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—Nicolás, el vuelo sale en media hora, ¿estás listo?
—si, estoy yendo.
Hoy es el día en el que vuelvo a Argentina. Los meses pasaron lentos, pero pasaron. Del entrenamiento al departamento, del departamento al entrenamiento, esos habían sido mis días acá, en Francia. Lo último que supe de Cami, fue que se tomó un tiempo, traté de llamarla pero claro, ¿por qué iba a atenderme?
A veces, miraba sus entrevistas, era periodista de espectáculos, pero recuerdo cuando reemplazó a su amiga notera de Boca Juniors, veía como los jugadores le coqueteaban. Era la periodista más linda. Por eso cada vez que salíamos a reuniones en el club, dejaba claro de que ella estaba conmigo, y que así sería siempre. Pero como ven, ya no. Hora de abordar, volver, y ver lo que me esperaba.
...
— ¡Nico! Bienvenido otra vez.
—gracias, Jose.
Las cosas cambiaron un poco con él desde aquel día.
—mi asistente trajo tu auto, ahora anda, descansa un poco que a la noche hay cena en el club.
—dale, gracias.
Camine hacia mi auto y maneje a casa. Al llegar abrí la puerta y finalmente estaba en casa, o era una forma de decirlo. No me sentía en casa completamente.
