Love (Lies #2)

Capítulo 30. "Qué malo es el alcohol"

Noa.

Llegamos a casa de Mike unos veinte minutos después. Me supo mal dejar a Birdy allí sin más, estaba muy borracha y, por lo que pude apreciar también muy enfadada. Pero yo también había bebido lo suficiente y quería hacer esto con Mike. Sabía que ella lo entendía.

Mike me invitó a pasar a su apartamento, al parecer vivía solo, pero yo no lo sabía. Me cogió la mano y se la llevó a los labios; sus ojos castaños brillaron cuando yo sonreí. 

Estaba nerviosa. No había hecho nada parecido desde que estaba con Zack... Por su culpa había dejado de confiar en los tíos.

— ¿Vamos a mi dormitorio? — Gruñó con voz ronca cerca de mi oído. Asentí, porque sabía que si hablaba, me temblaría la voz.

Me guió de la mano por el pasillo hasta una habitación bastante simple; tenía una cama de matrimonio y un escritorio pegado a la pared del fondo. Fue entonces cuando me di cuenta de que no sabía nada de él, no conocía sus hobbies y ni siquiera sabía qué quería hacer después del instituto. Pero en ese instante no me importó.

Se sentó en la cama y me sentó a mí a horcajadas sobre él. Fue un movimiento suave y delicado. Mike no parecía tener prisa y eso me encantó. Toda mi relación con Zack pareció ir a cámara rápida y no quería repetir eso. 

— Me gustas tanto, Noa — Susurró poniendo sus manos en mi mejillas — Incluso desde antes de que apareciera Zack — Me besó suavemente en los labios — Ese tío es un mierdas, no se merecía estar con alguien como tú. Nunca te ha merecido.

— ¿Ya te fijaste en mí entonces?

— Me fijé en ti desde el primero momento en que te vi. Eras pequeñita y adorable, y parecías estar llena de alegría. Desde ese momento pensé: "Esa chica tiene que ser mía tarde o temprano".

Me mordí el labio y sentí cómo me sonrojaba ante sus palabras. Sonrió divertido y me besó la mejilla.

— ¿Quieres seguir con esto, preciosa?

— Sí — Dije segura.

— Bien.

Nos puso de pie y me tumbó en la cama poniéndose sobre mí, apoyando su peso en los codos.

Atraje su cara hacia mi labios y le devoré la boca como si estuviera hambrienta, y en cierto modo lo estaba; hacía mucho que no me pasaba algo como esto.

— Tengo que hacerte una pregunta — Llevó su boca a mi cuello y yo cerré los ojos dejándome llevar por el placer que eso me proporcionaba.

— Hmm-hmmm... — Le animé a continuar.

— ¿Eres virgen? — Abrí los ojos y me lo encontré mirándome. Asentí. Su expresión pareció sorprendida; no espera esa respuesta.

— Oh... Yo pensé que con Zack...

— Con Zack hice cosas..., pero no llegamos tan lejos — Y quizá por eso me engañó... — Habían pasado mucho tiempo, yo tenía unos catorce años y no pensé que llegar tan lejos fuese algo necesario cuando estábamos saliendo.

— ¿Y ahora estás preparada? — Asentí — ¿Segura? No quiero que te sientas presionada a nada. No me importa esperarte, Noa.

— Estoy segura, cállate ya. 

Le quité la camiseta prácticamente de un tirón y le besé desesperadamente. Él soltó un gruñido demostrándome que le gustó lo que hice. Sentí sus manos por debajo de mi camiseta, acaricándome. Poco después, una de sus manos llegó hasta mi pecho y lo estimuló por encima del sujetador. Arqueé la espalda involuntariamente y él sonrió contra mis labios. Mi camiseta desapareció después de él y sentí su mirada pasear sobre mí.