Capítulo 7

67 4 0
                                    



-Donde está?

Mike dejo de lado las radiografías que estaba mirando a contraluz, y se fijó en Kirsten, que había entrado a la sala de médicos, con un aspecto bastante ansioso.

-Donde está qué?-preguntó distraídamente, aunque sabía muy bien a quien se refería.

-No que. Quien. Bloom... donde está?-repitió molesta.

-No sé porque debería decírtelo, ya no es tu paciente, recuerdas? Lo botaste... Que pasa? Te arrepentiste?-le dijo con sorna.

-No es eso... Vamos, dime que paso, la habitación está vacía...

-Se fue de alta ayer por la noche. Y es todo lo que necesitas saber. Ponte contenta, ya está fuera de tu vida.

-Anoche? Tan rápido? Tenía al menos para dos días más...

Mike arrojo las placas sobre la mesa y se dejó caer en una silla con un suspiro de resignación.

-Vista la desesperación que tienes por ese hombre y aunque no me guste en lo absoluto, te voy a contar...

-Yo no estoy desesperada...-empezó ofendida.

-Quieres que te cuente o no?-la interrumpió.

Kirsten guardo silencio y se sentó frente a él, tratando de disimular una ansiedad, que muy a su pesar, si sentía.

-Bueno... después de la escenita del otro día, debo decir que se lo tomo con bastante calma. Al menos eso dijo Danielle, que primero estaba como loco, y luego se calmó bastante. Pero con el correr de las horas empezó a ponerse nervioso otra vez, y termino por ponerse pesado. Quería irse, no había modo, al final decidieron que era mejor que se fuera a casa a que estuviera alterado aquí. Así que se lo entregaron a su primo con un moño y todos felices... Y lo hicieron salir por la noche para evitar un poco a la prensa...no te diste cuenta de la paz que ahí allá afuera?

-No, no lo había notado... De todas formas, me parece un poco apresurado.

-Ve a decírselo al gran jefe. El, en persona, le dio el alta.

-Jefferson lo dejo ir? Bueno... entonces debería estar bien.

-Claro que si...

Kirsten se quedó pensativa, con el ceño fruncido, y Mike no pudo evitar sentirse molesto.

-Que pasa ahora? No se suponía que no lo soportabas, no querías quitártelo de encima? A qué viene esa cara?

-A que quería disculparme... y ahora ya no puedo hacerlo.

-Si es por temor a alguna queja... quédate tranquila, no pasó nada. El señor Bloom resulto poco rencoroso por lo visto, porque no abrió la boca. Nadie supo lo que paso.

-Es una suerte... pero no es por eso. De verdad quería disculparme. Me quede mal por lo que paso. Me sobrepase y estuvo completamente fuera de lugar lo que hice... Luego me sentí culpable.

-Es una buena reflexión... pero ya no hay modo. Tu paciente estrella se fue, y eres libre...-le dijo con una sonrisa.

Kirsten respondió a ella sin muchas ganas. Era cierto, le había resultado una molestia todos esos días, y por fin se había ido... Entonces porque le quedaba esa rara sensación? Tal vez porque no había podido disculparse. Pero en eso Mike tenía razón, ya no tenía forma de remediarlo. Bloom había salido de su vida para siempre.

****************

La vuelta a casa no fue precisamente lo que había imaginado.

Para empezar, la salida que habían imaginado tranquila, no lo fue tanto. Habían acordado con el medico que saliera de noche, bastante tarde, para evitar curiosos y periodistas. Y todo fue bastante bien, mientras iba en la silla de ruedas (cosa que odiaba, pero que remedio... eran las reglas) hasta el estacionamiento. Y ya allí se encontró con algunos paparazzi que se metieron sin que supieran por donde, y lo bombardearon con sus flashes y con preguntas que ni siquiera escucho, algo aturdido por las luces y concentrándose en dejar la silla y subir al auto y evitar los empujones que se producían con Bass y el médico y los enfermeros. Y una vez en el auto, vino la odisea de tratar de salir de allí. Bass empezó a conducir con lentitud, entre la maraña de fotógrafos y apenas llegaron a la acera, un grupo de chicas, casi se arrojó sobre el auto. Eso sí le sorprendió. Los paparazzi parecían no dormir y caerse de los árboles, ya estaba acostumbrado. Pero que estas mocosas (porque le parecieron casi niñas), estuvieran allí a estas horas, lo dejo algo perplejo. Golpeaban la ventanilla y chillaban, lo que le resulto algo molesto... ya estaba empezando a dolerle la cabeza con todo ese barullo. Aun así se las arregló para sonreír y saludar con la mano, mientras Bass maldecía por lo bajo e intentaba no atropellar a nadie y ganar la calle de una buena vez.

Solo por hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora