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— ¿vos me estás hablando en serio?
—obvio si, amiga.
— ¿volves, Valen?
—me vuelvo para Argentina. Así que te conviene que vayas a buscarme.
—eso ni siquiera hay que decirlo. ¿cómo estás con aquel tema? —preguntó mi amiga y suspire.
—la verdad no sé. Tengo que despejarme un poco. Ayer tuve que irme antes de que el partido termine porque no pude soportar nada. Hice horas de fila porque al parecer la novia perdió mis entradas, tuve que estar entre la hinchada, y no me molesta eh, pero nada alcanza.
—no se si decirte buena o boba. Pero entiendo el amor y te entiendo.
—lo sé, Agus. En fin ya no quiero aburrirte con esto. Voy a andar por allá muy pronto.
—está bien, ¡te esperamos! Te amo amiga.
—yo te amo más, ¡chau!
Finalice la llamada y suspire nuevamente. Luciano había llamado toda la noche y para nada atendí. Es decir, es ridículo, lo sé. Estoy enojada conmigo por algo que él ni siquiera sabe, no tiene la culpa.
Mis vacaciones habían comenzado así que hoy disfrutaría todo el día de mi departamento.
—al parecer no. —me dije a mi misma cuando escuche el sonido del timbre así que me levanté a abrir la puerta.
— ¡ey!
— ¡Sofi! Pasa.
—está bien pero ya me voy. Sólo pasé a dejarte los pasajes, hoy llegaron a la oficina.
—a buenísimo, mil gracias ¿qué sería de mi vida sin vos?
