Capítulo 4

571 40 8
                                    

Hacía mucho que no sabía nada de Silvia, hasta hoy. Habían pasado 4 meses desde el último día que la vi en ese plató y me acababa de enterar que Silvia estaba embarazada. Mi primera reacción fue alegrarme por ella, ya que siempre me repetía que su sueño era ser madre. Mi segunda reacción fue rara. Mi corazón dejó de latir una milésima de segundo, y me puse triste. No sé por qué razón, pero lo hice.  Cogí mi móvil y decidí enviarle un mensaje, así que busqué el contacto de Silvia. Nuestra última conversación fue el 26 de Noviembre de 2011, dos días después de que se acabara nuestro programa.

Empecé a escribir, pero no me convencía y lo borré. Escribí otra cosa, y también la borré. Mierda Ana, basta ya, escribe y punto. Me leí y releí el mensaje 40 veces, y decidí darle a enviar. Obtuve mi respuesta al cabo de 2 minutos

Ana: ¡Hola Silvia, cuánto tiempo sin saber de ti! Bueno, quería felicitarte, ya me he enterado de que estas embarazada, ¡me alegro un montón! A ver si nos vemos pronto y vamos a tomar algo. Besos

Silvia: ¡Hola Anita! Muchas gracias, ya era hora de que lo consiguiera. Me parece estupendo, tengo ganas de verte. Ahora mismo estoy en Madrid, ¿cuándo te viene bien?

Quería decirle que por ella me iba bien cualquier hora, pero me contuve y le respondí al cabo de 5 minutos

Ana: ¿Te iría bien mañana sobre las nueve?

Silvia: Claro. ¿Dónde me vas a llevar?

Ana: Eso ya lo veremos. Hasta mañana :)

No sé por qué razón me puse a temblar, y apenas dormí esa noche, no podía dejar de pensar en Silvia, y eso me empezaba a preocupar.

Me levanté muy temprano, aunque no tenía nada que hacer. Había pasado una noche horrible, dando vueltas y vueltas en la cama pensando en la cita de mañana. Espera un momento, ¿cita? ¿ he pensado en eso como una cita? Me di un golpe en la cabeza y me fui al baño a mirarme al espejo

-Ana, tienes que estar tranquila, no pasa nada, está todo bien.

Me acurruqué en el sofá y pasé la mañana y tarde viendo la TV. Apenas comí nada, no me apetecía. Seguí embobada con la TV cuando me llegó un mensaje, y nerviosa, cogí el móvil y lo miré. No era quien yo me esperaba, así que lo ignoré y decidí irme a duchar. Me tiré más de 20 minutos debajo del chorro pensando en todo y a la vez no pensando en nada. Salí, me sequé el pelo y me maquillé. Modestia aparte, ese día estaba muy guapa. Me puse un mono negro y unos tacones de escándalo y cogí el teléfono. Vi un mensaje de Silvia que decía que ya estaba en la puerta de mi casa, y bajé rápidamente. Cuando salí y la vi, no sé cómo no me caí de culo. Llevaba una camisa blanca que transparentaba su ropa interior, y una falda de tubo negra que resaltaba su figura. También llevaba unos tacones negros muy parecidos a los míos y un recogido espectacular.

-Wow

-Lo mismo digo nena, estás que te sales.

Se acercó a mí y me abrazó. Me aferré a ella con todas mis fuerzas y deseé que ese abrazo no acabara nunca. Al separarnos le miré la cara y tenía esa sonrisa que la caracteriza y que tanto echaba de menos.

-Y bien, ¿ dónde me vas a llevar?

No contesté. Había reservado mesa a un restaurante muy famoso de Madrid, en el cual se comía de miedo, y el ambiente era espectacular.

No sé por qué razón, de repente, el plan no me parecía suficiente. Lo había organizado todo lo mejor que pude, pero algo dentro de mí me decía que no debía llevarla a ese restaurante. Silvia hablaba sin parar, y yo apenas la escuchaba. Íbamos andando por la calle, y yo intentaba buscar un plan B para nuestra ci... bueno, un plan B para nuestro encuentro, dejémoslo así. De repente, vi mi salvación a la esquina de la calle de mi casa.





Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora