Poco a poco las personas se fueron retirando, quedando solo, Monse, su marido y Mateo
-Monse, Tobías ya váyanse a descansar, ha sido un día muy pesado
-Mateito, queremos dejar recogido
-No, no váyanse, mañana van a venir las Gauna, para ayudarte Monse, es mucho trabajo para ti, vayan, vayan a descansar por favor.
-Está bien Mateito, que pasen buenas noches
-Igualmente
Mateo estaba realmente cansado, desde la muerte de su madre, no había tenido una noche completa de descanso, cuando se quitó la ropa para ponerse su piyama, algo cayó al piso, se agachó a recoger lo que se había caído y vio que se trataba de la pequeña llave que le había dado Osiris, se quedó mirándola y pensando.
-Quién sería la persona que me dejo esta llave, mañana veré esto por ahora voy a dormir estoy muy cansado.
-Cuando se quedó profundamente dormido, soñó con su madre
-Madre, que gusto verte
-Espera hijo, busca la caja que abre la llave que te entregaron, es muy importante que veas el contenido
-Está bien madre, pero no te vayas por favor,
Mateo despertó bañado en sudor, que sueño tan real, sería mi madre la que le dio la llave a la nieta de doña pachita, ahora recuerdo la visión que tuve, cuando bese la frente de mi madre, será posible, que en realidad se encuentre en el limbo, tengo que buscar esa caja, quizás allí encuentre la respuesta, se volvió a quedar dormido, esta vez ya no la soñó.
-Al dia siguiente, empezó su rutina, se levantó a las cinco de la mañana rezo sus oraciones matutinas, se bañó y se fue a misa de seis de la mañana, regreso a su casa, desayuno, las mujeres ya estaban aseando la casa muy bien, se dispuso a buscar la caja que habría la llave, empezó por la recamara de su madre, pero no tuvo éxito, se dijo para el mismo.
-Debo estar loco, esto fue solo un sueño, y la mujer que dejo la llave, debe ser producto de una broma, pero algo muy dentro de él le decía, que eran varias coincidencias como para dejar de lado el asunto, y se dijo para el mismo, piensa Mateo, piensa dónde guardarías, algo que no quieres que nadie encuentre, creo saber dónde está, voy a buscar en el tapanco ( Ático), si no encuentro la caja allí, me convenceré que todo fue un mal sueño.
Mateo fue por una escalera, volvió al cuarto, puso la escalera en una esquina de la habitación y subió cuando llego al techo empujo con las manos, se abrió una puerta que estaba muy bien camuflada con el techo, esos tapancos se construyeron en tiempos de la revolución, para esconder a las mujeres, para que no se las llevaran los revolucionarios.
Algunos años más tarde, sirvieron para esconder a los sacerdotes y monjas, cuando fueron perseguidos por el gobierno, en la revolución de los Cristeros. (El gobierno contra la iglesia).
Mateo entro, había una pequeña ventana, por dónde entraban los rayos del sol, cuando sus ojos se acostumbraron a la obscuridad, busco el interruptor de la luz, cuando el lugar estuvo iluminado, sus ojos recorrieron el espacio, era muy grande, había muchísimas cosas, se dijo para el mismo.
-Creo que mis padres lo usaron como bodega, cuantas cosas hay aquí, ni por dónde empezar.
Allí estaba todo lo que él había usado desde que nació, su moisés, su pequeña cuna, su primera camita que había usado en su infancia, la cama de su juventud, que fue remplazada por su madre por una cama más cómoda, que era la que usaba en la actualidad, empezó a probar la llave en las diferentes cajas que allí había, pero en algunas la llave no entraba, y en otras quedaba grande.
Ya estaba por darse por vencido, cuando sus ojos se detuvieron en un gran baúl, él había visto ese baúl a los pies de la cama de sus padres, era donde su madre guardaba las cobijas que se usaban en el invierno, fue hasta él y lo abrió este no tenía llave, había varios atados de libros y papeles, los empezó a revisar, y comprobó el amor que su madre sentía por él, cada atado tenía un letrero, perteneciente a cada uno de los años que había cursado de escuela; 1ro, 2do, cuidadosamente su madre había guardado sus cuadernos y libros de las diferentes materias.
Había una caja de zapatos cerrada y amarrada con una cinta, la desamarró, el contenido lo hizo ruborizarse, eran revistas de mujeres semi desnudas, que el compro cuando salió del seminario antes de estar completamente seguro, si el sacerdocio era su vocación, o nada más era un deslumbramiento, sonrió, por la discreción de su madre.
No, pudo contener las lágrimas, y lloro, por su ausencia
Ya había perdido la esperanza de encontrar algo, cuando sus manos tocaron una caja de madera en el fondo del baúl, la saco e introdujo la llave, esta giro sin dificultad alguna, la tomo y guardo cuidadosamente todo lo que había sacado, volvió a revisar el lugar, y pensó para sus adentros.
Creo que ya es tiempo de deshacernos de todo esto, quizás mi madre tenía la esperanza de volver a tener otro hijo, y por eso guardo todo esto, como ya no es necesario, le voy a decir a Tobías que baje todo esto para donarlo hay tantas personas necesitadas en este pueblo, además son los recuerdos de mi madre querida y ella ya se fue, es justo que sus recuerdos se vayan con ella, yo tengo los míos propios, diciendo esto, bajo del tapanco trayendo consigo la caja de madera. (¿Qué secreto escondería la misma?), en esos precisos momentos le habló Monse.
-Niño Mateo cuando guste pasar a comer
-Gracias Monse, enseguida voy.
-Dejo la caja en su cuarto se lavó las manos y se dirigió al comedor, para tomar los sagrados alimentos, se fijó que la casa estaba impecable, todo estaba en su sitio, la cama donde se había velado el cuerpo de su madre, ya había sido llevada donde pertenecía, el plato con el vinagre y las cebollas ya había sido retirado y la cruz de cal ya había desaparecido.
ESTÁS LEYENDO
La mancha del pecado.
RandomDomingo 20 de octubre. Doña Ema acaba de morir, es la madre de un joven, que acaba de ordenarse sacerdote. La noticia pronto se extiende por el pequeño pueblo donde siempre han vivido. Las personas se preparan para ir a dar sus condolencias, al jove...