Capítulo 101

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Hacía ya una semana que no sabía nada de Ana. La llamaba cada día muchas veces y me ponía que el teléfono no estaba disponible. Le escribía whatsapps y la buscaba por todos lados. Pregunté a todo el mundo, y su madre me dijo que le envió un mensaje diciéndole que se iba y que volvería en un tiempo, que estaba agobiada, y a nuestros amigos igual.

Todos intentaban calmarme y apoyarme, pero yo no me creía que Ana fuera capaz de abandonarme. Eso no había sido cosa suya, eso había sido cosa de Andreu, estaba segura. En la nota ponía: "Lo siento, no te quiero. No me busques" y yo no me lo creía, o almenos no quería hacerlo. No me creía que después de todo lo que habíamos llegado a pasar para estar juntas ahora todo se fuera al garete por una pequeña crisis tonta. La prensa ya empezaba a correr voces de que habíamos roto, porque ya no nos veían juntas y a mí me veían como una alma en pena. Aunque eso era cuando me veían, porque no salía de casa. Durante esa semana solo salí dos veces, una para ir a casa de su madre y otra para ir a Tolouse. Pensé que se había agobiado y que había querido irse lejos del país.

Aún así, no la encontré. No sabía dónde podía estar y, como ya he dicho antes, pensé en que eso no tenía sentido y que Ana jamás me haría eso, no sin despedirse almenos cara a cara. Todo fue cosa de Andreu, estaba segura. Eso no iba a quedar así, e iba a entrar en su juego, uy si lo iba a hacer. Ya lo tenía todo planeado, era un poco retorcido pero... ¿Qué más da? Todo lo que nos ha hecho sufrir este hombre no tiene perdón, no puedo sentirme mal por ello.

Decidí ir a su casa en ropas de calle, es decir, con un chandal y una sudadera ruinosa. Tampoco me maquillé, quería que viera mi mala cara y jugar un poco con sus sentimientos. Además pensé que como la niña estaba con mi madre aún lo tendría más fácil.

Llegué a la casa de Andreu y contuve el vomito que me subió por el esófago y llamé al timbre. Solo cinco segundos después apareció Andreu y al verme se sorprendió. Interiormente sonreí, eso no se lo esperaba. Bien Silvia, ahora es el momento, es tu primer papel como actriz de drama.

-Hola Silvia, ¿qué haces aquí?

-Hola... Siento molestarte - dije fingiendo timidez mientras miraba al suelo - Em yo...

-¿Qué quieres? - dijo él con cara de pocos amigos.

-Bueno, es igual - dije girándome y yéndome por donde había venido.

-Espera... ¿Qué te pasa? - dijo él alzando el tono de voz. Bien Silvia, bien, ha colado.

-Andreu, la he cagado... Todo esto ha sido un error - dije fingiendo lágrimas - Ana me ha abandonado y lo único que he hecho ha sido pensar en ti - dije secándome una lagrima. No sabéis lo que me costó decir esas palabras, parecía como si me apuñalaran.

-Habértelo pensado antes... - dijo él un poco tocado.

-Lo siento... ¿me dejas pasar?

-Em no - dijo él alterado - ya nos veremos otro día. - y cerró la puerta.

Me giré y fui andando con paso débil hacia la otra acera, y luego sonreí. Ya sabía dónde estaba Ana, estaba en esa casa, otra explicación no debía haber. Llamé a su madre y le pregunté los horarios de su hijo y me lo contó. Perfecto, en un par de horas tenía que ir a una entrevista, así que dejaría la casa sola. Me quedé por allí cerca del portal, y cuando lo vi salir me escondí por si acaso. Me sentía como en una peli de esas americanas que nadie se cree, pues así. Es que en realidad todo esto no parecía real, parecía todo ficción... Y que me estuviera pasando a mí... Manda cojones.

Fui hacia el portal mirando mucho a mi alrededor para que no me encontrara sorpresas y levanté la maceta de la derecha para coger la llave. Mierda, no está, la ha cambiado de sitio. A ver Silvia, piensa.. ¿Dónde puede estar? Levanté el felpudo y tampoco estaba, miré dentro de las macetas y tampoco. Estaba apunto de cogerme un ataque de ansiedad cuando vi el buzón y sonreí. Metí la mano y efectivamente ahí estaban. Ay Andreu... Siempre dejando una llave por si acaso.... Pues este por si acaso te acaba de descubrir.

Introduje la llave y abrí lentamente la puerta, todo parecía estar en silencio y sin nada extraño. Repasé todas las habitaciones y no había rastro de Ana ni parecía que hubiera estado allí. Joder, quizás me había equivocado y había desconfiado injustamente de Andreu. Fui al garaje y vi que la puerta estaba entreabierta, y con miedo bajé las escaleras. No se oía nada y estaba muy oscuro. Aquel sería el momento idóneo en el que un asesino en serie apareciera por detrás mío y me cortara la cabeza, ¿no creéis?

Seguí bajando despacio para no matarme y porque estaba cagada de miedo. Busqué a tientas el interruptor y cuando lo encontré, lo presioné levemente y una luz se encendió. Vi una cama y parecía que alguien estaba en ella. Cuando encendí dicha luz esa persona se movió y se levantó un poco.

-Joder, ¡cierra la puta luz y deja de tocarme los cojones!

-¿A...Ana?

Ana entonces parpadeó al oír una voz que no era la de Andreu y al verme se le inundaron los ojos de lágrimas. Apenas reaccionamos ninguna de las dos, nos quedamos quietas sin saber qué hacer ni qué decir. Parecía hasta una alucinación.

-¿Silvia? ¿Eres tú?

Flashback [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora