Mas tarde esa noche, Orlando abandono el lecho sigilosamente. Se quedo parado junto a el, mirando dormir a Kirsten.
"Que noche increíble...", pensó y se alejo rápidamente, hacia el living.
Mejor se quedaba por allí, porque de todas formas no iba a poder conciliar el sueño, y si se quedaba en la cama... iba a estar complicado.
Después de la experiencia que habían compartido, solo se habían quedado abrazados un rato, escuchando la música, y besándose de tanto en tanto. Después Kirsten había preparado café y lo habían tomado sentados en la cama, charlando relajadamente. Finalmente se habían ido a dormir, uno en brazos del otro. Kirsten se durmió casi enseguida. Parecía en paz, como si hubiese dejado atrás algunos miedos. Y él se sentía feliz por eso... solo que...
Una vez que ella se durmió, se volteo a verla. Recorrió su cara con un dedo, suavemente, para no despertarla. Se merecía tanto un poco de felicidad! Rememoro el momento en que se había despojado de sus ropas. Su vergüenza casi infantil... Así se veía, inocente casi. No tenia la pose natural de una mujer de su edad al desnudarse frente a un hombre. La pose sensual, provocativa... Solo le había faltado cubrirse con las manos para parecer una absoluta niña.
Se volteo otra vez boca arriba, tratando de dormir. Pero las imágenes de esos momentos, la forma en que lo había mirado, volvían a su cabeza una y otra vez, inquietandolo... Tenia tantos deseos de tocarla, de acariciarla. Y en ese preciso momento, en medio de su sueño, Kirsten estiro el brazo y deposito la mano sobre su vientre desnudo. Se quedo sorprendido, para luego empezar a sentirse rápidamente excitado. Demasiado rápido...
"Ay, por Dios...", mascullo.
Ese fue el momento en que había dejado la cama. Tenia que hacer algo con eso... Tal vez no fuera buena idea que siguieran durmiendo juntos, temía no poder controlarse, que se le hiciera demasiado duro.
Con la idea de fumarse un cigarrillo y relajarse un poco, bajo al garaje sonriendo. No sabia porque seguía teniéndolos allí, si de todas formas Kirsten sabia que bajaba a fumar, era una tontería. Encendió el cigarro, aspirando el humo con placer, y soltándolo lentamente. Eso le hacia bien, aunque no fuera sano, pero queremedio... Era algo con lo que no podía Se quedo pensando un momento, mirando el auto... y una idea cruzo por su mente. Si saliera ahora, podía estar de vuelta en dos o tres horas. Kirsten ni siquiera notaria que se había ido...
Empezó a caminar por el garaje, en círculos. Nadie podría culparlo por buscar desahogo en otra parte, después de tanto tiempo... Hacia mucho tiempo! Se detuvo otra vez junto al auto, indeciso. Suspiro y arrojo el cigarro al piso, mientras abría la puerta del auto.
Y entonces, justo cuando iba a subir, un destello al fondo del lugar le llamo la atención. Se quedo viéndolo un momento, sabiendo bien que era, y luego de un instante de duda, volvió a cerrar la puerta.
Se acerco al lugar, tiro de la bicicleta fija hasta llevarla al centro del garaje y se subió a ella decididamente. Sacudió un poco el polvo de los controles y ajusto la resistencia, primero la puso a medias, pero luego se lo pensó mejor y la puso al máximo. Y empezó a pedalear...
Pedaleo y pedaleo, hasta quedar cubierto de sudor, hasta que le dolieron las pantorrillas y el corazón parecía a punto de salirsele del pecho. Solo entonces se detuvo, y se dejo caer sobre el manubrio, agotado.
"Genial... esto necesitabas. Con esto no te vas a meter en problemas."
Subió hasta la casa con las piernas temblandole por esfuerzo y se metió directo a la ducha.
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Solo por hoy
FanfictionOrlando Bloom, vive un momento personal algo complicado. Sin pareja y con problemas familiares, se refugia en su trabajo, tratando de ignorar su soledad. Por otra parte, Kirsten, madre soltera y médica, trata de sobreponerse a las dificultades diari...