Historias Cortas. -//futbolistas//-

Cristian Erbes. -parte 2.

I need your love.

Queridísima amiga:

    ¿cómo estás, Sofi? Espero que bien, acá te extraño demasiado y te fuiste hace sólo algunos días.
Decidí escribirte esta carta porque así es más lindo, creo que duran más, no lo sé.
    En fin, me preguntaste qué había pasado así que voy a contarte.
Estaba por volver a casa al verte ya fuera de mi campo de visión, fue cuando me fije entonces que Cristian estaba ahí. No podía creerlo en aquel momento pero fue cierto, él estaba ahí.
   Resulta que Pachi creyó mi broma y pensó que iba a irme de verdad, fue como Cristian también creyó lo mismo al escucharlo de la boca de él.

. . .

—hola.

—Cristian.

—yo se que aquel día no te busqué, quise hacerlo, pero mi mente sólo me decía que no te merecía. Vos siempre estabas ahí para mi. Recuerdo cuando pasaste la noche en el hospital por mi operación, me cuidaste como nunca nadie lo había hecho, ibas a la cancha incluso cuando recibías esos comentarios en Internet. Decidí aquel día que no te iba a arrastrar a todo eso porque no lo merecías. Siempre me decías que todo Internet estaba metido, y tenías razón y yo siempre decía que los dejes, que no les hagas caso pero nunca salí a defenderte y perdoname por eso. Yo realmente creí que al no estar más con vos iban a dejarte tranquila y vos ibas a estar más tranquila y...

— ¡¿cómo iba a estar más tranquila así?! ¡es que...! ¡por Dios, Pichy! ¡¿cómo se te ocurrió eso?! ¡no sabes lo que pase desde aquel día! Es que, ¿cómo pensaste eso? —pregunté a esto último en un susurro, estaba al borde de las lágrimas.

— ¡no lo sé pero me odio por eso! ¡todas las noches fueron horribles porque no estabas ahí conmigo, tus cosas no estaban ahí, estaba todo vacío, yo estaba vacío! Yo no quería y parece estúpido y de hecho lo es, es la estupidez más grande que hice. Mi vida ya no es la misma porque no estas ahí para hacerme feliz. Te amo más que a nada en el mundo, Val.

—no tenías que alejarte.

— ¡lo sé! Pero estoy acá y no quiero que te vayas, por favor no te vayas, yo te juro que no sé qué va a ser de mi si lo haces. No soportaría perderte por segunda vez, yo no... yo no soy tan fuerte. —dijo y lo mire fijamente a los ojos mientras las lágrimas caían. Lo abracé fuerte y me envolvió con sus brazos, el único lugar en donde me sentía segura.

    Entonces estamos bien ahora. Tuve que explicarle que Pachi había entendido todo mal.
   El único problema fue todo el tema de la mudanza otra vez porque quise esperar al menos un tiempo antes de volver y Cristian no quería, aunque terminó aceptando. Pero igualmente estaba enojado porque decía que estuvo mucho tiempo sin mí. Creo que fue mi castigo para él, podía aguantar un poco más.
En fin, estoy bien ahora y espero que lo estés ahí en Madrid trabajando con las grandes estrellas, Sofi, si ves a Cristiano o Bale, ¿podrías hacer que firmen una camiseta para mí? O quizás a Griezmann, estás más cerca.
Bueno, espero que estés más que bien, repito. ¡Y espero también tu visita nuevamente! Quizás tengas noticias mías más pronto de lo que pensas.

Te amo mucho.

Val.

PD: es mentira, ella no necesita ninguna camiseta porque le basta y sobra con la mía. Te quiere, Pichy.

   Volví a leer la carta ayer terminada, cerré el sobre y la guardé, la enviaría más tarde.

...

— ¿estás lista?

—no lo sé, papá. —dije nerviosa. —no sé si puedo hacerlo.

— ¡podes! Claro que sí. Vas a estar bien, van a estar bien. Están juntos desde hace años, no hay nada más lindo que tener la certeza de tomar una decisión correcta. Caminar con vos este pasillo es un sueño, pero lo más importante es que sea tu sueño también. Que estés haciendo esto realidad con un hombre tan bueno como Cristian que te quiere y respeta tanto, me alegra. Estas preciosa, tu piel está brillante, tu peinado es genial, tu vestido inigualable, pero lo más lindo de todo es tu sonrisa, sincera y llena de ilusiones. Mira para adelante porque el recorrido que te espera es uno que se hace de a dos. Nunca olvides de dónde venís, porque es elemental para construir el futuro. Tranquila, ¿si? Te amo.

—yo también, papá. —lo abracé para calmar mis nervios y caminé hacia la puerta, la misma se abrió al escucharse la música dejándome ver a todos ahí adentro. Pero por sobre todas las cosas dejándome ver, al final del pasillo, a esa persona que tan feliz me había hecho, Cristian Erbes, el hombre de mi vida.

No me preguntes por qué te amo, tendría que explicarte por qué vivo.

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Cómo va?

Acá la segunda parte y ésta es para DeErbes porque se cuanto te gustan los finales felices <3
espero que les haya gustado mucho muchísimo!

Oh God, es super tarde (?

Si leen esto----->sigan bien!

Mila<3