Capítulo 174

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Orlando cumplió su promesa, y paso los dos días siguientes sin moverse de casa y casi sin asomar la nariz ni al jardín, demasiado entusiasmado en haber recuperado a Kiki como para pensar en nada mas.

Su único pensamiento era el volver a verla, pero al principio tampoco se desespero por eso. Mantenían una comunicación telefónica constante, y eso llenaba un poco sus horas y le hacia estar de buen ánimo. Tanto, que cuando no hablaba con ella, se dedico a llamar a todos los miembros de su familia y mantener animadas conversaciones. Eso era con su madre, su hermana y con Bass. Con Colin... bueno, no había vuelto a hablar con él nunca mas. Y le daba un poco de culpa el hecho de que tampoco le importaba demasiado, no debería ser así. Al fin y al cabo era su padre, debería tener algún tipo de sentimiento hacia él. Pero el caso es que no le pasaba, y eso a veces le causaba un poco de tristeza, aunque tampoco era algo que le quitara el sueño.

Así las cosas y después de dos días, se sentía maravillosamente bien, y sus deseos de ver a Kirsten se imponían ante todo.

Y fue lo primero que le hizo saber cuando la llamo esa mañana muy temprano. Kiki iba rumbo al hospital cuando recibió el llamado, y se estaciono un momento junto a la acera, para hablar tranquila por un rato, ya que aun tenia tiempo de sobra.

-No me aguanto un segundo mas...-decía él, yendo camino a su cuarto para escaparse del oído de Susy y cerrando la puerta- Quiero verte...

-También yo... te extraño.

-No puedes haberme extrañado mas que yo a ti, aquí... solo y aburrido...

Kiki se rio ante su tono fingidamente compungido. De haberlo tenido delante, se lo hubiera comido a besos, pues sabia perfectamente cual era la cara que ponía cuando hablaba así... y le encantaba.

-Bueno, deja de hacerte la víctima, quieres? Los dos nos extrañamos mucho y ya, ¿de acuerdo?

-De acuerdo... ¿Entonces, nos vemos hoy?

-Trabajo hasta las seis... pero luego... puedo arreglarlo. Ya veré que excusa doy en casa.

-¡Genial!-dijo con entusiasmo.- Entonces por la tarde y...

Hubo un silencio a ambos lados de la línea. Recién entonces cayeron en la cuenta de un detalle... El "donde".

-No puedo ir a tu casa...-empezó Kiki.

-Si, me doy cuenta de eso... Tampoco yo a la tuya.

-Entonces... ¿que hacemos?

-Tampoco puedo ir por ti al hospital.

-No. ¿Que haría con mi auto? Tendríamos que volver allí para buscarlo... No es buena idea.

-Bueno, lo único que se me ocurre de momento... son los acantilados, Kiki.  Y allí veremos. Mientras tanto, pensaremos si se nos ocurre otro sitio, y en la tarde lo hablamos, ¿te parece?

-Esta bien... Te veo allí, después de las seis... Extrañame hasta entonces...-le dijo suavemente- Te amo...

-Vivo extrañándote... cada segundo que me faltas. Yo también te amo...

Cuando corto la comunicación, Kirsten se quedo unos segundos como en suspenso, sonriendo. Se sentía casi flotar... y ya sentía la excitación de la espera para el encuentro. Todo estaba tirado de los pelos aun, ¡pero se sentía tan feliz!

Puso rumbo hacia el hospital, prometiéndose que pensaría donde podrían encontrarse con tranquilidad. Pero apenas llego allí, sus pensamientos fueron forzosamente arrastrados hacia el trabajo. Se presentaba una mañana difícil... y así fue por el resto del día.

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