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— ¡Chile campeón de América! —escucho y no puedo mirar, se repetía la historia, no habíamos podido cambiarla.
—arriba, jefe. —escucho a Pocho y trato de levantarme pero me doy cuenta de que estoy solo a pesar de tener a todas estas personas a mi al rededor. Ella se había ido.
...
— ¿justo ahora te vas porque sí?
— ¿porque si? ¿vos me prestaste atención?
— ¡lo hice! Pero sabes lo importante que es esto.
—oh, ¡sí que lo se! Todo el mundo lo sabe, y estuve ahí todo este tiempo pero yo también tengo un trabajo, un puesto al que me costó muchísimo llegar y lo sabes.
—sí, ya lo sé, primero tu trabajo después lo demás.
— ¿qué? —preguntó y me miró sorprendida. —no voy a discutir con vos, ni siquiera me escuchas.
— ¡porque cuando lo hago todo lo que haces es quejarte! ¡tal vez por eso tu ex novio te dejo en el altar esperando! —dije y rápidamente me arrepentí de aquello. Me dio la mirada más triste que me dieron alguna vez, su boca se abrió cerrandose a los segundos, sin mucho que decir.
—no, amor, perdón, yo... Perdoname, te juro que no quise decir eso, yo... —traté de acercarme pero retrocedió.
— ¿entonces esto es lo que obtengo? Yo fui sincera, yo volví a confiar, yo me abrí con vos, ¿y todo lo que haces es utilizarlo en mi contra? —preguntó a punto de llorar. Quise morirme por haber provocado aquello.
