Capítulo 145

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Una semana después...


Susy se tomaba una taza de té en la cocina, mirando distraídamente por la ventana... Estaba preocupada, muy preocupada. Y lo peor es que no sabia con quien desahogarse o a quien pedirle consejo. Estaba en una situación muy incómoda...

Orlando la preocupaba. Desde que se llevara las cosas de la niña, no había vuelto a salir de la casa. Aunque él insistía en que si lo hacia, ella sabia que no.

Durante el día no se movía de allí para nada, y por las noches... bueno, él decía que cenaba fuera. Pero tenia la sensación de que mentía, era una corazonada. Y el aspecto que tenia... le hacia pensar que no se equivocaba. Se veía desmejorado, ojeroso. Tres veces durante esa semana, había tenido que tirar la comida a la basura. Tanto protesto ante él, que se vio forzado a comer en su presencia... pero solo un poco. El resto iba irremediablemente al bote de la basura, y en cuanto a lo que le preparaba para la cena, lo encontraba en el mismo sitio al día siguiente.

Si bien le había preguntado y hasta retado un poco, tampoco podía ponerse pesada. Seria un hombre muy bueno y sencillo, pero no dejaba de ser su patrón. Y la última vez, casi le había contestado de mala manera, cosa rara en él.

Por lo demás, se la pasaba en la habitación o en el garaje. Siempre parecía pensativo... mas bien parecía triste.

"Ojala el señor Bass anduviera por aquí...", pensó con un suspiro.

No era la primera vez que veía a Orlando deprimido. Cuando la señorita Miranda se había marchado, había tenido días bastante malos. Pero su primo estaba para acompañarlo, y francamente... ni se acercaba a lo que veía ahora. Se veía decididamente mal, y ya hacia un par de días que estaba tratando de decidir si llamaba a alguien y se lo contaba. Pero tenia temor de que él se enfadara, era una intromisión, un atrevimiento de su parte quizás. Aunque, si le pasaba algo... que le iba a decir a su familia? Que se dio cuenta de que algo andaba mal y se callo la boca por temor?

El percance que habían tenido anoche, no había hecho mas que acrecentar esa preocupación, lo que sucedió después de que por fin se decidiera y hablara con él directamente.

Y empezó precisamente cuando lo pesco dándole la comida a escondidas, "su" comida, a Sidi.

Esta vez Orlando había aceptado cenar, supuso que mas para no seguir viendo su cara de preocupación que porque tuviera hambre realmente. Y ella no se había marchado, hasta que no lo vio sentado a la mesa de la cocina, urgueteando con el tenedor y llevándose un par de bocados a la boca. Después... le pareció demasiado, casi como si lo estuviera vigilando, y realmente era una situación incómoda, así que se despidió de él, dispuesta a salir.

Cuando iba a mitad de la escalera... no supo bien que fue. Algo la hizo volver atrás, como un presentimiento. Volvió sobre sus pasos y se fue directo a la cocina.

No pudo evitar una exclamación de disgusto, cuando al entrar repentinamente a la cocina, pesco el plato en el suelo y al perro con las narices dentro de él.

-Por el amor de Dios, hombre! No puedo creer lo que hace! Acaso tiene cinco años?

Orlando se incorporo sorprendido, y enrojeció violentamente, tal cual si fuera un chico pescado en una travesura... solo que esto era algo serio, al menos eso pensaba Susy.

-Mire, si mi comida no le gusta, me lo dice y probaremos otra cosa! Pero no haga eso, va a enfermar al animal!- le dijo acercándose y quitand el plato de delante del perro, que se quedo viéndola con tristeza.

Lo puso con un golpe sobre la mesa, poco consciente de que estaba gritándole a su patrón y que él no parecía muy contento con eso.

-Como se le ocurre tirar la comida a escondidas?

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