Capítulo 100

400 34 25
                                    

-Y lo que nos ha costado llegar hasta aquí - dije separándome de sus labios. Hemos vivido en una peli de ciencia ficción casi.

-Pues sí - dijo Silvia suspirando - casi que parece que todo fuera una broma. Pero míranos ahora, estamos tranquilas, pronto tendremos un bebé que cuidar... Y seguimos amándonos igual que el primer día..

-No cariño, yo te quiero cada día más - dije sonriendo - cada día haces que conozca algo nuevo de ti y eso m encanta.

Me abracé a ella y estuvimos así mucho rato. Silvia desprendía un calor corporal que me hacía viajar a un lugar cálido y tranquilo, así que cada abrazo suyo significaba algo diferente para mí.

Me fui a duchar y a despejarme, de repente me había entrado un sentimiento de tristeza y se me había quedado un mal cuerpo. Me desnudé y dejé la ropa tirada por el suelo mientras seguía pensando. Pensé en como de mal nos lo hizo pasar Andreu en los últimos días de su "matrimonio" con Silvia, y lo que llegó a hacer para conseguir que nos separáramos.

Flashback.

-Silvia, ¡llegamos tarde!

Llamé a Silvia pero no hay manera, nunca hace caso. Apareció corriendo por el comedor con un tacón en la manno y saltando para no caerse. De verdad, podría haberse empezado a arreglar cinco minutos antes... Últimamente no sé qué nos pasaba que no estábamos al cien por cien. Hacía ya dos semanas que no hacíamos el amor, y eso es muy raro en nosotras. Pero entre trabajo, viajes y la niña no había manera de encontrar un momento. Supongo que por eso estábamos un poco reacias la una con la otra.

Habíamos quedado con Ruth y Edu para cenar, hacía mucho que no los veíamos y queríamos pasar un rato juntos después de tanto tiempo. Llegábamos al restaurante tarde y le eché la bronca a Silvia por no empezar a arreglarse antes.

-Joder Ana, lo siento. Te estabas duchando tu

-Silvia esto no es excusa - dije con la mirada fija en la carretera.

-Joder Ana, si estabas a punto de acabar..

-No sé desde cuando se ha convertido en un problema que yo estuviera en la ducha antes. Hace un tiempo no te hubiera importado meterte, hasta me hubieras dicho de venir conmigo cuando te he dicho que me iba a la ducha.

-Ana, yo...

-Da igual, Silvia - dije suspirando un poco.

-Ana, ¿qué nos está pasando? Hace dos semanas que no.... Y antes no podíamos estar ni 24 horas sin hacerlo.

-No lo sé Silvia, no lo sé. El trabajo, el estrés... No lo sé.

-Ana, nos estamos distanciando y no quiero eso. ¿Tú aún me quieres?

-Por supuesto que te quiero cariño, no preguntes cosas tan tontas.

-Hacia una semana que no me llamabas cariño.

Ante esa afirmación callé. Mierda, tenía razón. ¿Por qué no me salía llamarla con apelativos cariñosos? ¿Tan mal estábamos? No sé cómo habíamos llegado hasta allí, pero eso había que arreglarlo. Paré el coche y cogí el móvil. Ante la atenta mirada de Silvia llamé a Ruth, tenía que decirle que no podíamos ir.

-Anita - dijo ella respondiendo en seguida -¿ya habéis llegado? Es que hemos tenido un problema y no podremos venir, siento no haberte llamado antes..

-Tranquila amor - dije sonriendo aliviada- a nosotras también nos había surgido un imprevisto.

Me despedí de Ruth y puse rumbo a nuestro lugar favorito, no sin antes pararnos en un Mc Donald's.

-¿Mirador? - dijo Silvia cuando subí al coche después de haber ido a buscar la comida.

-Sí, necesitamos tiempo para nosotras dos

Arranqué el coche y me dirigí a nuestro sitio. No sé la cantidad de veces que habíamos ido allí, pero cada vez que íbamos todo era distinto.

-Hoy hace frío - dijo Silvia al bajar del coche

-Tranquila amor, trataré que no lo tengas.

Tendí la toalla en el césped y Silvia se tumbó boca arriba. Me dije a mí misma que tenis que aprovechar el momento y volver a dejar las cosas como estaban.

-Tengo un hambre - dijo Silvia suspirando

-Y yo - dije sonriendo y empezando a dar la vuelta para quedarme delante suyo.

-Pues dame va - dijo alargando la mano hacia atrás.

-No me refería precisamente a ese tipo de hambre...

Antes de que pudiera reaccionar ya me había tumbado encima suyo y ya había empezado a toquetearla y a besarla por el cuello como sé que le gusta.

-Ya veo... - dijo Silvia sonriendo - vamos a recuperar el tiempo perdido, ¿no?

-Como debe ser - dije empezando a bajar su falda

-AA... Ana.. Hace frío - dijo ella ya empezando a jadear

-Sh, déjame trabajar - dije poniendo un dedo encima de sus labios.

Me quité yo también la falda y me concentré otra vez a besar su cuello. Silvia iba jugando con mi cuerpo también, y las dos poco a poco nos fuimos poniendo a tono. Cuando lo noté, enseguida me deshice de nuestras respectivas bragas y pegué nuestros cuerpos como tanto nos gusta hacer. Entre jadeos y gritos llegamos al climax y me desplomé encima de su cuerpo.

-Ya se me ha pasado el frío - dijo Silvia con la respiración agitada.

-Espero que él hambre también - dije aún encima suyo.

-No, eso no - dijo girándose para posicionarme encima y empezando a besarme sin control.

Lo hicimos tres veces más. Madre mía, como echaba de menos su contacto. Creo que ya eran las tres de la mañana, pero seguíamos ahí tumbadas con la ropa puesta por encima porque ahora sí que hacía un poco de frío.

-Anita, lo siento por estas dos semanas...

-No te disculpes amor, fue culpa de las dos. El estrés del trabajo a veces nos hace reaccionar de distintas maneras, ya lo sabes.

-Bueno... ¿Vamos para casa?

-Un momentito.

Y como era de esperar, nos quedamos ahí dormidas después de recuperar esa pasión que se había ido durante dos semanas. Había echado de menos su contacto, sentir todo el amor que nos transmitimos haciéndolo.

Relatado por Silvia Abril

Me desperté porque hacía mucho aire y yo estaba casi desnuda. Miré alrededor mío y no vi a Ana por ningún lado. Estuve esperando como 5 minutos a que volviera por si había ido al baño, pero no volvía. La llamé y tampoco respondía. Pensé que me estaría gastando una broma y que estaría esperándome en el coche, así que fui hacia allá un poco cabreada. Llegué y no estaba. No entendía nada. La llamé cinco o seis veces más, pero ni rastro. Subí al coche y me encontré una nota en el asiento del conductor. Cuando la leí proferí un grito y empecé a llorar. Aalí del coche y sin rumbo fijo empecé a andar.

-¡Ana! - gritaba a pleno pulmón - ¡Ana, donde estás! ¡T encontraré cariño, lo haré!

Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora