Capítulo 1

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Podía distinguir las luces titilando a través de sus parpados cerrados. Y un sonido ululante que le hacia doler la cabeza. Deseo que se detuviera, y tardo un momento en darse cuenta de que el dolor no lo producía el sonido. El dolor estaba dentro de su cabeza, y el sonido solo lo acrecentaba, le producía una sensación molesta, no le dejaba pensar. No podía ordenar sus pensamientos... Trato de hacer un esfuerzo por ubicarse, y abrió apenas los ojos. Las luces lo asaltaron y todo pareció moverse a su alrededor. Alcanzo a distinguir un techo metálico sobre su cabeza... Una ambulancia. Eso era. Estaba en una ambulancia. La luz le hacia daño y volvió a cerrar los ojos. Que demonios hacia en una ambulancia? Como había llegado ahí? Intento recordar, pero se sentía mareado y dolorido, y las imágenes iban y venían de su cabeza, hasta que una se le quedo fija. La moto... Iba en una moto, y... que más?

"Agarrate, agarrate a esa imagen... ibas en la moto... no... estabas sobre ella..."

Los recuerdos le vinieron casi como si estuviera soñando. Estaban en la calle, una calle desierta... el set de filmacion. La calle era ancha y larga, y estaba desierta. El estaba sobre la moto, con el casco puesto... y esperando. A un lado, el director discutía con sus asistentes. Estaba lloviznando, y eso era un problema. Era peligroso, decían. Habían ensayado esto varias veces, pero nunca con ese clima. Siempre con el piso seco. Se suponía que estaba escapando y tenía que huir por esa calle a toda velocidad. Ahora discutían si podían hacerlo con cuidado, a velocidad moderada, y luego arreglarlo en la edición para que pareciera que iba más rápido. Eso no le causo gracia... Lo había hecho varias veces... y la velocidad le encantaba. Le subía la adrenalina, se sentía en la gloria. Y hacia rato que no sentía eso... Hacia muchos años que había abandonado la costumbre de andar en motocicleta, desde un estupido accidente en que se había roto una pierna. Ahora, las exigencias del guión, lo habían empujado de vuelta sobre ellas. Y no había querido improvisar, ni mucho menos aceptar dobles. No quería perdérselo... Llevaba casi un año practicando. Había comprado tres motocicletas diferentes. Tenia una en Londres, otra en Nueva York... y una tercera que se llevaba a todas partes. Hasta había practicado algo de motocross, para corregir algunos errores. Había esperado esta escena con ansias... y ahora todo parecía estropearse por el maldito clima... o al menos se iba a retrasar.

Después... que había sucedido? Oh, si... el había insistido en hacerlo, los demás no parecían convencidos. Finalmente, habían acordado que lo harían, pero con velocidad reducida. Acepto a regañadientes, y pusieron manos a la obra. Puso en marcha la motocicleta y la acelero varias veces. Al grito de "acción", emprendió la marcha.... Se contuvo durante unos cuantos metros, atento al estado del piso. Todo parecía bajo control, así que acelero un poco más... y un poco más... A esta altura si alguien trataba de detenerlo, ya no lo escuchaba, así que se dejo guiar por el instinto. Y por la maravillosa sensación de libertad que le hacia sentir el salir disparado hacia delante. Inclino más el cuerpo, viendo de reojo como las cosas parecían pasar a su lado a una velocidad pasmosa. "Grandioso...", se dijo.

El golpe en la rueda lo sorprendió. Solo mucho después supo que había sido un perro. El animal se cruzo tan de improviso, que ni siquiera lo vio. La moto se desestabilizo un poco y el piso húmedo hizo el resto. Perdió el control por completo, y el vehiculo corcoveo un par de veces antes de que saliera volando sobre ella y cayera al pavimento. La ropa de cuero le hizo de deslizador y patino a lo largo de la calle varios metros hasta golpear contra un auto estacionado. En medio del aturdimiento por el golpe, pudo ver por el visor del casco, como la moto también se deslizaba por la calle, a toda velocidad y se le venia encima... Cerro los ojos con fuerza y...

Un sacudon le hizo abrir los ojos otra vez. Ya no estaba en la ambulancia. Ahora parecía estar en una camilla y atravesando los pasillos de un hospital. Las luces de neon pasaban rápidamente sobre el y cada tanto una cara desconocida se asomaba y le preguntaba algo que no alcanzaba a entender. Sentia el cuello raro, como rígido, hasta que se dio cuenta de que tenía un cuello ortopédico. Tampoco podía ver muy bien, salvo que se acercaran mucho a su cara. Raro... nunca había tenido problemas en la vista. Tenía una visión excelente. Lo primero que entendió, fue que le preguntaban su nombre, lo que le pareció bastante estupido. No era fanfarronería, pero a esta altura todo el mundo lo conocía bastante bien. Sobre todo aquí, en pleno Los Ángeles... Después de un momento lo comprendió. No es que no supieran quien era... es que querían saber si el lo recordaba... si sabia como se llamaba. Claro que lo sabia! Pero no conseguía tener la cabeza lo suficientemente clara como para concentrarse y llevar las palabras de su mente a su boca. Se alarmo un poco. Algo no andaba bien... Eso lo puso nervioso. Intento moverse, y no lo logro. Solo consiguió marearse y tuvo que cerrar los ojos, otra vez.

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