Historias Cortas. -//futbolistas//-

Guido Carrillo.

Look what you've done.

     Caminé por el largo pasillo de este gran lugar, el único sonido que escuchaba era el de mis zapatos chocar con la cerámica, todo pasaba lento. Ajuste el abrigo más a mi cuerpo y recordé porque estaba acá, todo se nos había ido de las manos, todo estaba terminando.

. . .

     Los golpes en mi puerta habían interrumpido mi trabajo.

—pase.

—permiso, Melody, llegaron unos papeles con tu nombre y acá están los documentos que me pediste.

—gracias, Lu. ¿no dice de quién viene?

—no, no los revisé.

—a bueno, gracias.

—de nada.

     La vi retirarse y revisé los papeles, venían de Guido, comencé a leer detenidamente.

Petición de divorcio.

—finalmente llegaron. —suspiré perpleja.
   Me había tomado tiempo leer los puntos de la notificación, debía llamar a mi abogado y hablar sobre esto pero creo que no tenía mucho por lo que luchar. Creo haber dado mucho pero al parecer nada funcionó.
Firme el papel y podía escuchar como mi corazón se rompía un poco en cada letra que volcaba en el papel.

      Divise a mi abogado, esperando por mí, trate de sonreírle en forma de saludo y abrió la puerta, mi vista fue a él, ya sentado junto a su abogado, me dirigí al asiento y al sentarme saludamos al mediador quien comenzó a hablar sobre todos los bienes materiales y demás. No pude prestar atención, mi mente estaba en él, en mí, en lo que fue de nosotros y estaba ahora hechandose a perder, todos los recuerdos vienen a mi lastimándome.

. . .

     Sonreí al verlo levantar la copa con la que tanto soñó y aplaudí a más no poder, había dejado todo, el equipo se lo merecía más que nadie, corrí a él y lo abracé y me dio vueltas en el aire y reímos.

— ¡te dije que podías con todos y todo! ¡esto es genial! ¡estoy muy orgullosa de vos, amor!

— ¡gracias hermosa! ¡compartir esto con vos es increíble, me emociona!

—voy a estar con vos siempre, pase lo que pase. —dije y acaricie su mejilla.

—lo sé, sos lo más preciado que tengo y siento que sin vos no podría haber hecho esto, estuviste ahí para mí en las noches que quise darme por vencido y tus palabras y cuidados me hacían sentir seguro de mi mismo, es por eso que hoy, el día más importante de mi vida... —decía mientras se arrodillaba y me sentí confundida mientras miraba a las chicas que nos miraban y saltaban en sus lugares y abrazaban a sus maridos, novios, a la tribuna que comenzaba a gritar mientras se quedaban en sus lugares a vernos, y finalmente mi vista se posó en él.

—Melody Martínez, amor de mi vida, en este día especial para mí quiero que sepas cuanto te amo, quiero quiero las personas vean cuanto te amo, quiero que sepas que despertar todas la mañanas y verte ahí abrazada a mí es una enorme satisfacción, vos me haces una mejor persona todos los días y haberte encontrado fue algo increíble, es por eso que el día de hoy, quiero pedirte que seas mi esposa, amor, ¿queres casarte conmigo? —preguntó mientras extendía una cajita roja con un precioso anillo y las lágrimas salieron sin mi permiso, absolutamente todos comenzaron a gritar de emoción, alentando, lleve la mano a mi boca y lo mire a los ojos, asentí felizmente, la emoción podía sentirse, se levantó y puso el anillo en mi dedo y lo besé con todo el amor que le tenía.

— ¡no imaginas lo que pase al ver que no respondías! ¡te amo mucho! —confesó limpiando mis lágrimas.

—te amo mucho más, Guido. Mucho más. —lo besé y escuché aplausos de todos, las chicas limpiaban sus lágrimas y él sonrió como nunca.

     Mi mente se quedó con eso, su sonrisa, esa que tantas veces me hizo feliz, bien, y pienso, ¿en qué momento todo se desintegró? ¿hice algo malo y no me di cuenta?
   Estuve para él días, tardes, noches hablando y dándole mi apoyo, haciéndole saber que estaba ahí para él pase lo que pase, le hice saber cuanto valía, cuan genial era en esto que hacía, era el mejor, y no me arrepiento de nada pero supongo que no alcanzó.

—si, la señorita Martínez está de acuerdo, creo que es lo mejor. —habló mi abogado.

— ¿señor Carrillo?

—si, lo que sea mejor para ella está bien para mí. —lo escuché decir pero nada de esto estaba bien para mí. Quería que todo termine rápido y así podía llegar a mi casa, desahogarme.

—bien, si no hay nada más por hablar, necesito sus firmas. —nos extendió el papel y firmé, sabiendo que todo acababa acá, para siempre.

—perfecto, muchas gracias.—estreché su mano y me apresuré a salir de ahí, torpemente abrí la puerta y como pude caminé.

—Melo. —escuché, me di vuelta y lo vi llegar a mi. —sabes que...

—sólo... Por favor no digas nada, Guido. Yo, yo voy a estar bien y te agradezco por todo pero... —suspiré para seguir hablando porque ya me había quebrado frente a él. —por favor, ya tengo que irme. —hablé con un hilo de voz y me dio una triste mirada y salí de ahí, subí al auto llevando las manos a mi cara y comencé a llorar sabiendo que ya sus brazos no van a estar ahí para consolarme, sabiendo que su sonrisa no va a estar más en mis mañanas, sabiendo que ya todo había terminado.

Te quiero pero no deseo luchar contra el destino. Disfrutaré de vez en cuando de tu recuerdo que seguirá alterándome.

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Cómo va?

Realmente espero que estén muy bien!

Yo estoy terminando tarde como siempre(?

Espero que les haya gustado aunque es medio triste, pero bueno, puedo hacer algo feliz más adelante si quieren con este precioso jugador!

Si leen esto---->sigan bien!

Mila<3