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Termino de subir el cierre del piloto y salgo fuera del departamento. Abro el paraguas rápidamente debido a que estaba lloviendo a cántaros, las personas corrían, se escondían bajo algún techo, y poco a poco iban desapareciendo. Decido caminar tranquila, disfrutando del ruido de las gotas tocar los techos, las ventanas. El piloto rojo me cubría y me siento algo tranquila y bien. Había decidido salir aún cuando el cielo se caía, debido a mi aburrimiento, y algo de soledad. Las calles de San Petersburgo me eran desconocidas, y por eso no iría lejos. Había llegado a esta ciudad hace sólo unas semanas, el mismo tiempo que Emiliano lleva jugando en su nuevo club. Lo estaba acompañando mientras él cumplía su sueño de estar haciendo lo que más le gusta, jugar al fútbol, en el exterior. Aún recuerdo cuando aquella propuesta había llegado, estaba nervioso y asustado porque no sabía lo que podía llegar a pasar, pensando en que no iba a apoyarlo, recuerdo que estuvo triste una hora antes de contarme todo, recuerdo también que aquel día pensé que jamás dejaría a ese hombre.
...
—no quiero que nada de esto termine amor, en serio lo digo. —dice y me abraza, sonrío también abrazandolo
— ¡amor! Es que no entiendo. —digo entre risas pequeñas, me daba muchísima ternura. —estamos acá hace una hora, no hiciste nada malo, no paso nada malo, ¿entonces qué es?—se sienta y me ve, calmándose. Da un suspiro para seguir hablando.
—Zenit estuvo interesado en mi, ¿recordas? —asiento. —ésta vez llegaron al club, hablaron con todos, y me quieren, quieren que me vaya en dos semanas.
— ¡wow, amor! ¡eso es muy bueno, está excelente! —la felicidad me invade. — ¡eso está muy bien amor, te felicito! —lo abrazo fuerte. — ¿pero por qué estás así? ¿qué es lo malo, o a qué le temes?
— ¡a que te alejes! Estamos juntos, Mica. Estamos juntos hace 5 años, y yo quiero llevarte conmigo, pero vos tenes todos acá amor. Todo lo tuyo está acá, los tuyos están acá. Yo jamás quiero lo malo para vos, seria egoísta de mi parte llevarte a un lugar totalmente desconocido para que estés ahí mientras yo voy a jugar, entrenar o lo que sea y por eso estoy muy triste, ¡es por eso! Te voy a perder y no sabes el miedo que tengo, estar sin vos es muy malo, cuando me toca jugar afuera lo compruebo, y vos sos eso que me alienta a seguir cada vez que quiero decaer, o tirar todo. Y...
