Solo por hoy

Capítulo 22

Tenía cosquillas. Cosquillas en la nariz. Algo le hacía cosquillas... No. Era viento? Tampoco,...alguien soplaba sobre su nariz. Abrió ligeramente los ojos. Estaba de frente a ella, dormía y resoplaba suavemente. Y el soplido le causaba cosquillas en la nariz, porque su cara estaba cerca, muy cerca... y su mano... estaba sobre su cintura y...

"Santo Dios!!"

Salto de la cama de tal forma que casi se fue al suelo. Se quedó parada en medio de una gran confusión, pero totalmente despierta, mirando en derredor. La puerta del cuarto seguía abierta y Sidi estaba a los pies de la cama, apoyado contra las piernas de su dueño, y mirándola con expresión soñolienta. Orlando se volteo un poco en la cama, estirándose con gesto dolorido y se llevó la mano al costado de la cabeza.

-Ay... demonios...- se quejó, y luego abrió los ojos y volteo hacia ella.- Buenos días...

Al ver que no le contestaba se incorporó un poco, observándola.

-Dormiste aquí?-pregunto inocentemente.

-Eso parece...Aunque no se en que momento me dormí...-respondió algo confusa.

-Tampoco yo... Dios, esto me late...-volvió a protestar tocándose la cabeza y dejándose caer en la almohada otra vez- No se suponía que el hielo ayudara?

-Aja...donde está el hielo?

Orlando se asomó a un lado de la cama, y le sonrió.

-Me parece que aquí...

Kirsten rodeo la cama y vio la bolsa en el suelo, en medio de un charco de agua.

-Que desastre... voy por un... voy por algo para limpiar eso.-dijo atropelladamente, contenta de haber encontrado una excusa para salir de allí.

-Espera! No te contrate para limpiar pisos... No deberías mirar mi cabeza primero?

-Claro, por supuesto...

Se acercó a el nerviosamente, cerró los ojos con fuerza e inspiro y soltó el aire dos veces, mientras tocaba su chichón que parecía algo más grande que la noche anterior. Al menos así, con la cabeza gacha, el no podía verla, y notar su agitación.

-Menudo golpe te diste... Estas mareado, nauseas?

-No... Solo me duele... más que anoche.

-Es lógico, pasa con cualquier golpe. Porque no te das una ducha y vienes a desayunar? Luego te daré un analgésico, así no lo tomas con el estómago vacío.

-Está bien, gracias.-le dijo levantando la cara hacia ella.

Casi huyo de la habitación hacia la cocina, buscando algo de soledad, pero allí se tropezó con Susy.

-Buen día doctora! Por fin despertaron.

Despertaron? Los había visto juntos en la cama?

-Usted... nos vio?

-Sí, la puerta estaba abierta, no había modo de no verlos.

Trato de encontrar un rastro de intención en la voz de la mujer, pero no lo encontró.

-Qué hora es?

-Más de las nueve.

-Tanto?-dijo asombrada- Debió despertarme...

-Para qué?-se volvió hacia ella con una sonrisa- Parecían descansar tan plácidamente... y a él le hace falta.

-Susy...-empezó dudando- Créame que no es lo que parece...