Capítulo 10

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Relatado por Silvia Abril

Dejé el móvil encima de la mesilla. No veía nada, tenía la vista nublada a causa de las lagrimas. Sabía que había hecho lo correcto, pero ¿entonces por qué me sentía vacía? ¿Por qué tenía la sensación de tener el corazón roto? Ana jamás me perdonará lo que le he hecho, jamás volveré a saber de ella y jamás la volveré a ver. Normal, me lo merezco. Me he comportado fatal con ella y he jugado con sus sentimientos, y al final, estamos sufriendo las dos.

Andreu salió del cuarto de baño y me miró perplejo.

-¿Silvia? ¿Qué te pasa? –dijo viniendo hacia mi

-Nada cariño, no te preocupes.

Le di un beso en los labios y me sequé las lágrimas como pude. Decidí irme a la ducha, meterme allí abajo y no pensar en nada, solo concentrarme en sentir como el agua caía sin parar por mi cuerpo.



Fin del flashback


Llegué a la oficina de mi abogado un cuarto de hora tarde. Estaba agotada de correr por las calles de Madrid y al llegar, me senté en la primera silla que encontré y esperé. Al cabo de nada salió la secretaria de mi abogado diciéndome que ya podía pasar.

-Hola Silvia – dijo Javier, mi abogado- siento el retraso, estamos teniendo problemas con un caso...

-Tranquilo, yo acabo de llegar.

Se rió porque ya me conocía y ya sabía que llegaría tarde. No tenía buena cara, parecía cansado y triste.

-Silvia, está aquí tu ex marido, ¿lo sabes?

-Sí, lo sé. Venimos a discutir por la custodia de Joana.

-Exactamente. Ahora ven, acompáñame.

Me levanté y le seguí por los pasillos de su oficina. La verdad es que era enorme, y estaba decorada con mucho gusto. Llegamos a una pequeña sala donde había una mesa de madera en medio, con cuatro sillas. En una estaba sentada una mujer rubia con los ojos achinados que hojeaba unos papeles. En la otra estaba mi ex marido, mirándome con una mirada fulminadora.

Dije un tímido "buenas" y me encaminé hacia la silla que tenía delante de Andreu.

-Maldito el día que aceptaste ir a Tu Cara Me Suena – dijo él mirándose las manos mientras las apretaba con fuerza. Lo dijo tan bajo que pareció un susurro, pero yo lo oí perfectamente. Después, vino Javier y se sentó a mi lado.

La cosa duró más de cuatro horas. Andreu y yo apenas hablamos, solo escuchábamos a nuestros respectivos abogados hablando de posibles acuerdos. La cosa quedó en que ella estaría dos meses con cada uno, y que Andreu sería el primero en tenerla en Barcelona, ya que yo me quedaba en Madrid a vivir con Ana, y después Joana se vendría a Madrid. A mí el plan no me parecía nada bien, ya que la niña no podría ir al colegio o tendría que ir a dos distintos, y eso era malo para su educación, pero era la única solución por el momento. Ana necesitaba vivir en Madrid durante una temporada, y yo necesitaba vivir con Ana, por lo tanto, tenía que aguantar. Si las cosas iban bien, tarde o temprano iríamos a vivir a Barcelona y sería todo más cómodo para los dos, y sobretodo para la pequeña.

Salí de la oficina de mi abogado y me dirigí al súper para comprar una botella de champán para esa noche, ya que tenía una cuenta pendiente con Ana. Mientras iba andando y mirando a mi alrededor, no podía sacarme de la cabeza la frase de Andreu "Maldito el día que aceptaste ir a Tu Cara Me Suena" y recordar cada segundo de ese día.



Flashback



Por mi cumpleaños Andreu me había regalado un viaje para los dos solos a París, y fuimos un fin de semana de julio, y había sido el mejor fin de semana de mi vida. París es una ciudad súper bonita, y más cuando vas con la persona que quieres, ¿verdad? Durante el viaje salió el tema de tener un hermanito para Joana, y decidimos que así lo haríamos, aunque yo ya era un poco mayor para quedarme embarazada de nuevo, era peligroso. Aún así, yo quería intentarlo. Los bebés siempre traen alegría.

Llegué a casa después de un día ajetreado, y solo deseaba sentarme en el sofá y no levantarme nada más que para ir a la cama luego. Entré y vi a Joana jugando en el suelo del comedor con sus muñecas, y a Andreu sentado en el sofá. Fui a dejar las cosas a la habitación y volví al comedor. Di un beso a mi hija y me senté encima del regazo de Andreu.

-Hola, cariño – dijo entre beso y beso.

-Vaya día. No he parado y necesito descansar como mínimo tres años para volver a estar bien – dije levantándome y yendo a buscar algo para picar a la cocina.

Cuando volví al comedor oí cómo sonaba mi teléfono en la habitación, y aún con comida en la boca corrí para que no saltara el contestador.

-¿Diga? – dije tragándome lo que me quedaba en la boca- sí, soy yo. ¿En serio? Por supuesto, me encantaría.

Colgué y fui al comedor dando saltitos de felicidad

-¡Andreu! ¡Voy a estar en Tu Cara Me Suena 4!

-Wow, me alegro. Sé que desde que fuiste esa vez a hacer de Tata Golosa deseabas estar. Me alegro cariño, te lo mereces.

Esa noche dormí feliz. La verdad es que me encantaba la idea de concursar en Tu Cara Me Suena, aunque cante como un gato atropellado. Me lo pasaría en grande y tendría la oportunidad de conocer a grandes artistas que concursarían conmigo. Estaba ansiosa por saber quienes eran, ya que el director me había dicho que ya habían confirmado su participación dos chicas más, y que anunciarían públicamente la primera participante dos semanas más tarde.

15 días después estaba mirando Twitter cuando vi un twit de Tu Cara Me Suena que anunciaba la primera artista confirmada para la cuarta edición. Mi sonrisa cambió cuando vi quién era. Era Ana, mi Ana.

Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora