Capítulo 23

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Llegué a mi habitación, me puse el pijama y me tiré en la cama. Me quedé mirando el techo y fui a lavarme los dientes para distraerme un poco. Cuando salí del baño, oí que alguien llamaba a la puerta. Abrí y lo vi allí plantado mirándome y sin saber muy bien qué decir.

-Ana... Me he levantado y he visto que no estabas... Luego he visto tu mensaje y bueno... Te he traído esto – dijo Pablo dándome el sujetador.

-Gracias... Pablo, yo....

-Me gustaría hablar contigo – dijimos a la vez.

Hice que pasara y él se sentó en un sillón que había al lado izquierdo de la cama. Yo me senté en la cama y lo miré, dándole la oportunidad de hablar él primero.

-Mira, lo siento. Te he utilizado para descargar mi rabia y furia hacia mi ex. Lo siento Ana. No digo que no haya estado genial, que lo ha estado, pero me siento fatal porque yo aún sigo enamorado de Alicia aunque ella esté con otro y me haya sido infiel... He visto que había química entre nosotros  y  he aprovechado... Necesitaba liberarme de alguna forma y.... Bueno, eso.

-No pasa nada Pablo... Yo también te he utilizado para descargar mi propia ira y rencor... Has sido como mi venganza personal.. También me siento fatal por ello, de verdad.

-Vaya, los dos estamos arreglados... – dijo riéndose - ¿Contra quién era tu ira?

Lo miré y mi sonrisa se esfumó. Supongo que tarde o temprano lo tendrían que saber todos, pero no me veía capaz de decírselo ahora, y menos cuando ella y yo estábamos en una situación tan complicada...

-Nadie... Cosas mías, lo siento pero aún no puedo contar nada...

-Me lo imaginaba, no pasa nada Anita. – dijo levantándose del sillón y yendo hacia la puerta.

-Bueno, buenas noches – dije yo

-Ana... No quiero que esto que ha pasado interfiera en nuestra amistad. Yo te aprecio muchísimo como amiga y no querría que la cosa se enfriara...

-Claro que no, te lo prometo – dije yo dándole un abrazo.

Se fue y yo me tendí en la cama. Me había quedado mejor con la conversación que había tenido con Pablo, porque había admitido en voz alta mis sentimientos hacia él y el porqué de nuestro desliz. Eran las cinco de la mañana y en menos de cinco horas tenía que levantarme, así que me fui a dormir.





Relatado por Silvia Abril

Cuando me quise dar cuenta, Ana se había esfumado. Tampoco veía a Pablo por ninguna parte. Mi ánimo empezó a decaer y me puse triste, porque me imaginé donde estarían o al menos qué estarían haciendo. Supongo que no tengo derecho en sentirme mal por ello, porque yo había hecho lo mismo, y yo y Ana no estábamos juntas. Ella podía hacer lo que quería.

La mañana siguiente bajé tarde porque me quedé dormida, y cuando llegué a la mesa solo estaban Falete y Pablo, los otros tenían los ensayos antes y se habían ido ya. Llegué en un momento de la conversación no muy agradable para mí

-Buenos días chochona – dijo Falete sonriendo – llegas tarde

-Ya, me quedé dormida, perdón – dije yo sentándome y cogiendo un bollo

-Bueno Pablo, cuenta – dijo Falete volviendo la atención hacia él – ayer tú y Ana os fuisteis y no os vimos el pelo, ¿qué pasó?

-Nada – dijo Pablo sonrojándose y metiendo un bocado a su donut.

-Ya claro – dijo Falete dándole un codazo – vaya noche debiste pasar, maricón. Pero bueno, dejemos el tema. ¿Preparados para la semana que viene?

Ellos dos siguieron hablando mientras yo solo comía. Ana y Pablo habían tenido relaciones esa misma noche, se lo había notado en la cara. Supongo que era la venganza personal de Ana, pero yo no podía quejarme, no tenía ningún derecho para meterme en su vida, ya no.

Los ensayos fueron mejor de lo que me esperaba, pensaba que con todo lo que había pasado no daría ni una, pero me salió bastante bien. Me fui a casa y pasé allí la semana sin salir, poniendo como excusa que no me encontraba muy bien aún, ya que la semana pasada estuve con gastroenteritis. Prefería estar en casa con mi hija y relajarme un poco y desconectar del mundo. La verdad es que la semana pasó muy lentamente.





Fin del flashback





-Me sentí tan mal Silvia... Muy mal. – dijo Ana cogiéndome la mano

-Y yo cariño, y yo. Pero está pasado. Ahora estamos aquí y estamos comprometidas. No podría ir mejor, y yo no podría ser más feliz - dije dándole un simple beso en los labios.

-Ya, pero...

-Sin ningún pero. Toda verdadera historia de amor tiene que tener sus momentos buenos, malos y peores. Estos fueron los peores, pero comparados con los buenos, no hay color.

Ana me besó antes de que pudiera seguir mi discursito. Siempre me decía que se sentía fatal por lo que hizo, pero yo ya se lo había perdonado, en realidad nunca se lo había tenido en cuenta. Entendía su situación y no la iba a culpar por algo que hizo cuando no estábamos juntas.

-Voy a seguir buscando – dijo a escasos centímetros de mis labios.

Empezó a rebuscar y encontró el pañuelo que usó ella para imitar a Blondie. Sabía que le encantaba así que no dudé en cogerlo aquel día. Lo mío le costó más de encontrar, ya que no se acordaba que con mi vestido de Doris Day llevaba un cinturón azul claro. La verdad es que quería coger el perro que usé para hacer parte de la broma, pero me pillaron intentado llevármelo y lo tuve que dejar.

-Joder Silvia, no me acordaba del cinturón este. Eres muy detallista, no sabes lo que me llegas a encantar – dijo Ana acercándose a mí para besarme de nuevo. El papelito estaba enganchado en uno de los agujeros del cinturón, y en este ponía "confesiones"





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Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora