Historias Cortas. -//futbolistas//-

Lionel Messi.

Be the one.

—no, es que no entiendo que hacías con ella.

—solamente estábamos hablando, Karen.

—no necesitaban estar tan cerca para solamente hablar. —dije mientras hacía comillas en ésta última palabra.

— ¿qué te pasa, Karen? ¿otra vez con lo mismo? Creí que habíamos hablado y creí que habías dejado atrás los celos, esta escena...

— ¡no estoy haciendo una escena de celos, los vi, Lionel! ¡no quieras hacerte el desentendido!

— ¡¿desentendido de qué?! ¡¿me estás cargando?! No estábamos haciendo nada, no pasa nada, ni va a volver a pasar.

—pero la amaste mucho, ahora vuelve y se te acerca y te abraza, los chicos me contaron lo que pasaste y cuanto sufriste, la viste irse y te dolió mucho, estuviste mucho tiempo pensando en ella, es tu ex.

—es mi ex, exacto, no quiero esto, no así. —me dio una mirada y lo vi salir de la habitación del hotel.

     Quería golpearme por ser así y desconfiar de todo, empuje el sillón y bufé frustrada, era muy difícil, yo era difícil y lo lamentaba, lamentaba ser así de desconfiada pero no quería perderlo, lo peor es que si seguía así iba a terminar haciéndolo.

— ¿Karen? —lo vi asomarse en la puerta.

—hola, Kun.

— ¿todo bien? Lo vi salir algo... Mal.

—lo de siempre.

— ¿la viste?

—si, estaban juntos, ella se acercó a saludarlo y fue como si de repente yo ya no existiese, así que me vine acá y él vino unos minutos después.

—pero no tenes que ponerte así por eso, Karu, ellos volvieron a verse después de mucho tiempo, entendelo.

— ¡lo hago! Te juro que si, pero vos más que nadie sabe lo que pasó conmigo, es un miedo constante, no se va.

—lo sé, Karu, pero él no es así, te quiso quizás, desde el primer día, lo cambiaste, volvió a sonreír, a divertirse, a jugar con más entusiasmo, estos últimos partidos estuvo más concentrado que nunca porque vos estabas ahí afuera mirándolo desde algún lado, él está acá para vos, vos para él, no te tortures, relaja y disfruta de la felicidad de ahora, es lo que importa.

     La felicidad de ahora.

    Las palabras de Kun habían quedado en mi cabeza y pienso que tiene razón, quizás deba dejar de pensar, quizás deba dejar todo atrás y convencerme de que en sus brazos estoy segura.

   Inmediatamente los recuerdos vienen a mi sin mi permiso.

. . .

— ¿por qué lo hiciste, Gio?

—yo, no lo sé, yo, yo estaba borracho, vos no...

—si, claro, borracho, siempre le echamos la culpa a que estamos borrachos y que no éramos conscientes, claro. —dije y llore mientras tapaba mi cara. — ¡es un bebé, Giovanni! ¡un bebé! ¿entendes? ¡la mina vino y me mostró todo, me contó!

—Karen...

—no. —sequé mis lágrimas. —Sabes, lo peor es que yo pensé que íbamos a estar bien, que íbamos a superar los obstáculos juntos, que íbamos a hablar en los problemas y así superarlos juntos pero no, me equivoqué, me fallaste, me rompiste el corazón en mil pedazos. Ahora tenes que ser hombre y hacerte cargo de ella, de él, y a mí no vas a buscarme más.

    Me miró por algunos segundos, procesando lo que yo acababa de decir y salí de ahí, ya no tenía nada por hacer.

    Sentí unas caricias en mi mejilla y abrí los ojos.

—hola. —susurró con su preciosa sonrisa.

—hola.

— ¿estás bien?

—mejor. —dije y me senté en la cama. —perdón por lo de hoy. —me atreví a decir luego de segundos de mirarnos. —tenes razón y no quiero esto tampoco.

—tranquila, está bien, yo no debería haber reaccionado así.

—es que tenes que entenderme, ella apareció así de una y vos la viste y fue como si se te hubiese iluminado el mundo, es que... —llevé las manos a mi cara y lloré. —es que vos sos muy importante para mi. —decía entre sollozos y el me miró enternecido, sonriendo.

—no, preciosa, ¡ey! No llores, está bien. —tomó mi rostro entre sus manos. —está bien, te amo mucho.

—pero ella apareció de nuevo y sé cuánto la quisiste, tenes que entenderme, sufrí mucho.

—lo sé, pero te amo a vos, mucho, no hay día en que no agradezca que estas acá conmigo, encontrarte me hizo bien al alma, si no estás conmigo no estoy tranquilo, necesito verte, saber que estas bien, sos la única mujer en mi vida y te amo mucho, no te das una idea de cuanto.

—yo también te amo.

—entonces vamos a superar todo juntos, hablame si algo está mal porque para eso estoy, estoy para vos siempre, pase lo que pase, estoy acá, a tu lado siempre, ¿si? —preguntó y asentí. —te amo.

—te amo mucho.
    Confesé y me besó demostrando que estábamos bien, estaba bien ahí, con él. Nada importaba más que nosotros, estaba bien en sus brazos, el único lugar en el que me sentía tranquila, protegida.

El amor verdadero es la única riqueza que no se compra ni se vende. Se regala a quien lo merece y se quita a quien no lo valora.

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Cómo va?

Bien, bien, este es para Karenelianalopez
Espero que te haya gustado!

Terminando tarde como siempre, ya se volvió costumbre (?

Si leen esto----->sigan bien.

Mila<3