Capítulo 31

459 39 3
                                    

Me desperté con una patada. Silvia se movía mucho mientras dormía, y siempre me pegaba patadas, pero esta me había dolido. Me froté los ojos y me reincorporé. Me senté en la cama, me apoyé en el cabecero y me quedé mirando a la mujer de mi vida. Dormía plácidamente de espaldas a mi, y su pelo caía alborotado por sus hombros. La sábana la tapaba casi por completo, pero dejaba al descubierto parte de su espalda. Tenía la piel perfecta y suave, no podía dejar de mirarla.

Entonces ella se volvió a mover y esta vez quedó completamente bocabajo. Ante esa imagen empecé a reírme y sin pensarlo dos veces me puse encima de ella y empecé a besarle el cuello. Noté que se movía y sonreía, así que fui bajando mis besos por su espalda. Entonces la giré y repartí mis besos por su zona íntima.

Una vez acabó me puse a la altura de su cara y la miré. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, aunque tenía cara de dormida, apenas habíamos dormido una hora.

-Si mis despertares van a ser así cada día.. – dijo ella mordiéndose el labio

-O mejor – dije dándole un beso – buenos días, amor

-Muy buenos – dijo ella cogiéndome la cara y volviendo a besarme.

Silvia empezó a toquetear todas las partes de mi cuerpo mientras nuestros labios seguían concentrados en su tarea. Silvia iba ralentizándose y al notarlo, me aparté para mirarla

-¿Qué pasa?

-Estás pegajosa – dijo ella sonriendo

-Bueno, eso tiene solución

Me levanté sin la sábana y me fui como dios me trajo al mundo al baño, encendí la ducha y esperé. Cuando me giré para ir a buscarla me asusté porque la tenía allí plantada, no la había oído.

Ante el bote que había pegado, Silvia se rió y se abalanzó sobre mi. Mientras nos besábamos entramos en la ducha y mientras cada una enjabonaba la cabeza de la otra, íbamos dándonos besos furtivos. Si me preguntaran cómo me imagino yo la felicidad, describiría mis últimas horas con Silvia. Nunca me había sentido así, me sentía más viva que nunca. Salimos de la ducha y nos vestimos. Cuando bajamos a almorzar, cogidas de la mano, todos nos estaban esperando sentaditos al sitio de siempre.

-Míralas con qué carita vienen – dijo Edu señalándonos - ¿cuánto habéis dormido?

-Una hora – dijo Silvia sacándole la lengua

-Más de lo que apostamos, cariño – dijo Ruth guiñándole un ojo

-Qué asco dais, apostando por eso... Vergüenza.. – dijo Silvia negando con la cabeza mientras sonreía. Qué sonrisa tiene esta mujer, de verdad.

-Vergüenza la tuya, que chillas como una loca – dijo Falete con un bollo en la mano

Silvia ahí se quedó callada y se empezó a poner muy roja. Ante esa imagen no pude evitar abrazarla y darle suaves besitos en la mejilla, se estaba muriendo de vergüenza literalmente, y me daba mucha ternura verla así.

-Dejadla en paz, mamarrachos – dije yo soltando a Silvia y señalándolos a todos

-Otra que tampoco se queda corta – dijo él mismo.

-Bueno, si nos gusta no nos vamos a quedar calladas – dije yo muriendo de vergüenza también, aunque intentando que no se notara. Toda esta coña me parecía de lo más divertido, y todos teníamos una sonrisa en la cara.

-Va chicos, dejad el tema que estamos comiendo – dijo Vicky seca. La verdad es que era la única que no nos vino a decir nada en especial después. Hasta Adrián nos felicitó y nos dijo que hacíamos buena pareja. Alomejor no le parecía bien que yo y Silvia estuviéramos juntas.

Ignoré su comentario y cambiamos de tema. Sí que es verdad que habíamos formado una gran familia, pero algunos más que otros. Vicky era la mayor y se separaba un poco de todos, aunque también era muy simpática. A veces, pero, decía algunas cosas que no deberían decirse, y yo creo que no habíamos congeniado muy bien con ella.

-¿Tenéis miedo por lo que os pueda decir Tinet? –preguntó de golpe

-Un poco... Aunque no nos puede echar, ¿no? – dije yo con mala cara.

-Que va, imposible. Sois imprescindibles en el programa – dijo Adrián con una sonrisa.

-Muchas gracias – dije lanzándole un beso – pero no sé, me da cosa...

Salimos y nos fuimos a plató. Yo y Silvia teníamos ensayos más tarde, por eso Tinet nos había dicho que fuéramos a hablar con él. De camino a su despacho nos encontramos con Lolita que también hizo alguna coña sobre que no habíamos dormido nada. Llegamos y picamos, pero no había nadie.

Nos quedamos ahí esperando hasta que llegó corriendo y sudado.

-Perdón chicas, se me ha estropeado el coche, por eso llego tarde – dijo él poniendo la llave y entrando en su despacho – pasad, por favor.

Nos sentamos las dos en las sillas de delante de la mesa mientras él colgaba su chaqueta y se acomodaba bien. Yo y Silvia teníamos las manos cogidas, la verdad es que estábamos muy nerviosas.

-Bueno chicas, supongo que sabéis por qué estáis aquí... – dijo él arrancándose. Nos miró a ambas más de una vez con cara seria, pero luego sonrió. – felicidades, hacéis muy buena pareja.

-Gracias – dijimos las dos a la vez sonriendo pero sin soltarnos las manos.

-Aun así, chicas, tengo que pediros que no lo mostréis en público. En la sala VIP o cuando estéis solas no os lo puedo negar, pero a plató solo sois amigas, como siempre, ¿de acuerdo?

-Claro – dije yo asintiendo con cara seria aunque saltaba de alegría en mi interior.

-Silvia, tú todo lo que haces lo haces a lo grande, ¿no es así? – dijo Tinet dirigiendo la mirada hacia ella.

-Bueno, pues sí... Lo siento si te estropeé el plan del programa, pero no podía esperar más.

-No, tranquila, pero la próxima vez avísame almenos a mi, ¿de acuerdo?

-Ningún problema – dijo Silvia sonriendo

-Bien, podéis marchar. Que os vayan bien los ensayos, tortolitas – dijo él sonriendo

Nos levantamos, dimos dos besos a Tinet y salimos por la puerta. Cuando cerré, respiré otra vez.

-Bueno, no ha sido para nada lo que me esperaba

-Ni yo – dije acercándome a ella para besarme

-Almenos nos permiten hacer esto – dijo ella separándose de mí un poquito para luego volver a besarme.

Nos encaminamos a la sala VIP cuando se me ocurrió una cosa. Le dije a Silvia que me había dejado una pulsera en el despacho de Tinet y que volvía en un momento.

Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora