Capítulo 173

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Mas tarde, esa tarde, y mientras la lluvia había vuelto a arreciar, Kirsten se despidió de Orlando con un beso, recomendandole que descansara y no se moviera de la cama hasta que ella volviera.

-Dejare esto en casa de Jen y volveré en un santiamén, ¿de acuerdo?

-Si te pones a charlar con Jen, difícilmente lo hagas.-sonrió él soñoliento.

-No te preocupes, volveré pronto. Trata de descansar, y me llamas al celular si algo sucede.

Volvió a besarle cariñosamente y salio del cuarto, pero cuando llego a la puerta se detuvo un momento indecisa. Luego volvió hacia la cocina, donde la ropa de Orlando aun se secaba sobre varias sillas, y la toco. Seguía húmeda...

Pensó un momento, si seria buena idea. Si quería mantener la discreción, no lo era. Pero tampoco podía permanecer desnudo todo el tiempo y era evidente que estaba incómodo con la ropa de Rosa... No pudo evitar sonreír ante esa imagen. ¡Eso si que era digno de ser fotografiado!

Fotografías... Bueno, no creía que con esta lluvia los paparazzis estuvieran en la calle, esperándolo. Y para el caso... su moto reposaba desde hacia un día entero ahí afuera. Suspiro con resignación y metió la mano en el bolsillo de su campera, para hacerse con las llaves de la casa.

Hizo todo lo mas velozmente que pudo. Fue primero a casa de Orlando, donde un Sidi casi histérico la recibió a los saltos, apenas traspaso la puerta. Eso le dio una punzada de culpa. ¿Quien se ocupaba del pobre animal mientras él no estaba? Y no podía llevárselo a casa, era demasiado grande...

Se preocupo de dejarle comida y agua suficiente para ese día, ya mañana Susy se ocuparía de el.

Luego entro a la casa y fue decididamente al cuarto de Orlando. Y allí se detuvo unos momentos. Llevaba mucho tiempo sin venir a la casa, y le dio un poco de nostalgia. Había sido tan feliz allí... ¿Seria posible volver a serlo?

Sacudió la cabeza y se puso en movimiento. No tenia tiempo para eso ahora, necesitaba apurarse.

Hizo un pequeño bolso con un par de pijamas, dos mudas de ropa interior, un pantalón, una remera, un sweater, y se llevo una chaqueta del armario, así como medias y zapatillas.

Luego volvió a su auto, metió el bolso al baúl y se alejo rápidamente sin que nadie advirtiera su presencia.

El paso por casa de Jen fue otro cantar. Tuvo que ensayar una disculpa para Jodie, y le dijo que tenia una emergencia en el hospital, y seguro se quedaría allí toda la noche. Toda esa explicación fue hecha en presencia de Jen, que parecía hacer un esfuerzo para no reír. Por suerte Jodie lo tomo con naturalidad, ya estaba acostumbrada con una madre médica, y un día o dos mas en casa de su madrina, no era algo que le desagradara precisamente. Jen le permitía muchas cosas que su mamá no.

Apenas Jodie salio del cuarto para acomodar las cosas que Kiki le había traído, esta cerro la puerta y apoyo la espalda en ella con la cabeza gacha. Esperaba una andanada de preguntas de su amiga, pero solo escucho silencio, así que levanto la cabeza hacia ella.

En medio de su cama, recostada sobre las almohadas, Jen la miraba con una sonrisa cómplice.

-Deja de sonreír así... Bien podría pedirte que no me hicieras preguntas.

-Y yo tendría que ser respetuosa y aguantarme la intriga. Pero como soy una mujer embarazada que necesita tranquilidad, no vas a dejarme hecha un manojo de nervios... Así que cuéntame.

Kiki sonrió y fue a sentarse junto a ella, con resignación.

-Esta bien, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que volver enseguida a casa, lo deje solo.

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