Flashback [TERMINADA]

Capítulo 86

-¿Qué pasa? - dije mirándola atónita.

-No... Nada... Es que... Nadie de mi familia excepto mi madre sabe que estamos juntas y tú ahora me vas a presentar a la tuya y...

-Cariño, en mi familia tampoco lo saben. Mi madre lo acaba de saber y ha reaccionado como si nada.

-¿En serio? - dijo ella aún en su sitio

-Sí, de verdad - dije haciéndole un gesto para que viniera - no pasa nada, no hemos hecho nada malo.

-¿y si no les gusto? - dijo ya abrazada a mi

-Como no les vas a gustar, mujer. Eres la persona más bonita del mundo, la más graciosa y la más buena que conozco. Eres extrovertida y hasta muchas veces una loca, pero haces sonreír a la gente y nunca dejas que una dificultad te tuerza. No hay ni una sola persona en el mundo que te odie, y si la hay, es porque no está en sus plenas facultades mentales.

-No me digas estas cosas tan bonitas después de hacerte el amor porque te lo quiero volver a hacer y no me dejarás.

-Bueno, un día es un día... Aunque llevamos una mañanita...

-Que más dará eso - dijo cogiéndome en volandas y depositándome suavemente en la cama mientras mi toalla desaparecía.

Yo me fui a trabajar y Silvia fue a ver a Llum que ya había vuelto de Tolouse, un poco antes de lo previsto. Llegué a casa reventada sobre las 9 de la tarde, solo tenía ganas de dormir. Abrí la puerta como pude y me encontré a Silvia encima del sofá con un bol de palomitas.

-Hola cariño, te estaba esperando - dijo Silvia girándose hacia mi.

-Hola - dije sentándome a su lado y dándole un beso - ¿qué miras?

-Nuestro antiguo programa

-¿Cómo?

-He encontrado escenas de cuando tú y yo hicimos Las Noticias de la Dos y me apetecía verlas. Te estaba esperando.

-Vale, espera que me pongo el pijama.

Fui a la habitación y tal y como le dije, me puse el pijama y fui otra vez al comedor a acurrucarme en su pecho para ver algunas escenas de nuestro gran programa. La verdad, yo me lo pasé estupendamente, aunque hubiera tensión entre nosotras dos.

-Solo si te hubiera alcanzado ese día... Solo si no te hubiera dejado marchar...

-Sh - le susurré - no te tortures más cariño, el pasado, pasado está.

Me quedé dormida poco después, estaba reventada. Noté como Silvia me levantaba del sofá y me llevaba a la cama en volandas mientras que daba besos en mi cabeza.

-Buenas noches princesa, te quiero - me susurró una vez me había arropado

-Y yo a ti - dije cuando estaba en trance para ir al mundo de los sueños.

La mañana siguiente me levanté yo primera y como no quise levantarla, me fui a la cocina y me preparé el desayuno. Fui a coger el móvil y vi que eran las 9 de la mañana. No entendía como me podía haber levantado tan temprano, con lo marmota que soy yo. Cotilleando un poco en las redes sociales, vi que alguien me había hablado por Whatsapp, era Anna.

Anna: Hola Anita. Yo... Me gustaría hablar contigo, ya que desde lo que pasó en Londres no hemos vuelto a hablar. Lo siento, de verdad que lo hago... Necesito hablar contigo, no quiero perderte como amiga.

Ana: Ay Sai... Ni yo a ti, súper mejor amiga. Cuando quieras nos vemos, y no te preocupes, todo olvidado.

Anna: Muy bien Morgueid, pues ya hablaremos para vernos un día de estos. Ah, y felicidades por la actuación de Gwen Stefani, fue brutal😘

Estuvimos hablando un poco más de trivialidades hasta a que Silvia se levantó, desayunó un poco y yo me fui a la ducha. Hoy era el día, hoy mi familia entera sabría lo de mi relación con Silvia. Acabamos de arreglarnos las dos a la vez, así que cogimos el coche y fuimos tranquilamente hacia allí.

-Ana, estoy muy nerviosa - dijo Silvia temblando - tengo miedo de lo que vayan a pensar.

-Tranquila cariño, estoy segura que nada más conocerte se van a enamorar de ti, como me pasó a mi.

Llegamos a casa de mi madre media hora antes de lo previsto, pero mejor así, así había más tiempo de explicarlo todo. Llamé al timbre y en poco menos de cinco segundos abrió mi madre. Me miró, me abrazó y me dio mil y un besos. Luego se separó y miró a Silvia.

-Tu eres... Silvia Abril, la mujer de Buenafuente. Bueno, ex mujer ahora, supongo. Encantada de conocerte, yo soy Marta.

-Bueno, usted ya me conoce - dijo Silvia después de darle dos besos - y sí, ex mujer, estamos en ello.

Joder mamá, ya tenías que sacar el temita de Buenafuente. Aunque era inevitable, esperaba que no saliera a relucir. Mi madre enseguida hizo buenas migas con ella, cosa que me alegró. Entramos y no había nadie, así que nos sentamos en el sofá y seguimos hablando de nuestras cosas.

-Hija venga, invita a tu chica a una copa de vino o algo.

-Eso Morgade, ¿que no ves que me estoy quedando seca? - dijo ella sonriendo.

Fui a al cocina a buscar ese vino y copas, pero no sabía dónde estaban. Mi madre, al ver que tardaba tanto, vino a ayudarme.

-Sabrías donde están las cosas si vinieras a verme más - dijo ella abriendo un armario y dejando entrever las copas.

-Lo siento mami - dije con tono de niña pequeña.

-Me gusta esta mujer para ti cariño, hace que vuelvas a ser la chica sonriente que yo conocía. Saca lo mejor de ti.

-Muchas gracias mamá, tu aprobación es muy importante para mí - dije abrazándola - por cierto, ¿dónde está papá?

-Vendrá un poco tarde, tenía que hacer un par de recados con Javier.

Nos volvimos a sentar en el sofá con una copa de vino las tres y seguíamos conversando.

-Oye mamá, para de hacerle cumplidos a mi chica que me estoy poniendo celosa

-Deja cariño, lo que me gusta a mí que me halaguen. - dijo Silvia poniendo una mano encima de mi pierna.

Me puse roja como un tomate y mi madre soltó una carcajada. Me sentía muy a gusto, mi madre siempre había sabido cómo hacer que me sintiera bien y segura en cualquier sitio. En un momento de silencio, sonó el timbre.

-Bueno, voy a abrir yo - dijo mi madre levantándose - que vosotras dos sois la sorpresa del día.

Mi madre se encaminó a la puerta, oímos como se abría y todos empezaban a darse besos y abrazos

-Bienvenidos a los septuagésimo quintos juegos del hambre - dijo Silvia poniéndose en pie mientras me tenía cogida de la mano.