Diez días después...
Orlando se alejo un poco del grupo, bebiéndose la botella de agua con verdaderas ansias, para luego dejarse caer sentado sobre una piedra. Estaba exhausto... pero por suerte el día de hoy ya habían terminado.
Un grupo de niños paso junto a él e intentó tironearlo para que fuera a jugar con ellos. Los correteo apenas, haciendo gestos como para espantarlos, riendo, pero volvió a su sitio. Ya no tenia fuerzas para mas. Lo único que deseaba con ansia, era refrescarse un poco, comer algo y despatarrarse en el camastro hasta la mañana siguiente... como llevaba haciendo desde que llegara aquí.
Sus planes de reflexión y calma, no estaban saliendo exactamente como había pensado. Una vez que había tomado la decisión de viajar, no había tenido tiempo de pensar en nada mas. Entre los preparativos y el viaje, su cabeza había estado lo bastante ocupada como para que el dejar la casa no fuera un momento triste o doloroso. Tuvo que ser práctico, tenia poco tiempo y necesitaba usarlo para organizarse. Se despidió de Bass, que parecía seguir preocupado, con múltiples promesas, y emprendió el viaje con verdadero entusiasmo.
El viaje en si, fue largo, pero no tedioso. La gente del grupo era joven, entusiasta y divertida, y él se obligo a integrarse y poner la cabeza en su proyecto, a ver en que podía ser útil.
Después había estado el viaje hasta la aldea, que no era fácil, y una vez allí... bueno, se vio envuelto en un remolino de actividad sin poder evitarlo.
Se sumergió en el proyecto, trabajando como uno mas, codo a codo con todos, de una forma vertiginosa.
En estos días, había cavado zanjas, cargado caños, levantado paredes... Había hecho de todo, sus manos eran una prueba de ello. Se las miro sonriendo... Si la persona que lo atendía habitualmente en los estudios, viera sus manos curtidas y lastimadas, se moriría de un infarto. Pero él en cambio se sentía muy satisfecho, muy en paz.
El problema era que terminaba rendido. Al principio pensó que Bass había tenido razón y que no estaba lo suficientemente repuesto como para emprender una aventura como esta. Pero con el correr de los días, el cuerpo empezó a acostumbrarse y a dolerle menos. Ya no se sentía tan cansado como al principio, pero era inevitable. Apenas se acostaba, se dormía como lirón hasta la mañana siguiente.
Así que de meditar, pensar o enfrentar sus dudas, todavía nada... Frunció el ceño un momento, pensando.
"No lo estas haciendo a propósito, verdad? En realidad no necesitas estar constantemente en movimiento... buscando que hacer. Buscando estar ocupado... No estas rehuyendo el asunto? Porque seria bastante estúpido de tu parte. A eso viniste aquí, recuerdas?"
Suspiro profundamente, cerrando los ojos y estirando la espalda.
"De acuerdo... a partir de mañana, te tomaras al menos dos horas, te apartaras de todos, y te sentaras a pensar... o lo que sea, pero apartado y solo. Pero mañana... porque ahora estoy muerto".
Mientras tanto, en L.A., Kiki se enfrentaba a nuevas preocupaciones. O mas bien viejas, que parecían volver...
Mike había vuelto a la carga. Mas precisamente desde el día en que se entero que Orlando había viajado a la otra punta del mundo, y parecía que no iba a volver por un largo tiempo.
Pero sus primeros acercamientos fueron tan sutiles, que Kirsten, con la cabeza como tenia, muy lejos de allí... casi no los advirtió. Solo se limitaban a que parecía estar cerca todo el tiempo, y que charlaban un poco mas... A que le acercara una taza de café de vez en cuando, o que le retirara la silla al levantarse. Esos eran gestos de un tiempo pasado, de cuando eran amigos sin resquemores, cosas que eran naturales entre ellos... y tal vez por eso no lo noto al principio.
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Solo por hoy
FanfictionOrlando Bloom, vive un momento personal algo complicado. Sin pareja y con problemas familiares, se refugia en su trabajo, tratando de ignorar su soledad. Por otra parte, Kirsten, madre soltera y médica, trata de sobreponerse a las dificultades diari...