¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Froto mis manos una vez más calentandolas un poco, todavía no me acostumbraba al frío de Alemania. Las gradas del Signal Aiduna Park comenzaban a vaciarse y yo me quedaba esperando por el delantero que hoy había hecho un gran partido frente a Mainz.
— ¿Martu? —escucho detrás mío y me doy vuelta, encontrandome con la persona menos pensada.
—Simón. —alcancé a susurrar algo sorprendida. Era la primera vez, -después de tres años-, que volvía a verlo.
— ¡wow! Es... ¡wow! —me abrazó inesperadamente. No supe que hacer.
—y... ¿cómo estuviste? Realmente todo este tiempo estuvo muy raro desde aquel día.
—oh, yo...—digo algo sorprendida de que haya dicho aquello, algo enojada. Rápidamente recuerdo el día en que me enteré de su engaño, aquella lluviosa tarde de diciembre. Perdiendolo a él. Pero ganando a alguien mucho mas importante.
...
Me sentía rota, lastimada, muy triste. Nunca antes había pasado por esta situación, no sabía muy bien como enfrentarla. Las lágrimas caían y se mezclaban con las gotas de lluvia que caían sin cesar, y yo seguía caminando con la mente puesta en que había sido engañada, lastimada sin siquiera merecerlo. En que quería llegar al departamento de Marco a refugiarme en sus brazos, mi mejor amigo definitivamente me haría mucho mejor. Camino y pienso. Sonrío como puedo al portero quien me reconoce y deja que pase sin problemas. Subo rápidamente al ascensor esperando a que me deje en el piso número seis. Al hacerlo salgo de ahí encontrandome con su puerta, la cual golpeo y toco el timbre. La misma se abre dejándome ver a la perdona que menos quería encontrar en estos momentos.
