitaba decir que, hasta sin conoceros, sois lo más importante para mí, porque yo soy como soy gracias a vosotros. Porque sois increíbles.
Eso es todo.
Por ahora.
Ari.

ESTÁS LEYENDO
Love (Lies #2)
RandomContinuación de Lies. Historia y portada originales. Registrada en Safe Creative, por lo que no se permite la copia total o parcial de la obra.