Capítulo 127

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Relatado por Silvia Abril

-Ana, deja eso ahí anda - le dije cuando abrió la puerta de casa.

-No estoy invalida ni nada eh, estoy embarazada - me aclaró ella rodando los ojos

-Bueno, que te digo que dejes esto aquí, ya lo entraré yo en casa. Tú ve a preparar el baño, anda

Ana me miró mal y me hizo caso. Como pude, entré todo lo que habíamos comprado. El carrito, las dos tumbonas, juguetes, ropa... Nos habíamos dejado el sueldo de tres meses, pero valía la pena. Nunca me podría haber imaginado lo que estaba pasando ahora mismo. Ana embarazada de gemelos.. Era una locura.

-Silviaaaaa - me gritó Ana desde la bañera

Fui a paso rápido y me desnudé también para meterme dentro con ella. Me posicioné entre las piernas de Ana y apoyé mi cabeza en su pecho. Ella acarició mi pelo suavemente mientras que su otra mano estaba aferrada a la mía.

-Aún sigo en una nube.. - dije rompiendo el silencio

-Y yo... Aún no me lo creo... Entonces aún me pondré más gorda y mas fea.

-Ay, no seas tonta. Tú pintada de verde y calva serias la más preciosa de la sala.

-Qué mimada me tienes... - dijo Ana dándome un beso en la cabeza.

Salimos del baño en un rato, y fuimos a ver la TV. No sé cómo lo íbamos a hacer para contárselo a muestra familia, la verdad es que ni mi hija lo sabe, pero estoy segura de que le hará mucha ilusión.

-Oye, mañana vamos a buscar a Joana y se lo contamos, ¿te parece?

-Vale, mejor - dijo Ana apagando la tele y cogiendo mi mano para levantarme. - pues vamos a dormir ya que mañana madrugamos.

-¿Dormir? - pregunté con una sonrisita

-Sí, que tengo la regla - dijo Ana con una carcajada

-Serás hija de... - intenté decir antes de encontrarme los labios de Ana encima de los míos.

Íbamos de camino de ir a buscar a Joana, ya que hoy no estaba con su padre. Además, hacía mucho que no la veíamos y la echaba muchisimo de menos. Llegamos a casa de mi ex suegra y con dos tímidos besos nos dejó pasar en casa. Joana, nada más oír la puerta, vino corriendo hacia nosotras y se tiró en plancha. La cogí yo porque Ana no estaba para coger mucho peso, y después de saludarnos efusivamente, nos fuimos al coche.

-Os he echado de menos mamis - dijo Joana una vez ya íbamos de camino a un restaurante para comer - hacía mucho tiempo que no nos veíamos.

-Lo sé cariño, por eso hemos venido a verte - dije mirando por el retrovisor.

Después de comer decidimos ir a un parque y allí hablar con Joana, porque habíamos intentado escapar del tema todo el rato. Llegamos a dicho parque y empezamos a jugar con Joana hasta que se cansó y nos fuimos a sentar en un banco.

-Joana cariño, tenemos algo que decirte.

-¿El qué? - preguntó ella con una sonrisa.

-Pues mira, mami tiene dos bebés en la barriga, vas a tener una hermanita y un hermanito nuevo. ¿Te hace ilusión? - dijo Ana antes de que yo pudiera decir algo.

Joana nos miró a las dos y luego miró la barriga de Ana. Entonces puso su manita encima y se quedó un rato en silencio. Yo miraba a mi hija con lágrimas en los ojos y con una sonrisa, la cual se esfumó cuando Joana salió corriendo sin decir nada, y llorando. Le dije a Ana que se quedara en el banco, y fui detrás de mi hija. La busqué por todo el parque y no la encontraba, me estaba empezando a asustar. Pasé por delante de un banco y oí como un sollozo. Miré bien y vi unos pies detrás. Alcé un poco la cabeza y vi a Joana allí escondida y llorando.

-Cariño, sal - le susurré .

-No quiero - dijo ella refunfuñando.

-Venga, ven aquí cariño, y cuéntame qué pasa.

Joana tardó un momento en hacerme caso y mirando al suelo, vino y se sentó a mi lado en el banco. Yo le acaricié el pelo y al principio parecía un poco reacia a mis caricias pero luego se fue acercando a mi poco a poco.

-Mami, ¿por qué queréis tener más hermanitos?

-Porque tus mamis nos queremos muchísimo y queríamos tener un hijo y darte un hermanito para jugar.

-Pero cuando lleguen mis hermanitos me vais a dejar de querer. - dijo ella volviendo a llorar

-¡No, por supuesto que no, cariño! - dije abrazándola - no pienses eso nunca más, ¿me oyes?

-Seguro, ¿mami?

-Por supuesto - dije aún abrazada a ella. - Venga, vamos a buscar a mami.

Llegamos en el banco donde habíamos dejado a Ana y la vimos acariciándose la barriga mientras lloraba. Entonces, levantó la vista y nos vio, y en su cara apareció una sonrisa. Joana fue corriendo y se abalanzó sobre ella también llorando.

-Mami lo sientoooo - dijo Joana aún abrazada a ella

-No lo sientas cariño - dijo Ana también llorando

Joana entonces puso su oreja en la barriga de Ana y se quedó allí cinco minutos en silencio, con los ojos cerrados mientras ella le acariciaba la cabeza. Ana me miraba un poco extrañada ante la situación, pero luego Joana se levantó y nos cogió las manos para ir hacia casa. En el coche, Joana cayó redonda y la llevamos a casa de mi madre que le tocaba a a ella, así aprovechamos y le contamos lo de los bebés. Estaba segura que mi madre se lo toméis estupendamente, al igual que mi padre. Lo que yo temía era como se lo tomaría el padre de Ana, porque aunque ya parecía que se hubiera acostumbrado, cuando apareciéramos con dos bebés en el brazo alomejor le daba algo.

-Pues parece que tu madre se lo ha tomado bien - dijo Ana llegando ya a la habitación de hotel. Nos quedaríamos en Barcelona un par de días para pasarlos con Joana, total, tampoco teníamos mucho trabajo.

-Pues sí, me alegro mucho. Ana, yo tengo miedo de lo que pueda decir tu padre..

-Lo sé... Pero a mí me da igual lo que me diga, es lo que quiero y lo que querré siempre.

Dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos a cenar por ahí. Me pasé un poco con el vino y me enrollé a la cintura de Ana en la puerta del hotel. En el ascensor estuvimos besándonos sin control, y no dejamos de hacerlo hasta que llegamos a la puerta de la habitación.

-Madre mía, llevo encima a tres criaturas - dijo Ana cuando me empotró contra la puerta para buscar las llaves.

-Calla y abre la puerta - dije aún concentrada en su cuello.

Así lo hizo, así que cuando entró, bajé de su cintura y la cogí como un saco de patatas para llevarla al cuarto de baño.

-Silviaaaaaaa, vamos a la cama - me suplicó ella cuando vio que iba al baño.

-Luego - dije cerrando la puerta.

Subí a Ana a la pica del baño y le levanté la falda mientras besaba su escote. Me deshice de su ropa interior y con mi mano empecé la guerra. Ana cada vez me atraía más a ella rodeándome con sus piernas y estrujándome más fuerte.

Ana tiró la cabeza atrás dándome a entender que ya había llegado, así que no le di ni un minuto de tregua y me la llevé a la cama para volver a disfrutar la una de la otra.

Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora