Capítulo 105

353 36 16
                                    

Silvia solo asentía mientras su abogado seguía hablando. Tenía curiosidad por saber qué era eso que haría que Andreu se alejara de nosotras. Silvia había quitado el altavoz para así poder entenderlo mejor, cosa que aún me puso más nerviosa porque yo quería saber qué pasaba.

Silvia colgó el teléfono, lo dejó encima de la mesa y se sentó. Miró alrededor suyo nerviosa, sin saber por dónde empezar. Creo que no me iba a gustar lo que me iba a proponer.

-Silvia coño, solo dilo y ya está.

-A ver Ana, podemos hacer dos cosas. Una es denunciar a Andreu.

Empalidecí y sin pensarlo empecé a negar con la cabeza. Si a Andreu le llegaba una denuncia sobre esto iba a decir cosas muy feas de Silvia que le iban a doler, y no quería que nada ni nadie le hiciera daño, así que si hacía falta sacrificaría un tiempo de mi felicidad solo porque ella no sufriera.

-No. - dije de una manera rotunda.

-Ana... No entiendo por qué no podemos hacerlo, sería la forma más fácil...

-He dicho que no Silvia, no quiero.

-Pero, ¿por qué? Joder Ana, ¿no te das cuenta que es la opción más rápida?

Lo sabía muy bien, sabía que si lo denunciábamos inmediatamente tendría que firmar los papeles, aunque las pruebas escasearan un poco. Igualmente, no podía dejar que eso pasara. Debía quedármelo para mí misma y punto.

-Porque no, tengo mis razones Silvia. Dime la otra opción.

-No, no hasta que me digas por qué.

-Porque no joder, no quiero - dije empezando a ponerme tensa mientras mis ojos se inundaban de lágrimas.

-No voy a decir nada más hasta que no me lo cuentes Ana.

-Ostia Silvia, que no puedo joder, ¿no puedes dejarlo así? - dije empezando a alzar la voz.

-¡no! Coño Ana, ¿por qué tienes que ser una mártir? Sé que algo aquí no va bien, por muy buena persona que seas eso se denuncia, tienes una razón escondida y no pararé hasta que me la digas.

-¡Eres tú que no te das cuenta! ¡no sabes nada! - dije roja de rabia mientras mis lagrimas volvían a resbalar por mis mejillas.

-¡Porque no me cuentas nada Ana! ¡Cómo voy a saber algo si te lo guardas todo para ti y no dejas que te ayude! - dijo Silvia chillando mucho más que yo.

-Silvia, no puedo - dije bajando la voz y dudando un poco

-¡No poder y no querer son dos cosas muy distintas! - dijo alzando aún más la voz.

-No grites... - dije casi en un susurro

-¡Dímelo!

-¡Silvia! Que si a Andreu le llega una denuncia de mi parte va a decir cosas muy feas de ti, ¡y no voy a permitir que nada ni nadie te haga sufrir, joder! - dije también chillando. Exploté y se lo conté, y me arrepentí al instante. Ahora la había metido en ella en el asunto, cosa que no quería.

Silvia se me quedó mirando mientras se limpiaba las lágrimas de los ojos. Cuando pareció que la ira se había ido de su cuerpo, se abalanzó sobre mi y me abrazó.  En un primer momento tardé en reaccionar, pero luego le devolví ese abrazo y la estreché fuerte contra mi cuerpo.

Silvia se separó de mí y se quedó a pocos centímetros de mi cara mientras me acariciaba el pelo y me miraba. Aún había un par de lagrimas resbalando por sus mejillas, así que con mi mano derecha se las sequé mientras ella sonreía.

-Ana, a mí me da igual sufrir, ¿no te das cuenta? Lo único que quiero es estar contigo por fin, sin frenos ni ataduras de por medio. Ana, me da igual lo que pueda decir de mí, ni te imaginas lo igual que me da. Yo lo único que quiero es estar contigo, ya lo sabes mi amor, el mundo me da igual si te tengo a ti cerca.

Rompí a llorar una vez más y volví a abrazarla. Esa mujer es tonta, es muy tonta. Pero es mi tonta. No podía dejar que hiciera tal cosa, no lo iba a dejar porque mi conciencia no me lo permitía.

-Silvia, yo también quiero estar contigo, pero ¿no te das cuenta que si sufres tu, sufro yo el doble? No quiero estar contigo si estás sufriendo, porque al fin y al cabo sufriremos las dos. Quiero hacerlo bien, como debe ser. Después de todo este tiempo, nos lo merecemos, ¿no?

Silvia no dijo nada mas y se acercó a mí lentamente para besarme. Empezó siendo un beso lento, nada más que un pequeño beso en los labios. Pero poco a poco, siguiendo el ritmo de una canción imaginaria, el beso fue aumentando de pasión, y nuestras lenguas bagaban por nuestras bocas como dos naufragas. En un momento de pasión, pegué un salto y me enrollé en su cintura como un koala, pero sin dejar de besarla.

-Anita, me estás provocando y te recuerdo que estás un poco débil aún. - dijo ella apartando un poco la cara de mi mientras yo besaba su cuello.

-Como si a mí me importara eso - dije dándole pequeños mordisquitos en el cuello - ¿te vas a quedar aquí todo el día o me vas a llevar a la cama ya?

-A la mierda - dijo Silvia rindiéndose y yendo a paso rápido a la cama.

Me tiró en ella y enseguida la volvía a tener encima de mi cuerpo, tocándome y besándome. No tardamos en quedarnos completamente desnudas, y tardamos aún menos en disfrutar una vez más la una de la otra después de tanto tiempo y después de tantos percances. Nos rendimos ante la pasión unas tres veces, y después de esto nos abrazamos y nos quedamos mirando a la nada y sonriendo como unas bobas.

-Oye - dije de repente - ¿cuál era la segunda opción? Porque no voy a permitir que denuncies a Andreu.

-Ana... - empezó a decir ella.

-No -dije poniendo mi dedo índice en su boca - dime la segunda opción.

Silvia suspiró y se rindió. En el fondo sabía que tampoco le hacía mucha gracia denunciar a Andreu, así que la segunda opción era la definitiva.

-De esta opción no estoy tan segura Ana, qué quieres que te diga... Me parece un poco rastrero, a la par que puede que no funcione.... Me ha dicho que recurramos al público.

-¿Para? - dije levantando una ceja.

-Que anunciemos un falso compromiso, y por la presión que ejercerían, harían que Andreu firmara el divorcio.

Me deshice del abrazo de Silvia y me senté apoyada en el cabecero de la cama pensando. Esa opción aún era peor si cabe. Yo tenía planeado pedirle matrimonio a Silvia bien, pero anunciar un falso compromiso me lo estropeaba todo.

-No - dije sin saber qué decir.

-¿No? - dijo Silvia levantando una ceja - y entonces, ¿qué hacemos?

-N... Nada - dije suspirando.

Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora