Capítulo 141

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Ya hacia una media hora que Orlando esperaba sentado sobre la moto,cerca del acantilado. Le había parecido un buen sitio, alejado, sin curiosos o paparazzis escondidos. Ahora no estaba tan seguro...

En este lugar habían pasado momentos sublimes, y aunque intentara alejarlos, esos recuerdos lo asaltaban.

Ojala Kirsten llegara pronto... Quería acabar con esto rápidamente, y volver a ... Bueno, volver a casa, que otra cosa? Ojala no se demorara.

No pudo evitar recordar el tono esperanzado de su voz cuando le dijo que quería verla, y espero haber sido lo suficientemente frío en su diálogo como para que no viniera a la cita con algún concepto equivocado.

Eso le provocaba un poco de miedo... No buscaba una reconciliación, ni siquiera un acuerdo amistoso. Y ademas no tenia idea de que iba asentir al tenerla delante otra vez, sobre todo porque los últimos días (casi desde que ella se había marchado), se había negado sistemáticamente a enfrentar el asunto.

Si, se había sentido mal, solo, triste o desesperado o furioso, según la ocasión. Pero sentarse a reflexionar sobre lo que había pasado, dejarse avasallar por las circunstancias, era algo que aun no había hecho. No sabia como.

De pronto vio avanzar un auto por la carretera y que se salia del camino, acercándose a él. Lo miro con gesto incrédulo, cuando se detuvo y vio a Kirsten bajarse del mismo.

Ella se acerco con algo de cautela, pero su sonrisa esperanzada le dio la pauta de que si esperaba algo mas de esta reunión.

-Creí que te habías deshecho de esa cosa...-dijo con frialdad señalando el auto.

Kirsten se detuvo en seco y la sonrisa se borro de su cara de inmediato, dando lugar a un gesto dolido, como si la hubiera golpeado.

-No... solo estaba en el mecánico.

-También mentiste con eso...

La mirada de ella se endureció, mientras le contestaba algo picada.

-Jamas te dije que lo hubiera vendido, esas fueron conclusiones tuyas. No mentí.

Orlando se quedo mirando el auto en silencio, sin responderle.

-No tienes buena cara...-deslizo Kirsten.

Él se volvió hacia ella de inmediato y sonrió con ironía.

-No, supongo que no. Anoche estuve en una fiesta y bebí mas de la cuenta, y... tuve una noche agitada, es eso.

Ella lo miro un segundo con sorpresa y luego sacudió la cabeza. Si había tenido una ilusión con esta cita, se le acabo en ese momento.

-Esta bien... Me alegro por ti. Pero no me llamaste aquí para hablar sobre el auto, o para contarme de tu... noche, verdad?

-No, claro que no.

-Bien, te escucho...

-Que es esa estupidez que estas haciendo con el dinero?

-Perdón?

-Si, esa tontería de regresar tus cheques y cerrar la cuenta.

-No es una tontería, es lo justo. Ya no estamos juntos, ni trabajo para ti hace mucho, no quiero tu dinero.-le respondió rápidamente.

A Orlando le pareció ver de pronto, un rescoldo de la vieja Kiki, de aquella que lo peleaba, orgullosa y obcecada, y casi sonrió, muy a su pesar.

-Esta bien... esa parte puedo aceptarla. Lo que no puedo aceptar es que quieras devolver el dinero de la hipoteca. Ed dice que quieres regresarlo, es cierto?

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