Parte/ 13

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-Cuando terminaron de rezar, Mateo le dijo a las personas.

-Muchas gracias por haberme acompañado en los rosarios de mi mamá, ahora si gustan se les va a dar unos tamalitos, pidan los que gusten, hay suficientes

-Gracias padre Mateo, grito la gente a coro.

Osiris la nieta de doña pachita, le dijo a doña pachita

-Abuelita donde queda el baño, me anda de hacer de las aguas

-Hay que preguntarle a Monse, allí anda

-Monse,

-Dígame doña pachita

-Mi nieta le dieron ganas de hacer de las aguas, ¿no le darías permiso de hacer?

-Si, como no, vente mija sígueme

-Mira te vas por este pasillo y hasta donde topes, allí está el escusado ¿quieres que te acompañe?

-No, no gracias, usted anda muy ocupada.

-Hay no me digas de usted, ni que estuviera tan vieja, jajaja

-Está bien Monse

Monse se fue a seguir repartiendo tamales y atole, y Osiris se fue al baño, de pronto de una puerta salió una señora muy elegante vestida de negro, y se fue caminando con Osiris, está le preguntó

-¿También va al baño?

-Ella asintió con la cabeza, cuando llegaron a la entrada del baño, la señora la invito a pasar al baño con un movimiento del brazo, Osiris entro, cuando salió, allí seguía la mujer, le dijo

-¿Me podrías hacer un favor?

-Claro que si señora, dígame usted, que se le ofrece

- La mujer sacando una pequeña llave de entre sus ropas le dijo

Quiero que le entregues esta llave, al padre Mateo, le dices por favor, que busque la caja que abre esta llave, que ahí va a encontrar todas las respuestas.

Diciendo esto la mujer entro al baño

-Osiris se quedó esperando que saliera la mujer, pensando

-Que señora tan rara, ella misma le podría a ver dado la llave al padre, estando en la misma casa, hay ya paso un ratito y la señora no sale, voy a ver si no le paso nada.

_ toc, toc, toc, ¿señora se encuentra bien?

-No, recibió contestación- escucho una voz a su espalda

-Hay mija, yo pensé que te habías perdido, ya tienes mucho rato por acá

-Es que estoy esperando a una señora, ya tiene mucho rato que se metió y no sale, ¿No le pasaría algo?

-Pues muy sencillo vamos a abrir la puerta y vemos

-Hay mija, aquí no hay nadie

-Pero como de que no, si yo la vi que se metió.

-Yo creo que se te a figuro, porque aquí no hay nadie, pásale pa que veas.

En ese momento las dos mujeres sintieron un aire helado y sintieron que una persona pasó a su lado, pachita dijo.

-¡Hay, Ave María Purísima¡ acaba de pasar un ánima en pena, vámonos hija de aquí.

Y se alejaron del lugar, Osiris estaba segura que no se había imaginado a la mujer pues en su mano traía fuertemente agarrada la llave que la misma le había dado.

-No le dijo nada a su abuelita, para no asustarla más de lo que ya estaba, pero estaba segura que la mujer que le había dado la llave era un alma en pena, ella no conoció a doña Ema, paseo la vista por la sala de la casa, de pronto vio una fotografía de una mujer igual a la  que había visto nada más que la de la fotografía era más joven, le pregunto a pachita.


-¿Abuelita usted conoce a esa mujer de la foto?

-Pero como no, es doña Emita la difunta.

Osiris sintió un escalofrió que le corrió por toda la columna vertebral, no estaba equivocada, la mujer era un anima en pena, tenía que cumplir el encargo lo más rápido posible, no era la primera vez que un difunto le hacía encargos, pero nunca se le había aparecido ninguno.

Cuando iba algún velorio, y algún difunto dejaba algo inconcluso ella percibía la voz, del fallecido, la última vez que le pasó eso fue cuando acompaño a su padre, a la funeraria al velorio de un querido amigo, de pronto escucho la voz del fallecido, que le decía.

-Por favor dile a mi esposa que en el cajón del secreter, hay un seguro de vida, que lo reclame.

Ella paso el mensaje, y efectivamente, se encontraron los papeles del seguro de vida.

Pero esto había sido diferente, busco al sacerdote con la mirada y lo encontró despidiendo a unas personas se dirigió hacia él, y le dijo.

-¿Disculpe padre puedo hablar con usted?

-Claro que si hija, ¿que se te ofrece?

-Alguien me dio esto para usted. Le dijo extendiéndole la llave al sacerdote, la persona que me la dio, me dijo que busque la caja que abre esta llave y allí encontrará las respuestas.

-Gracias hija, ¿te gustaron los tamales y el atole?

-Si padre todo estaba muy rico, aprovecho para despedirme de usted, mi abuelita y yo nos tenemos que ir

-Muchas gracias por acompañarme, pero ahora que recuerdo, quién te dio la llave para mí.

-Una señora, aunque ya no la veo.

-Osiris, ¿ya te despediste del padrecito?

-Si abuelita en este momento

-Vamonos pues hija, buenas noches padrecito

-Vayan con Dios.  

La mancha del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora