Capítulo 97

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Kirsten acariciaba la cara de Orlando con dulzura, mientras miraba la hora. Eran las cuatro de la mañana, pero ella no lograba dormir. Él en cambio, había caído como muerto. Pobre, pensó, había quedado realmente agotado. Tanto esfuerzo por controlarse, por hacerla sentir bien, por ser medido y respetar sus tiempos... Se había quedado sorprendida, cuando en medio de su grito, le había confesado que así se descargaba. Sorprendida si, y también se había sentido culpable. Cuando el teléfono sonó esa noche y la despertó, y al ver que é no estaba en la cama, el primer pensamiento que cruzo su mente fue que no estaba en la casa. Fueron apenas unos segundos, pero en el trayecto desde la cama hasta el teléfono, pensó que finalmente no se había aguantado mas y se había ido en busca de alivio a otra parte... Se había sentido tan culpable! Y ahora ademas él se sentía como en falta porque tenia que hacer reposo y pensaba que las cosas se estancarían, o que no seria capaz de darle... Se sentía horrible! Todo por lo que él pasaba era culpa suya, que no era capaz de satisfacerlo, que no era capaz de comportarse como una mujer, que no era capaz de entregarle su cuerpo y corresponder a su amor como merecía.

Cerró los ojos conteniendo las lágrimas. 

"Soy una inútil, Orlando..."

En ese momento él se revolvió en la cama, y se volvió un poco entre sueños con un leve gesto de dolor, acurrucándose en su hombro y abrazándola. Se quedo muy quieta, sintiendo su respiración casi sobre su pecho, y empezó a acariciarlo. Era tan agradable, tan fuerte... le gustaba la textura de su piel, le gustaba como olía...

"Entonces debería ser mas fácil... Deberías corresponder a todo lo que él hace, deberías tomar un poco la iniciativa..."

Se estiro levemente para besarle en la frente, y sonrió un poco.

"De acuerdo... Te juro que voy a poner todo de mi... y te voy a hacer sentir bien.", se prometió.

No estaba segura como, pero encontraría la manera. Finalmente, después de un rato de acariciarlo, se quedo dormida.

***

Un beso, otro... suavecito, sobre su cuello, su mejilla, su boca... y una mano suave que le acariciaba el pecho. Orlando se estiro en la cama con una sonrisa de satisfacción. Si era un sueño, no quería despertarse.

-Buen día, amor...

La voz le sonó muy real, así que abrió los ojos. La sonrisa de Kirsten lo saludo desde arriba.

-Hola... Como te sientes?

Parpadeó un par de veces, para despejarse. Había sido un sueño? No, la mano seguía allí, acariciándolo. Volvió a sonreír con pereza.

-Bien... Hace mucho que no tenia un despertar tan bello.

-Te recuerdo que hace ya un tiempo que te despiertas con mi cara a tu lado. No se como tomar eso...-bromeo.

-Tú entendiste lo que quise decir...-murmuro atrayendola hacia él y besándola en la boca lentamente.

Kirsten respondió al beso con ganas, y luego separo su rostro mirándolo con intensidad.

-Créeme que me lo has dejado muy claro.

Le dio un rápido beso en la frente como para cambiar el clima y se levanto de un salto.

-Como esta tu pierna?

Orlando se incorporo en la cama con cuidado y trato de encoger la pierna. Aun dolía.

-Tiesa... pero ya no me duele tanto.

-Muy bien... abre la boca.-dijo volviendo junto a él con un vaso de agua.

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