Capítulo 77

83 6 4
                                    

Sonia salio rápidamente de la biblioteca, y apenas lo hizo, Orlando escondió la cara entre las manos. No sabia que hacer...
Así que hizo lo que salio, actuar por instinto... y algo que no le agradaba demasiado. Hacerle caso a su madre.
Marco el numero de Sam y esta le atendió al segundo llamado.
-Hola...
-Hola Sam.
-Donde estas?
-Estoy... en casa de mamá.
Silencio.
-Sigues ahí?
-Si, solo estoy... sorprendida. Creí que dijiste que no irías.
-Era la intención... hasta que surgió el tema de la casa.
-Aja... es eso.
-Que otra cosa seria?
-Nada... no importa.
-La verdad... me sorprendió bastante lo que hicieron.
-No mas de lo que nos sorprendió a nosotras que quisieras comprar la casa... y que enviaras un abogado para hacerlo.Porque no me lo dijiste cuando hablamos?
-Porque en ese momento no tenia intención de... Sam, ya discutí eso con mamá, no quiero hacerlo también contigo, de acuerdo?
-Tampoco yo... Entonces para que me llamas?
-Porque firmaste la cesión?
-Porque no?
-Esa no es una respuesta...
-Claro que no, es una pregunta, tonto.
Por primera vez en muchísimo tiempo, Orlando escucho la risa de su hermana al otro lado de la línea. Y eso lo conmovió extrañamente... Era un sonido que tenia tan registrado de toda la vida, y solo ahora se daba cuenta de cuanto lo había extrañado.
-Vamos Sam... hablo en serio. Quiero saber porque lo hiciste... Mamá ya me explico sus razones, que dicho sea de paso no comparto. No las comparto, pero las entiendo... Pero me gustaría escuchar las tuyas...
-Bueno, veamos... Creo que fue una suma de cosas. Empezando con como te pusiste cuando fui a Los Ángeles. Aún cuando terminaste firmando... me di cuenta que solo fue un impulso, porque estabas furioso. Y después, cuando te llame para decirte que había que quitar las cosas... empezaste a gritar para que nadie las tocara, recuerdas? El solo hecho de que hayas cruzado el océano, supuestamente para llevarte un par de cajas con tus recuerdos... bueno, digamos que no hay que ser demasiado perspicaz para darse cuenta de cuanto te importa esa casa...
Ahora la voz de Sam se había transformado casi en un susurro, tan íntimo que podía sentirla como si estuviera allí sentada, en esa misma habitación. Se escurrió en el asiento cerrando los ojos y escuchándola atentamente.
-...Y es extraño...-continuo ella-... has pasado mas años fuera que dentro de ella. A lo mejor es eso. La has idealizado, es parte de tu niñez, de tus recuerdos mas felices. En cambio para mi fue diferente.Digamos que los recuerdos que yo quise llevarme... fueron mas las cosas que atesoraba en mi cuarto. Están mas relacionados con eso, que con la casa en si. Tal vez me produce mas emoción ver las calles de Kent, que la propia casa, entiendes? Pero tampoco significa que no me produzca nada... Hubiera querido... me hubiera gustado que cuando saque mis cosas, hubieras estado allí... Porque durante todo el tiempo que estuve guardando y empaquetando, te veía en cada rincón... Te juro que me parecía escuchar tus pasos en el corredor. Y cada vez que miraba el espejo... tenia la sensación de verte saltando sobre mi cama, y casi grite "Bájate de ahí, mocoso del demonio!". Te acuerdas cuando hacías eso?...
No le costo demasiado darse cuenta de que su hermana lloraba al otro lado de la línea, sobre todo porque él también estaba haciéndolo. Silenciosamente, las lágrimas le corrían por la cara, porque todas esas imágenes cruzaban por su cabeza como si viera una película.
Sam frente al espejo, arreglándose para su primera fiesta, y él entrando como una tromba y saltando sobre su cama, para molestarla. Solo porque no quería que fuera, porque estaba celoso.
-Orlando... sigues ahí?
-Si...-dijo apenas, tratando de controlarse.
-Bueno, te das cuenta de lo que digo? Todo eso... lo llevo dentro. No necesito ir allí para recordarlo.
-Yo... no se que decir.
-Si, no es fácil... después de todo lo que ha pasado... Crees que pueda recomponerse alguna vez?
-No lo se...
-Al menos esta vez logramos hablar sin gritarnos, eso ya debería ser algo...
Orlando se quedo en silencio, otra vez con el nudo atenazándole la garganta, mientras se incorporaba y se limpiaba la cara con la mano.
-Sam... Yo quisiera... y por favor, trata de no ofenderte como hizo mamá... quisiera darte tu parte de la casa.
-No.
-Es parte de tu herencia, Sam. No tienes porque dármela, no es justo...
-Para mi si. Tú sientes algo especial por esa casa, es justo que tú la tengas. Por favor... solo tómala. No le des mas vueltas al asunto Orlando, no hay nada macabro, ni nada humillante en lo que hacemos... Porque no solo... la aceptas?
Orlando paseo la mirada por la habitación, dudando, cuando se tropezó con un retrato, colgado cuidadosamente en la pared. Era una fotografía tomada en el frente de la casa de Kent. Parados en el jardín se veía a Harry pasando su brazo por los hombros de Sonia. Sam se apretaba a su lado, peinada con trenzas, y a su sonrisa le faltaba un diente. En los brazos de su madre, un pequeño Orlando le devolvía una mirada alegre, por debajo de un corto flequillo. Todos sonreían. Se veían felices. Se recordaba feliz. Una bonita imagen... Una familia.

Solo por hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora