¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El timbre sonó y me levanté del sillón donde esperaba a Gino, caminé hasta la puerta y abrí.
— ¡Ani! —me abrazó y pasó.
— ¡hola, Cubitas!
— ¿Gino?
—está arriba preparándose, peor que una chica, ¿vos estas bien?
—yo, sí... Sí, es que una... Sí, bien, bien.
—está bien. —lo miré no muy convencida. Lo vicaminar hacia la habitación de Gino y debo decir que quedé algo pensativa ante su visita, Cubas era alguien muy alegre y hoy estaba algo nervioso y eso era muy raro en él. Decidí caminar hacia el cuarto para asegurarme de que todo esté bien.
—es re fácil, boludo.
—no para mí, Gino.
—bueno, yo tengo algo planeado para decirle, escucha. Lau, este lugar fue el primero que visitamos, ¿te acordas? Es por eso que es mi favorito, creeme que nunca me pasó algo parecido con alguien y no sé cómo manejarlo, sos increíble y me haces sentir bien, haces que todo sea más fácil...
«¿qué?»
Me alejé de la puerta y volví a sillón pensando en que iba a perder completamente a Gino, ahora él tenía a alguien más, alguien de quien no me había enterado. Rápidamente recuerdo el día en el que lo conocí hace algunos años atrás gracias a Lisandro y pienso que fui una estúpida al haber pensando en él como algo más que un amigo.
