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—yo digo que fue un buen comienzo, quizás no se te dio aquel gol pero estuviste muy bien.
—vos porque sos mi amiga, no se si sea titular la próxima vez. —se lamentaba mientras manejaba de vuelta a casa.
—no seas duro con vos mismo, vas a ver que les encantaste y te van a llamar nuevamente de titular, como que me llamo Morena Oviedo. Pongo mi mejores zapatos en juego, aunque sean los únicos. —digo y ríe. — ¡ey, no te rías! Deberías sentirte halagado, son muy importantes.
—es que siempre sabes arreglar todo, tenes razón, me voy a seguir esforzando, no voy a parar hasta que tengas un vestidor enorme, así como las esposas de aquellos jugadores de afuera, aunque ellos no sean tan lindos como yo. —río y me pongo algo nerviosa; este chico sí sabía cómo ponerme incómoda.
—no seas tonto, sabes que nada de eso importa. A lo que voy es que quiero que creas que sos capaz de cualquier cosa. —cambio de tema. — al menos acordate de mi cuando estés en la cima. —sonríe y piensa unos segundos para luego mirarme.
—siempre.
...
Recuerdo aquello mientras veo a Julian reírse mientras la vuelta olímpica llega a su fin, ya los festejos estaban terminando, al menos en el estadio. Saco mi celular para tomar una foto de la fiesta inmensa que se había formado, me sentía feliz porque una vez más podía estar disfrutando junto a Él, podía apoyarlo con mi amistad, aunque de mi lado ya no la sienta pues aquel jugador había robado mi corazón, aunque no lo sepa. Vuelvo la vista al campo de juego y entonces puedo verlo, pero ya no estaba solo sino con aquella chica que estuvo frecuentandolo este último tiempo donde él se hizo más conocido que nunca, y algo me decía que no le caía tan bien, siempre que podía lo llevaba algo lejos de mi. Me siento nerviosa y algo... ¿triste? Siento mi ceño fruncirse. Siento a mi costado la mirada de Lucas, luego su vista va a donde estaba puesta la mía, así que se acerca hasta mi.
