Capítulo 125

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Fui saludando uno a uno a los compañeros y dándoles las gracias por haber venido. Jo, son lo mejor del mundo. Allí también estaban todos los de TCMS, menos Pablo. Supongo que no se lo habrían dicho o él se había negado, después de lo que pasó...

-Ey Ana - entonces noté unas manos encima de mi hombro.

-Coño que susto - dije pegando un bote.

-Eres una empanada - dijo Frank aún con las manos en mis hombros.

-Es que gritas mucho, claro, como con la edad se pierde sentido de la audición...

-A ver si vas a perder tu el gran sentido del humor que tienes -dijo Frank sonriendo.

-Eso nunca - dije guiñándole un ojo. -Bueno, ¿qué querías?

-Nada mujer, que me contaras como ha ido el viaje - dijo Frank levantando las manos

Estuve un rato hablando con él y en nada ya vinieron todos a cotillear, lo que les gusta a estos un buen salseo.

-Bueno Anita, ¿quieres tomar algo? Aquí tu mujer ya ha arrasado con la despensa. - dijo Ruth dándole un codazo en el hombro a Silvia haciendo que se derramara un poco de su vaso.

-Oye, que es mi casa - dijo Silvia refunfuñando.

-Además, Ana no puede beber, que está embarazada. - dijo Cris con una sonrisa.

-Aplícate el cuento - dijo Edu mirando a Ruth.

-¿Qué? - preguntamos todos a la vez

-Chivato - dijo Ruth empezando a sonrojarse

-¿Es en serio? - pregunté con una sonrisa enorme en los labios -¿cuánto hace?

-Pues cuatro meses - dijo Ruth sonriendo.

-Ay que nuestros bebés van a ser amigos- dijo Silvia dando palmas.

Todos empezaron a hablar a la vez y a felicitarnos y no había Dios que entendiera nada. Cuando nos calmamos me senté al lado de Ruth haciendo que Edu se fuera de paseo y me quedé ahí toda la noche. Qué alegría que Ruth también fuera mamá, puede que sea una tontería pero sentía como un apoyo más grande ahora que lo sabía.

-Vaya babyboom hay por aquí, ¿no? - dijo Anna riendo

-Solo faltas tú Simon -dijo Miki sacándole la lengua.

-Sisi, ya mañana - dijo quitándole hierro al asunto - y tú a ver cuando das a luz que ya llevas mucho con esa barriga.

-Uy qué graciosa la Simon - dijo Miki rodando los ojos.

-Venga Miguel, si ya sabes que yo te quiero. - dijo ella yendo hacia su sitio y sentándose en su regazo.

-Yo también te quiero Annita... Pero te quiero sentadita en el sofá que ahí no pesas tanto, aunque pesada eres un rato.

-Siempre estáis igual vosotros dos - dijo Quique con un vaso en la mano.

Y cuando nos quisimos dar cuenta ya eran más de las tres. No sé cómo no había venido la policía, porque la cantidad de ruido que llegamos a hacer era para denunciarnos.

-Bueno, a la próxima en casa de la Simon, ¿no? - dije desde la puerta viendo cómo se iban alejando todos.

-¡En tus sueños Morgator! - dijo Anna levantando un brazo y haciéndome la porra de espaldas.

Cuando ya nos despedimos eché la llave y me giré lentamente para ver el panorama y como había quedado todo. Tal y como me imaginaba, todo estaba hecho un Cristo. Miré a Silvia de reojo y vi que tenía la misma cara que yo.

-Ya si eso mañana, ¿no? - dije dandole un codazo.

-Sí, que ya es tarde - dijo ella suspirando aliviada.

Creo que nunca me había dormido tan rápido. Casi me dormí yendo hacia la cama. Eso de volver del otro lado del charco y que tus amigos te hayan preparado una fiesta sorpresa no es sano.

-Ana - oí que alguien me susurraba al odio - Anitaaaa - esos susurros se convirtieron en besos por mi cuello y cara.

-Hm.... ¿Qué quieres de mí ahora?

-Que vayamos a cenar... - dijo Silvia aún en mi cuello.

-¿Cenar? - pregunté soltando una carcajada - Silvia cariño, el alcohol de ayer aún te dura.

-Anita, son las 8 de la tarde.

-¿Me vacilas? - dije reincorporándome - ¿cómo no me has levantado antes?

-Porque estás muy bonita cuando duermes, y bueno, para que me dejaras en paz un rato.

-Uy, ¿a que te dejo muy en paz durante no sólo un rato? - pregunté con la ceja levantada.

-No seas tonta. - dijo Silvia pasando su mano por debajo de la sabana en busca de mi entrepierna.

-Ahora sí que me buscas, eh - dije rodando los ojos con los brazos cruzados.

-Shhhh - dijo ella poniendo su mano por debajo de mi pantalón y dándome besos en el hombro.

-Bueno, vayamos a cenar - me levanté y me alejé de la cama con una sonrisa de satisfacción.

-Oye, ¿dónde te crees que vas? Vuelve aquí inmediatamente

-Como buena mujer que soy, cumplo tu deseo de dejarte en paz. - dije corriendo hacia el baño y cerrando la puerta mientras reía.

-¡Pero era una broma, si también me acabo de levantar! - dijo Silvia gritando.

Encendí la ducha y me tiré allí dentro más de un cuarto de hora. Cuando abrí la puerta para salir me encontré a Silvia con los brazos cruzados delante de mi.

-Ostia puta, qué susto imbécil.

-No me dices nada de mi atuendo y encima me insultas...

-¿Qué atuendo? Si estás en pelotas.

-Pues por eso - dijo empujándome dentro del baño de nuevo.

Salimos a cenar por ahí porque no queríamos quedarnos en casa todo el día sin hacer nada. Fuimos al restaurante de siempre y pedimos lo de siempre, ante todo que viva la originalidad. A las 11 de la noche decidimos irnos ya. A casa y ver una peli o algo, que hacía frío y yo no me encontraba muy bien. 

-Joder, me duele todo. Maldito embarazo.

-Yo solo pienso que cuando te quede poco para parir me tendrás a dos velas mucho tiempo - dijo Silvia trayéndome una manta.

-No te preocupes tanto por mi eh - dije rodando los ojos.

-Aunque dicen que los orgasmos para las embarazadas son muy buenos, ¿no? - preguntó levantando una ceja.

-Sí, eso dicen - asentí con una sonrisa mientras encendía la tele.

-¿Es mañana la ecografía?

-Sí... Estoy muy nerviosa, quiero que sea niña.

-Familia de cuatro mujeres, eso suena bien. - dijo Silvia acurrucándose a mi lado.

-Si es niño se sentirá el rey de la casa. - dije empezando a acariciar su pelo.

-Lo será - afirmó Silvia subiendo el volumen de la tele.

Tenía razón, toda la razón del mundo. Mañana a estas horas sabremos el sexo de mi bebé. No sabía cómo me sentía, era algo muy raro y difícil de explicar. Pero una cosa tengo clara, y es que estoy mejor que nunca.

Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora